La realidad de los representantes para una figura de Segunda: "Lo principal es la confianza, tu agente tiene que ser como tu mujer"
El argentino Santiago Colombatto atiende a Relevo para hablar de su carrera.
Santiago Colombatto (Ucacha, 17 de enero de 1997) es uno de los jugadores más importantes del Real Oviedo. Fue elegido capitán del equipo junto a Cazorla en una votación de parte de la plantilla y se siente valorado por sus compañeros y el club. Nunca antes había encadenado más de una temporada en un equipo y quiere echar raíces en Oviedo porque tiene un objetivo: "Jugar en Primera División". En el club asturiano lleva 56 partidos, cuatro tantos y diez asistencias, pero quiere más.
Tras entrenar con su preparador físico personal, que además es su amigo, su confidente y casi psicólogo, atiende a Relevo para hablar sobre la temporada pero más que nada sobre su carrera, para conocer al Colombatto más personal, al que dejó Argentina tras decidir no ir al viaje de fin de curso con sus compañeros porque era su última oportunidad de jugar al fútbol: "Era eso o jugar al fútbol, mis padres me dieron a elegir. Y no me arrepiento de nada, nunca me arrepiento", dice de manera tajante.
Pasaste por Bélgica, España, Italia, México... ¿Dónde te veías cuando saliste de Argentina?
A mí siempre me gustaba la idea de jugar en Italia, España o Inglaterra, países donde se vive de una manera parecida a la locura de Argentina y jugar en Europa. Oviedo me sorprendió para bien, no me imaginaba esto.
¿Cómo ves el nivel de la Segunda División?
Tuve la oportunidades en varios países y liga, creo que la Segunda española es la más difícil, más que la Primera de Portugal y Bélgica o México. Es la más competitiva, donde vas a jugar a otros campos, es una liga muy completa, yo a veo como una primera división, lleva más gente que la liga belga. Vas a Málaga, Coruña, contra el Espanyol el año pasado. Eso a la gente le gusta, a nosotros nos gusta.
Estabas entrenando con tu 'profe' personal. ¿Te da mucha caña?
El profe me liquida, je. Este verano no pude hacer pretemporada por el tema de una lesión y por eso estamos tratando de recuperar lo que no pudimos hacer en pretemporada con el equipo, hay días que son jodidos y hay días que estoy bien. Yo no lo hago por la falta que tengo de entrenamiento de los clubes, lo hago porque me quiero sentir mejor que el resto de jugadores de la liga y a mí me funciona. Si viene un preparador físico que con el equipo nos hace correr mucho, quizá con el profe no hago un trabajo tan pesado, lo voy regulando.
¿Y más allá de la parte física?
A mí en lo personal, tenerlo a él que es mi amigo también, con esta confianza le puedo decir algunas cosas distintas que a otros no, además él ya me conoce. A mí me sirve. Estos cuatro años trabajando con él ha sido espectacular. Muchas veces necesitas estar tranquilo, un masaje, un café, no siempre es correr con un profe. No siempre es lo que sale en Instagram, es normal poner los días más duros, no pones los días que haces estiramiento. Yo he visto jugadores de Primera que se explayan en Instagram pero no hacen eso todos los días. Las redes sociales hay que saber manejarlas, en todos los sentidos. Yo no consumo y creo todo lo que veo, me enfoco en lo mío, no me dejo llevar por cosas que no son mías.
Pasaste por muchas cosas en tu carrera y ahora estás en la élite. ¿Sientes que los jóvenes de aquí no lo valoran?
Yo siempre digo que el jugador argentino sudamericano pasa por muchas cosas para llegar a Primera. No quiero decir que acá te lo regalen. Siento que acá tienen más oportunidades de poder demostrar que pueden ser jugadores de Primera. Nosotros tenemos que hacer un camino largo porque hay un montón de chicos y para poder hacer un entrenamiento con el primer equipo, tienes que pasar por un montón de cosas. Sólo un entrenamiento, eh. Son muy pocos los privilegiados de tener esa oportunidad. Y ese día, tienes que ser una bestia. La diferencia que yo veo es que los chicos tienen tan fácil entrenar con los jugadores de Primera que no llegan a valorarlo y no llegan a ver la oportunidad tan grande de ese momento que llegaron a estar entrenando con los jugadores del primer equipo que no la terminan de aprovechar.
"La diferencia que yo veo es que los chicos tienen tan fácil entrenar con los jugadores de Primera que no llegan a valorarlo"
Yo muchas veces me acerco y les digo que están a un paso, si lo haces bien en el entrenamiento, el entrenador de lleva y chau, ahí arrancó tu carrera. Muchas veces los chicos no se dan cuenta. Estoy seguro que si traes a un sudamericano y lo pones a entrenar con el primer equipo, te das cuenta que no es de acá. No por ser mejor, no pasa por ahí, es por las ganas y por todo, por lo que significa para nosotros.
¿Te tocó ser ese chico alguna vez?
Cuando me tocó entrenar por primera vez con el primer equipo del Cagliari, que yo había comido mucha mierda, no le miraba la cara a nadie. Yo iba para adelante y los otros se quejaban, pero era la manera de que el entrenador se diese cuenta y me viera, había que demostrar, yo necesitaba jugar en Primera por todo lo que había pasado, no iba a dejar pasar esa oportunidad. Y me la gané.
Hubo un momento que no tenías nada y tuviste que acudir a un familiar para que te ayude. ¿Cómo fue esa situación?
Viví tres meses con mi tía, no tenía equipo, viajé, hice como tres pruebas, me quedé sin plata (dinero), me agarra Iván Córdoba, me deja un mes en una pensión en Milán, empecé a hacer pruebas y ese año debuto con el Cagliari y juego en San Siro contra el Inter. Fue una locura el 2015. Él me dio dos días para ver si me agarraban o no, fui a entrenar con un equipo de 5ta categoría y me sobró un día, me salía todo, estaba iluminado, él me dijo que me iba a manera él, me pagaba alojamiento y botas de fútbol, para mí fue una relajación, era mi primera oportunidad.
¿Fue muy dura la época en el Cagliari?
En el Cagliari me dicen que tenía un año para demostrar si me hacían contrato o no. Yo jugaba con el 'B', le ganábamos a todos, Inter, Juve, Milan... y me suben al primer equipo. Debuto y me hacen el primer contrato. Durante este tiempo no cobraba nada, sólo me ayudaba Iván Córdoba y vivía en la residencia del Cagliari.
¿Y en qué usaste tu primer sueldo?
El primer contrato que yo firmo es cuando debuto en diciembre en Serie A, el 2 de diciembre. Y le digo a Iván Córdoba si la plata del primer contrato me la daban al mes siguiente o si me la podían adelantar, porque la necesitaba, me iba a mi casa para Navidad. Yo hace seis meses que no veía a mi familia, quería hacerle un presente a ellos. En ese momento el contrato era 900 euros, era un montón de plata. Él me lo adelantó, me fui a un shopping y compré regalos para mi viejo, para mi vieja, para mi hermana, mi abuelo... llevé una maleta llena de regalos. En ese momento para mí era mucho dinero, tenía 18 años. Hoy en día los chicos no tienen ni idea, si le dices 900 te dicen que estás loco.
Quiero que me hables de Cazorla, por favor.
Siempre dije que mi sueño era jugar en equipos importantes y siempre me pregunto y pienso cómo serán ese tipo de jugadores, será por algo. Y cuando llegó Cazorla, me di cuenta que para jugar en esos lugares hay que ser bueno de verdad. El loco es una bestia. Técnicamente, sus movimientos, inteligente, es un jugador que jugó donde jugó por algo. No es tan difícil. Muchas veces bromeo porque le pego a las pelotas paradas y le digo: 'Cabrón, patea con la derecha porque si pateas con la izquierda y después voy yo, la gente dice que le pegas mejor que yo con la mala'. El tipo es muy bueno, como compañero y capitán.
¿Cómo fue recibir la llamada para jugar el Mundial Sub-20?
Yo me acuerdo que estaba en la concentración en Trapani y estaba con Tiago Casasola, empecé a saltar en la habitación, una alegría, fue increíble. Fue una locura. Todos soñamos con jugar en la selección, para mí todo el sacifricio que habíamos pasado en ese momento estaba siendo recompensado. Al final los demás chicos estaban en inferiores, yo veía que podía estar. Pero hasta que no me llegó la llamada no me lo esperaba. Al final no me conocía nadie en Argentina en ese momento. Estaba Ascacíbar, Senesi, Lautaro, Montiel... e iba Colombatto que no lo conocía nadie.
Montiel, compañero tuyo en River, fue el que metió el gol en la final del Mundial. ¿Cómo lo viviste?
Fue algo espectacular el penal de Montiel. Yo sé todo lo que él pasó, yo llego a River y él estaba ahí. Se tomaban un tren, dos autobueses con la familia. Y ves el último penal de la final del Mundial que lo tira él. El destino es una locura, me alegré mucho por él, él tuvo su recompensa ahí.
¿Estás cansado de estar de un lado a otro?
Estar de un lado para otro es algo que me gusta pero en Oviedo junto con mi familia encontré algo diferente. Es uno de los clubes, de los pocos clubes en los que llevo un año y medio, dos si sigo. Al final encontré una estabilidad, un club que quiere crecer y jugar en Primera, con los mismos objetivos, es un club para mí importante para poder jugar en Primera.
Un tema complicado en el fútbol es el de los representantes. ¿Cómo ves su faceta?
La verdad que los representantes son un mal necesario. Donde es todo un negocio el fútbol, muchas veces no te das cuenta de cosas y más siendo pequeño. Pero es algo necesario. Como hay representantes que no son buenos, hay otros que son buena gente. A medida que fui creciendo y tomando propias decisiones, te das cuenta de muchas cosas que antes no estabas pendiente. Es un tema jodido, yo cambié dos veces de representante, el primero no me sentí cómodo y con el segundo no funcionaron. Creo que lo principal es la confianza, la confianza. Pienso que tiene que ser como tu mujer, al final cuando se rompe esa confianza se acabó.