Esteban confiesa su mayor miedo entre anécdotas con Luis Aragonés: "El mar se traga cada día a una persona y no quiero ser una de ellas"
El exportero de Oviedo y Atlético de Madrid, entre otros, explica su incontrolable fobia al agua a sus 49 años. "Me pongo más nervioso que ante un penalti de Hasselbaink", relata.

La semana pasada, días antes del partido de vuelta del playoff de ascenso a Primera División entre Oviedo y Espanyol en Cornellà, conversamos con Esteban Suárez (Avilés, 1975), exportero histórico de Oviedo, Atlético de Madrid, Sevilla, Celta y Almería. Nos contaba su ilusión por la posibilidad de ver al Oviedo en la máxima categoría 23 años después y repasaba su carrera, su regreso al Tartiere, su relación con el Mono Burgos en el Atlético de Madrid, el haber sido convocado con la selección pero no ser considerado internacional...
Además, Esteban, a través de nombres futbolísticos como Luis Aragonés y Jimmy Floyd Hasselbaink, nos reveló una fobia que no es muy común pero que aún le persigue a sus 49 años, su miedo al agua. Al hablar de su grandísima relación con Luis Aragonés, entrenador que se lo llevó al Atlético de Madrid en 2002 después de coincidir en Oviedo, el exportero asturiano revela lo que él era capaz de hacer por el Sabio de Hortaleza.
"Si me dicen quién es Luis Aragonés para ti o qué significa para ti, mira, yo no sé nadar, pero a mí me decía Luis Aragonés: 'Tírate a la piscina o tírate al mar', yo no sé si habría agua, si me iba a ahogar o no, pero yo me iba a tirar porque sabía que en algún momento él me iba a rescatar o alguien a quien iba mandar él. Tenía plena confianza en él, nunca me engañaba", explica.
Cuestionado sobre la metáfora del no saber nadar, Esteban se sincera y explaya. "No sé nadar, no sé nadar, le tengo pánico al agua, desde pequeño. Me voy de vacaciones y como un niño chico. Tengo las famosas máscaras estas de bucear y yo creo que están con la etiqueta puesta porque no, no. Me encanta, disfruto viendo a la gente cómo nada, me gustaría ser uno de ellos, pero no soy capaz, me pongo más nervioso cuando me llega el agua cerca del cuello que cuando me va a chutar el penalti Hasselbaink, por ejemplo. Mil veces más nervioso", afirma entre risas.
Que Esteban nombre a Hasselbaink no es casual. Le habíamos preguntado por él. Una de las acciones más recordadas de su carrera fue cuando detuvo un penalti al delantero holandés en la última jornada de la 1999-2000, el 7 de mayo, en un Oviedo-Atlético de Madrid que supuso la salvación de los ovetenses y el descenso a Segunda de los rojiblancos por primera vez en su historia.
Siguiendo con su fobia, el exguardameta relata también cómo se trató para superar su miedo al agua, en concreto cuando militaba en el Celta, de 2006 a 2008. "En Vigo iba a un cursillo de natación, el monitor era muy del Celta. Después de entrenar y antes de comer, a veces comía con él, el monitor me enseñó. ¿Qué pasa? Que luego yo justamente me voy del Celta y lo dejo, pero en aquel momento sí que le había cogido… Te dan ciertos trucos y aprendes cosas, pero bueno, no es algo que dependa de mí o que me guste o que tenga necesidad de aprender".
A pesar de sus esfuerzos, Esteban ha aprendido a convivir con ello en su día a día, incluso reside en la costa. "Vivo cerca de una playa que cada año hay rescates y no, no quiero participar de eso. Y luego encima sé que si me pasa algo, si me tienen que venir a rescatar, me pondría nervioso y no ayudaría, no ayudaría. Voy a la playa, me gusta, pero por los tobillos, y en el norte que el mar está agitado un poquito ni por los tobillos, por si acaso, además está muy fría. De pequeño me dijeron una frase mis padres que decía que el mar cada día se traga a una persona y por si acaso no quiero ser yo una de ellas", concluye.