FC BARCELONA

Xavi Simons, el "líder positivo" que obligaba a Gavi y Fermín a empollar y orbita en el futuro del Barça

El neerlandés llegó a La Masia como prebenjamín y se marchó al PSG a los 16 años. Sigue visitando a sus amigos de Barcelona sin saber dónde jugará el próximo curso.

Xavi Simons en su último partido de la temporada con el Leipzig./AFP
Xavi Simons en su último partido de la temporada con el Leipzig. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

De nombre Xavi en honor a la leyenda blaugrana. De familia neerlandesa como tantos nombres ilustres de la historia del Barcelona. Unos rizos que hacían brillar aún más su fútbol. Y todo dentro del cuerpo del que presumía llegar a ser otro de los bajitos para el futuro centro del campo blaugrana. Cuando tenía 14 años, Xavi Simons ya bordeaba el medio millón de seguidores de Instagram.

Durante las últimas semanas se le ha vinculado al Barcelona. Al acabar su temporada con el Leipzig ha pasado unos días en la capital catalana, donde tiene a algunos de sus mejores amigos. Creció en una generación, la del 2003, de las más talentosas de los últimos años de La Masia. En un universo idílico en que el Barça tuviera más músculo económico, su regreso sería una opción más que viable. Simons cerró su segunda temporada consecutiva cedido y ahora debe volver a París, el club que lo sacó de la cantera. Pero, ¿por qué se marchó?

"Lo veías entrenar o jugar y sabías que acabaría siendo profesional", recuerdan desde Can Barça. Curiosamente, los que le vieron crecer lo definen más como un currante que como un estilista, aura que se ha ido labrando en sus últimos escalones a la élite y que ha terminado de esculpir primero en Eindhoven y luego en Leipzig. Prueba de ello, la notable actuación contra el Real Madrid en esta edición de la Champions.

'Media pensión' en La Masia para poner las pilas a sus compañeros en los estudios

Simons llegó al Barça siendo prebenjamín y durante muchos años tuvo "media pensión" en La Masia. No vivía en el centro, como sí lo hizo Gavi, a quien conoció en las instalaciones y de quien se hizo amigo, sino que iba a la escuela con algunos compañeros de equipo, comía en la residencia y se quedaba allí hasta que tocaba entrenar por la tarde. Un año después de su aterrizaje, el Barça ficho a Alejandro Balde, uno de los mejores amigos de Xavi, al que visitó en su último viaje a la ciudad.

"A pesar de tener muchos seguidores y de que allá donde fuéramos todo el mundo lo paraba, siempre tuvo muchísima personalidad. Le gustaba que le apretaran", recuerda uno de sus ex entrenadores. Fuera del campo, lo describen como "un líder positivo": "Lograba que todos los que vivían en La Masia hiciera lo que Xavi dijera. Era un líder positivo. Les obligaba a estudiar, les ponía las pilas: a los Fermín, Balde, Gavi, que era más pequeño pero iba con ellos…", relatan.

La competitividad, también en el fútbol, la lleva de fábrica. "Le encantaba ganar en los entrenos, en los partidos… Animaba mucho a sus compañeros, incluso para ser la mejor generación: la que ganaba más partidos, más títulos… Se comparaba con los 2002 [Ansu, Ilaix, Pablo Moreno, Nico González], los 2004 [Gavi, Ilias Akhomach, Ángel Alarcón, Aleix Garrido]...", añade una persona que les vio crecer.

El centro del campo de la generación de Simons lo completaban Fermín y Marc Casadó. "Siempre hablamos que físicamente Fermín era bajito, pero Xavi no era mucho más alto que él", subraya uno de sus ex entrenadores. "Tenía calidad, pero destacaba a nivel de trabajo, de intensidad", añaden desde La Masia. Entre el físico y su talento, dudaron sobre si ubicarlo como pivote o como interior, más cerca del área. "Se movía muy bien entre líneas, era capaz de girarse, de encarar… Fue mejorando de cara a puerta con el paso de los años", comenta el mismo formador.

Mino Raiola se lo llevó a París

"La duda era si crecería a nivel físico", cuentan desde Can Barça. Fermín, de hecho, pegó el estirón ya en la etapa juvenil. Entonces Simons ya había partido. Cumplió los 16, momento de firmar el primer contrato profesional, y su agente, Mino Raiola, creyó que el proyecto del Paris Saint-Germain le llevaría más rápidamente a la élite. Un año antes, el Barça le ofreció un contrato a Ilaix prácticamente sin precedentes y no quiso repetir la cuantiosa operación. Raiola se llevó a Xavi a París.

El agente no pudo prever que el Barça, en un contexto de necesidad, no le quedaría otra que mirar hacia abajo. Fermín y Gavi no solo debutaron, sino que son fijos en el primer equipo y mucho tendrían que torcerse las cosas para no tener una plaza en la Selección durante los próximos años. Simons, tras dos cesiones consecutivas, todavía no sabe dónde jugará el curso que viene, aunque ya oposita a figura mundial. Siempre le quedará Barcelona.