Vinicius y el currículum del Real Madrid para sellar media Liga

El Girona que se había agigantado en Montjuïc (2-4) y presentaba su candidatura al título de Liga se empequeñeció en el Santiago Bernabéu (4-0). Quizás ensimismado por el miedo escénico y por la puesta en escena de un Real Madrid que tiró de currículum pese a jugar sin centrales y contó con una estrella mundial que le ayudó a sellar media Liga. Vinicius fue determinante con un golazo a lo Cristiano Ronaldo, con un golpeo de empeine interior, plano, cuya curva fue directa a la red; una asistencia que podría haberla firmado Modric por su exterior preciso; y una jugada marca de la casa, un gambeteo a Couto, que vivió una pesadilla esposado al brasileño todo el partido. Bellingham fue su mejor socio y dejó atrás a Dovbyk en su carrera por el pichichi, aunque sus molestias en el tobillo preocupan para el partido de Champions ante el Leipzig el martes.

Pese a que el Girona entró con buen pie al partido (juego de tiralíneas y presión), la faltó finura y colmillo. Sus sociedades por los costados no funcionaron, desaparecidos Tsygankov y Savinho y anulado Dovbyk, y las pérdidas de balón fueron la oportunidad del Real Madrid, equipo contragolpeador que jugó con inteligencia. Si dejas una puerta abierta, el equipo de Ancelotti te devora, con jugadores como Camavinga o Valverde, que son capaces de conducir 50 metros como atletas. Con Míchel en la grada, por su expulsión ante la Real Sociedad, el Girona fue de mal en peor y acabó goleado, duro castigo que pone a prueba la resistencia rojiblanca en este tramo final del campeonato. La Liga es ya media del Real Madrid. Cinco puntos de ventaja más el 'goal average' y una estocada hiriente.

Irreverente y burlón, como los extremos de antes, que gambeteaban los coches y los peatones, que se escapaban con el balón bajo el brazo de las plazas de los pueblos donde no se permite jugar. Los dueños de la calle que juegan sin camiseta como en la playa de Copacabana, que dominan todas las superficies de contacto porque son capaces de mantener un balón en el aire durante horas o un calcetín, por lo que la técnica está en la práctica. Y de eso van sobrados. Y ante el Girona, el equipo que aspiraba al liderato, Vinicius dio una de esas lecciones que lo convierten en un futbolista superlativo, un artista pero un funcionario, que planta sellos que son obras de artes.

Así se construyó su partido, con un golpeo estratosférico desde el perfil derecho que evidenció su facilidad para anotar tras la llegada de Ancelotti. Una asistencia en la que reúne muchas otras virtudes, a veces ocultas por su tendencia al espectáculo, y es que Vinicius también tiene un ojo clínico para ver últimos pases y cuenta con los recursos para ejecutarlos de mil y una maneras. De morir, para el rival. Y una tercera acción en la que convierte su defensa en el juego de la ruleta, o rojo o negro, porque es imposible saber hacia donde saldrá el brasileño. Vinicius es oro. Y le dio media Liga al Madrid.

No es fácil jugar de central y menos en el Real Madrid. La prueba adquiere mayor relevancia si enfrente tienes a Dovbyk, uno de los máximos goleadores del campeonato, un delantero que come como un león y golea esta temporada como el mejor Van Basten. Por eso el partido de Carvajal y Tchouameni es de matrícula. También el planteamiento de Ancelotti. A menos distancia más ayudas y menos riesgo, por lo no tuvo problemas el equipo blanco en cederle el balón al Girona, juntarse cerca de su área y aprovechar su velocidad para salir.

Carvajal continúa con estado de gracia. Goleador, determinante como lateral y ahora encima seguro y fiable ante uno de los mejores delanteros del campeonato, que llegó recuperado a regañadientes después de una lesión. Lo echó de menos el Girona. Lo controló el Real Madrid con dos jugadores que valen tanto para un roto como para un descosido.

Es difícil personificar el flojo partido del Girona, eclipsado por la exuberancia física del Real Madrid. Pero hay un jugador que reflejó el desquicio de los de Míchel, que además fue el autor de la pérdida en la que se originó el 1-0 y su marca, Vinicius, anotó y asistió en la primera parte en la que todo explotó por los aires. Y en la segunda salió de nuevo en la fotografía del 3-0 y 4-0. E hizo el penalti que falló Joselu. Jan Couto llegaba como una moto al Bernabéu. Txiki Begiristain lo había ojeado ante el Sevilla, hace tres semanas, en busca el City de un lateral derecho para la obra de Pep Guardiola. No se ganó ese privilegio este sábado, nervioso, por el suelo en muchas acciones, con pérdidas que permitieron que el Real Madrid pudiera correr al espacio.

El lateral es uno de los jugadores más determinantes del campeonato, pero fue a merced de Vinicius todo el partido, sin opción de frenarlo ni de superarlo, impreciso en los centros. Expuso a su equipo y no funcionó su sociedad con Tsygankov. No fue el día del lateral, herida por la que sangró un Girona que se dejó parte de sus opciones al título en Madrid.

Pese a la goleada, el mérito del Girona sigue siendo espectacular. Las derrotas duelen y pueden pasar factura, y ahora el calendario del equipo rojiblanco hace pendiente con la próxima visita a San Mamés, pero no hay mejor remedio para los momentos de debilidad que mantener tu estilo. Ya decía Valdano que sin estilo pierdes el horizonte en las malas rachas, pero con él tienes un clavo al que agarrarte. También el Girona llegó con bajas, sin Blind, con un Dovbyk mermado y sin Yangel Herrera o David López. Y su estrategia pudo ser suicida por los espacios que dejó y la mordiente blanca, pero hay no hay mejor manera de sobrevivir que mantener tu coherencia.

A partir de ahora a los de Míchel les espera una batalla mental. De ver el liderato a tocar a tenerlo lejos y a observar como por el retrovisor vienen las hienas que despiertan y quieren esa segunda plaza de Champions. Olvidarse de ello y mantener el estilo. No hay otro camino.

Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez, Carvajal, Tchouaméni, Mendy (Fran García, m.77); Camavinga, Kroos (Modric, m.70), Fede Valverde, Bellingham (Brahim, m.57); Vinícius (Güler, m.77) y Rodrygo (Joselu, m.70).

Girona: Gazzaniga; Yan Couto, Juanpe, Eric, Miguel Gutiérrez; Aleix Garcia, Ivan Martín (Solis Romero, m.70); Sávio, Portu (Pablo Torre, m.46), Tsygankov (Valery, m.70); y Dovbyk (Stuani, m.70).

Goles: 1-0, m.6: Vinícius. 2-0, m.35: Bellingham. 3-0, m.54: Bellingham. 4-0, m.61: Rodrygo.

Árbitro: Juan Martínez Munuera (Colegio valenciano). Amonestó a Mendy (76) por el Real Madrid; y a Juanpe (21) y Couto (68) por el Girona.