Un email que se hizo de rogar para cumplir el sueño de Ryan Edwards, el Jon Snow del Amorebieta: "Siempre pensaba 'puede ser hoy' y no ocurría"
El australiano, que tuvo que esperar para estrenarse en el fútbol español, disfruta ahora del clima, del vino y también del euskera.
"¿Qué hace un chico como tú en un sitio como este?". Los Burning, con su canción, anticiparon una de las frases que más ha escuchado Ryan Edwards (29 años) en los dos últimos años. No es casualidad. Nacido en Singapur, donde su padre, también futbolista, desarrolló gran parte de su carrera, tiene doble nacionalidad: australiana y escocesa. "El fútbol siempre ha estado en mi familia", señala en una charla con Relevo. Él siguió una hoja de ruta similar y, tras aventuras en Escocia, Australia e Inglaterra, probó suerte en Corea del Sur.
Unos meses allí le bastaron para cumplir el sueño que escribió con tan sólo 12 años: quería jugar al fútbol en España. Lo que no se esperaba era hacerlo en el Amorebieta, en una ciudad con historia y unos platos típicos que ya degusta. Eso sí, el inicio fue complicado. Unos problemas burocráticos a la hora de obtener el permiso de trabajo retrasaron su debut con la elástica azul y alargaron su estancia en un airbnb (un alojamiento temporal que se paga por días): "Siempre pensaba 'puede ser hoy' y no ocurría". Pero pasó y, poco después, la celebración fue doble con el ascenso a LaLiga Hypermotion del Amorebieta.
Empezaste a jugar al fútbol por tu padre. ¿Cómo lo recuerdas?
Sí, así es. Empecé en este mundo por mi padre, que también se dedicó al fútbol de forma profesional. Sus padres son escoceses, por eso tengo nacionalidad escocesa, y la familia de mi madre es de Singapur. Así se conocieron. Mi padre jugó a fútbol en Inglaterra y Escocia, pero durante la mayoría de su carrera jugó en Malasia y Singapur. Somos cuatro hermanos y el fútbol siempre ha estado en la familia. Mis primeros recuerdos son de mi padre jugando para el Perth Glory de la ciudad en la que pasé gran parte de mi infancia. Le vi ganar y perder finales. También recuerdo que había muchísima gente en los estadios. El fútbol es algo muy grande en Australia. Esos son mis primeros recuerdos.
A lo largo de tu carrera has pasado por muchos equipos y en algunos de ellos te ha faltado regularidad. ¿Ha sido difícil?
Sí. La regularidad siempre es desafiante, sobre todo en el fútbol. Es una de esas partes negativas que la gente no ve. He tenido momentos de inestabilidad que me han hecho más fuerte mentalmente. Mi primera cesión fue cuando volví de Inglaterra a Australia para jugar en el Perth Glory. Fue una experiencia increíble, porque era mi ciudad natal y tenía 19 años por aquel entonces. Puede ser negativo, pero te acaba haciendo más fuerte.
Toda tu carrera había sido en Inglaterra, Australia y Escocia y, de repente, fichas por un equipo de Corea del Sur.
Llegó una etapa de mi carrera en Inglaterra en la que sentía que quería hacer algo diferente. No tenía por qué ser en Corea del Sur, pero se me presentó la oportunidad y mi esposa me dijo que era emocionante, que nos fuésemos. Hablé con algunos australianos que habían jugado en esa liga y me dijeron que mi estilo de juego encajaba allí. Era la motivación de probar algo nuevo, una nueva cultura y de volver a la selección australiana. Además, a un club muy grande como el Busan IPark.
"Me fui a Corea del Sur porque sentía que quería hacer algo diferente"
Futbolista del AmorebietaFuera del fútbol es todo un reto. Vivíamos en Busán, la segunda ciudad más grande de Corea, porque donde está situado el club es una zona muy aislada. No hay mucha gente que hable inglés y la solución es hablar coreano o llevar un traductor. Mi hija nació allí. Fue todo un reto, pero disfruté muchísimo. Hay un nivel fantástico y cada vez son más los jugadores asiáticos que emigran al fútbol europeo. El clima es extraño, porque tiene las cuatro estaciones. Se juega a temperaturas bajo cero, con nieve, y también con temperaturas muy húmedas y calurosas, cercanas a los 40 grados. A veces es muy lento y con muchos pases, otras muy rápido y físico. Hay que estar en forma, porque se nota en el juego. A veces los últimos minutos son como un partido de baloncesto, con mucha ida y vuelta, también contraataques.
Y del Busan IPark de Corea del Sur al Amorebieta de Primera Federación.
Cuando estaba en la escuela en Australia lo escribí. Me preguntaron "¿qué quieres ser de mayor?", y todo en mundo respondió que ingeniero, piloto, contable o algo así. El mío era ser futbolista profesional en Inglaterra y en España, y lo escribí. Siempre lo había soñado. Cuando estaba en Inglaterra, tuve problemas por el Brexit y no pude entrar en algunos países de Europa. Las reglas estaban cambiando todo el tiempo, así que me fui a Corea del Sur para luego intentarlo en España. El mundo del fútbol es increíble por todos los contactos que hay y mi agente tiene un socio español que me ayudó a llegar al Amorebieta en la segunda mitad de la temporada pasada. Llegué en enero. Cuando todo cogió forma, estaba en el aeropuerto y dije "bueno, no me subo al avión y empiezo a nadar, porque voy a ir nadando hasta allí (hasta Amorebieta)".
Esto es increíble. Mi mujer, mi hija y yo estamos muy contentos de estar aquí, en el mejor país. Me encanta el tiempo de Bilbao, porque si no tienes lluvia, tienes las montañas verdes y el paisaje. Para mí la comida es la mejor del mundo. He estado en algunos restaurantes y hemos hablado antes, fuera de cámaras, de la región vinícola. España es un país con una pasión por el fútbol increíble. Vivo en Bilbao y todo el mundo lleva la camiseta del Athletic. La pasión es increíble, y es exactamente el lugar donde uno quiere jugar al fútbol. No puedo estar más contento de estar aquí.
Te costó debutar por problemas burocráticos. ¿Cómo era en aquel entonces un día con Ryan Edwards?
Fue una época difícil y frustrante. No esperaba que me llevara tanto tiempo cuando llegué en enero. Mi cabeza pensó "bueno, sólo tienes que esperar un par de semanas", pero no fue así. Terminé contrato en Corea del Sur en diciembre y pensaba que todo iba a ir bien y que iba a estar disponible pronto. Pero cada semana faltaba algún documento o había algún problema. Así es el proceso de los visados en España. Un día conmigo en esa época era normal, me levantaba como si nada. Revisaba mis correos electrónicos a ver si con suerte había alguna buena noticia, entrenaba y trabajaba duro cada día. Llevaba la cuenta, creo que finalmente fueron siete semanas, y siempre pensaba "puede ser hoy, puede ser hoy", y no ocurría. Fue estresante en ese momento. Estaba solo y tuve que buscar apartamento. Me quedé en un airbnb y mi esposa y mi hija estaban en Rumanía con la familia. Cuando terminaba de entrenar, cogía el teléfono y respondía correos electrónicos, tratando de acelerar el proceso y de conseguir el papeleo correcto. Tenía que hacer eso y luego concentrarme en otras cosas importantes en el fútbol: dormir bien, comer bien, descansar bien... Fue una espera muy larga.
Se hizo de rogar, pero debutaste y, además, ascendisteis. ¿Cómo lo recuerdas y qué tal la fiesta de después?
El ascenso fue fantástico porque cuando llegué el club estaba en séptima u octava posición. El Eldense estaba muy por delante y nosotros decíamos "vamos a intentarlo, vamos a intentar alcanzarles". Queríamos llegar a los playoffs, porque ahí nunca se sabe. La mentalidad del equipo, de los aficionados, del cuerpo técnico... Fue un buen efecto bola de nieve (empezar poco a poco y conseguir un buen resultado). Seguimos ganando y al final alcanzamos al Eldense. Ascender fue una sensación increíble también por la adrenalina. Es muy especial jugar en el antiguo estadio del Athletic porque tienen el viejo arco de la catedral. Haremos todo lo posible para mantenernos en LaLiga Hypermotion.
En cuanto a dificultad, ¿qué te está pareciendo LaLiga Hypermotion?
Es una categoría muy difícil. Todo un reto. Los equipos contra los que jugamos cada semana han sido históricamente equipos de LaLiga. Miras los partidos y piensas "este es emocionante", y a la semana siguiente vuelves a pensar lo mismo. Quieres jugarlos todos. El nivel y la calidad es mayor en Segunda. Hemos sufrido grandes derrotas y es una categoría en la que si cometes errores, los pagas caros. En Primera RFEF los equipos no te castigan así (refiriéndose a la derrota del Amorebieta ante el Levante por 6-0). Para mí es mucho más divertido. Hay que pensar más en cómo queremos jugar con el balón, dónde debo estar cuando tenemos la posesión, si debo o no correr hacia adelante o pedir la pelota. También tácticamente. Somos un equipo con jugadores muy jóvenes y trabajadores, y sabemos que tenemos que darlo todo para conseguir nuestros objetivos.
¿Es más difícil LaLiga Hypermotion o el euskera?
Bueno, bueno (risas). Es un idioma muy difícil. Conozco algunas palabras como los saludos o alguna suelta ("kaixo", "agur", "egun on", "gabon", "eskerrik asko", "mesedez"...). Para mantener una conversación, no podría hacerlo. La semana pasada fuimos a pasar el fin de semana a La Rioja, a la parte que no habla euskera, estuve a punto de decir agur y pensé "no, no debo decir agur aquí" (risas). Así que creo que es algo especial. Intentaré aprender todo lo posible porque ayuda y la gente aprecia y valora cuando un extranjero aprende algunas palabras en su idioma. He intentado investigar un poco sobre el idioma y vi un documental de hace unos años de Anthony Bourdain, un famoso chef, que entrevistó a algunas personas en San Sebastián y preguntaba de dónde venía el idioma (el euskera). No sabían responderle. Poca gente lo sabe, simplemente se habla. Es especial.
¿Qué es lo que más te ha llamado la atención del club y de la ciudad?
Lo primero que me viene a la mente es la gente. No creo haber formado parte de un club que haya sido tan acogedor, cálido y afectuoso como el Amorebieta. Y eso es todo el mundo: desde el cuerpo técnico, el director deportivo, el nutricionista, los fisios y toda la gente de la ciudad y los aficionados. Cuando estaba buscando piso, porque ahora vivo en Bilbao, ya me hice una idea de la ciudad. Es increíble. Tengo un bebé pequeño y para mi mujer y para mí es bonito ver a tantas familias felices en todo el País Vasco. Eso es lo que me parece más especial. Recuerdo que lo primero que me dijeron cuando llegué fue "bienvenido a tu nuevo hogar", y ha sido así. He vivido más tiempo fuera que dentro de Australia, así que me pregunto dónde está mi casa o cuál es mi hogar (risas). Para mí y mi mujer, hogar es el sitio en el que estamos.
Otra cosa que me gusta es el café del País Vasco, que es el mejor de España. Tengo que decirlo, porque he estado de vacaciones en muchos sitios y aquí (en el País Vasco) se enorgullecen de sus cafés y eso me encanta. El marisco es increíble, igual que el chuletón. La comida es la mejor del mundo, y ya he preguntado y buscado dónde están los mejores restaurantes para ir. A nadie le gusta el frío y la lluvia, pero se acerca el invierno y disfrutaremos de él.
También te gusta mucho el vino, ¿no?
Es un hobby difícil de tener cuando juegas a fútbol, pero es algo sobre lo que me gustaría aprender cuando me retire para poder hacer más catas y probar más vinos. Me gusta disfrutar de un vino blanco o tinto en una cena, con buena comida y compañía. La semana pasada fue el cumpleaños de mi hija y fuimos a La Rioja a una bodega. Comimos chuletón y compartimos una botella de chacolí. Eso es algo que me encanta, un buen trozo de carne con vino tinto o marisco con blanco. Me interesé por el vino cuando me mudé por primera vez a Reading, en Inglaterra, con 16 ó 17 años. Mi mujer y yo hemos viajado a muchos sitios y la comida forma parte de la cultura. Me gusta aprender qué tipo de vino tomar con cada comida. Es algo que me interesa. El vino es algo muy complejo y hay mucho que aprender. No sé ni de lejos lo suficiente, pero disfruto siempre de una copa o dos con algo de comida.
He visto que en redes sociales te comparan con Jon Snow, de la serie Juego de Tronos... (risas)
Lo he oído algunas veces, sí (risas). Creo que uno de mis compañeros en Escocia puso mi cara en una foto de Jon Snow una vez y estaba sosteniendo la espada. Juego de Tronos es una gran serie de televisión, quizá una de las mejores de los últimos cinco, seis o siete años. Y es un gran personaje. Así que sí, supongo que el pelo, la coleta y la barba hace que nos parezcamos. Me lo tomo como un cumplido porque es un gran personaje.
Y ya la última: un ídolo o referente.
De pequeño me encantaba el AC Milan de Seedorf, Kaká, Pirlo y Gattuso. Ese centro del campo era increíble. Me encantaba ver jugar a Kaká. Y luego, por supuesto, Zidane fue un ídolo para muchos. En Australia el gran ídolo para mí fue Tim Cahill. En él se miran muchos jóvenes. A medida que fui creciendo, empecé a mirar hacia otros deportes también. Me fijo mucho en Novak Djokovic y Tom Brady. Han tenido carreras muy largas y han ganado muchos campeonatos, trofeos y títulos. Y piensas, ¿qué están haciendo? ¿qué comen? ¿cómo se entrenan? ¿qué hacen con sus cuerpos? Así que me resulta interesante observar a otros atletas, su éxito y lo que hacen.