FC BARCELONA

Xavi y la estrategia cruyffista contra un runrún que aumenta

El técnico del Barça achaca el mal juego del equipo a las críticas, un escudo 'cruyffista' y una situación que le acompañó en su carrera.

Xavi Hernández, en una conferencia de prensa antes de un partido. /AFP
Xavi Hernández, en una conferencia de prensa antes de un partido. AFP
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Hay que regresar a Johan Cruyff, punto de partida de los grandes capítulos (y términos) de la historia moderna del FC Barcelona, para contextualizar la crítica de Xavi Hernández a la prensa. O al entorno, término que acuñó el técnico holandés en 1992 cuando, después de un partido de Copa de Europa en Praga en el que su equipo perdió 1-0 y se acentuaron las críticas, el genio oranje' replicó así en su famosa conferencia de prensa: "¿Por qué no ha funcionado el sistema? ¿Por qué los jugadores no saben más? ¿Por qué no ha entrado el balón? El entorno influye y repercute en mis hombres. Ahora resulta que Stoichkov es imprescindible y antes no servía para nada. Y como éste, hay cien ejemplos".

Xavi, sobre el entorno.

El regate de Cruyff pilló a los presentes con el pie cambiado, acostumbrado el holandés a dejar atrás a sus rivales vestido de corto, y también con una libreta y un bolígrafo en cualquier sala de prensa. En unas semanas 'calientes' en Barcelona, después del 1-2 ante el Real Madrid, el milagroso 0-1 contra la Real Sociedad y la derrota en Hamburgo frente al Shakthar (1-0), Xavi optó por esta estrategia 'cruyffista' para proteger a sus jugadores, que ante el Alavés de nuevo protagonizaron un flojo encuentro, especialmente en una primera parte impropia de la entidad azulgrana con ocasiones para los vitorianos para irse con un marcador cómodo al descanso.

"La prensa es muy crítica y exagerada y eso afecta a los jugadores... Les dije al descanso que no se comían a nadie", dijo el técnico después del partido. "Por eso jugamos mal", añadió, y puso el foco "en los más jóvenes". Los dardos de Xavi, en este caso, fueron solo dirigidos a la prensa, que forma parte del entorno, no a los directivos y aficionados ("no he escuchado los silbidos") que también se engloban el término acuñado por Cruyff. Durante la semana, varios medios de comunicación catalanes se preguntaban si el técnico peligraba después de la racha, mientras que en los últimos partidos se han leído titulares relacionados al equipo azulgrana como "partido preocupante", "de mal en peor" u "otro despropósito", con un Barça alejado de ser el que proclama un técnico con su famoso ADN. Dudas que después se cerraron con una rotunda previa antes del Alavés: "Xavi no se toca".

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Xavi, una carrera de purpurina acostumbrada a la crítica

Aunque tanto el juego como los resultados saltan a la vista y los asume el cuerpo técnico ("estamos en un mal momento"), Xavi lleva conviviendo con estas críticas desde que asomó por el primer equipo como jugador con apenas 18 años. Su estatura y su fútbol generaban dudas, incluso estuvo a punto de marcharse al Milán, pero el convencimiento de su madre le hizo quedarse en el Camp Nou pese a algunas críticas que ponían en duda que fuera capaz de cubrir el vacío de Pep Guardiola. Ya en 2002, el actual técnico azulgrana señaló después de una mala racha con Van Gaal que "luego igual vienen tres partidos seguidos ganados y habrá euforia, porque aquí no hay términos medios". Xavi era conocedor del entorno desde que estaba en La Masia.

Mientras Xavi tardó años en asentarse en el primer equipo azulgrana y ser valorado como uno de los mejores centrocampistas de la historia del club, algo idéntico vivió en la Selección española, cuando necesitó años para consolidarse y conseguir, con Luis Aragonés, ser una referencia en una Eurocopa (2008) que empezó con múltiples críticas y que acabó afianzando una idea y un jugador que fue el faro. El de Terrassa ha navegado buena parte de su carrera en esta atmósfera.

Ahora Xavi, que en la previa del partido habló de que "era el momento del entrenador", dispara contra la prensa y los mensajes que ponen en duda la evolución de un Barça que está sudando sangre para ganar los partidos este curso. Un debate, el de las críticas, que llenará el tiempo de un parón que debe servir para que los azulgrana recuperen su esencia, de lo contrario el "runrún" del entorno seguirá in crescendo.