Vicente Moreno y la "difícil" gestión de RdT: "Su nivel es para jugar en el Atlético, el Real Madrid o el Barcelona"

Después de salvarse en el último suspiro, el Almería, que vio como Rubi dejó el banquillo, apostó por Vicente Moreno. Un nuevo proyecto, con la necesidad de dar un paso adelante pero que a posteriori no ocurrió. La planificación fue deficiente, con ejemplos como el de Samu Costa, que se marchó al Mallorca al final del mercado, o César Montes, que llegó por un sobreprecio importante (13M). El técnico valenciano, que llegaba tras su exitoso paso por Arabia y su prematura salida del Espanyol tras un ascenso y salvarlo, apenas duró un mes y medio de competición. O siete partidos. Relevo charla en Valencia cuatro meses después de aquello y con un Almería que aún no ha ganado ni un partido.

Lo llevo mal. Le preguntas a otra gente y cree que vas a vivir muy bien. No podemos quejarnos y tenemos posibilidades gracias a nuestros salarios, pero hablamos de un trabajo que necesitas. El fútbol lo viví de jugador y de entrenador, y no me veo haciendo otra cosa. Incluso en las situaciones difíciles o desagradables, las disfrutas. Sin el estrés, tu cuerpo no se siente bien.

Cuando estás entrenando en una mala dinámica o tienes problemas con jugadores o el club, muchas veces piensas que puedes estar cansado, pero somos adictos. Los problemas de gestión, con la prensa, esa necesidad de ganar y la tranquilidad que te da hacerlo... Son unas sensaciones que nada más me proporciona.

Sigo descolocado. Hay cosas a las que nos podemos agarrar, que son objetivas, y es que no ganamos después de siete partidos. Pero si las analizamos, vemos que hay muchos equipos que no habían ganado y otros solo un partido. La sensación era que siempre tuvimos opciones de ganar, me pareció prematuro, pero no depende de uno. Fui arriesgando, apostando por gente, pero demasiado pronto se cortó todo.

Haces una pretemporada con un equipo que cuando han pasado tres jornadas hay que valorar si ha valido mucho o no porque cambia. Le pasa a todos. Llegan jugadores sin pretemporada, te cambian jugadores uno o dos días antes de jugar un partido... Fue difícil. No tuve mucha opinión y decisión en la plantilla.

El Almería, a diez minutos de acabar la Liga anterior, estaba en Segunda. El descender o no hacerlo depende de detalles, como que al Espanyol no le anularan el gol de Valencia. Se tenía claro en el club que había que dar un paso adelante. Voy a Almería pensando eso, creyendo que mejoraríamos el año anterior, que no fue fácil el trabajo meritorio que hizo Rubi. Creíamos eso. La realidad es que hubo posiciones que el club decidió no reforzar. Hice algún comentario de Samu, que me hubiera gustado que se quedara. Pero no quiero entrar, les dije solo de puertas hacia dentro.

Hice todo lo posible para que Darder estuviera en el Almería. Es otro jugador parecido a Raúl de Tomás a nivel profesional. No en todos los sitios le buscan ese escenario para el que pueda rendir a tope. Es bueno ocupar tiempo en él porque si está a gusto tiene un nivelazo.

Me gusta ser cuidadoso porque siempre molesta. Tengo respeto y aprecio por Garitano, aunque no hayamos tenido relación. Me parece un tío trabajador, que se lo ha currado todo lo que consiguió. Le deseo lo mejor. Lo mío me pareció precipitado, pero soy respetuoso con lo que sucedió.

En el Mallorca el presidente está en el día a día en los últimos años. Al menos eso creo. Es diferente por muchas cosas al resto. Allí son todos del Mallorca a muerte. Estoy orgulloso de haber podido entrenar, hubo muchas vivencias.

Había que entenderlo. A día de hoy sigo notando más cariño que lo contrario, pero hay gente que tiene su opinión y a veces eso se crea a través de las informaciones. Uno toma decisiones porque cree que son las mejores. Podría haberlo hecho diferente. Pero creo que si debo tomar decisiones, las tomo y no puedo pretender que a todos les parezca bien. Quizás si me quedo, me despiden antes de empezar. No lo sé, pero me quedo con el recuerdo de aquellos años que fueron importantes para el actual Mallorca.

Primero por la cultura, son muy diferentes. Tuve propiedades extranjeras y he estado en Arabia, y al final cuando vas a otro país tienes que adaptarte y cambiar muchas cosas. Si no te adaptas no puedes ir, y cuando viene una propiedad no es fácil que él se vaya a adaptar al cien por cien. Está en su derecho, pero el fútbol conjuga tantas cosas y sentimientos que no es solo el negocio. Creo que viene dado por eso, hay que buscar un equilibrio.

Una pena lo del Espanyol. Es un club muy particular, que está hecho desde la dificultad. Y me identifico con ellos. Lo sientes. Lo viví con pena, me parece un club con muchas posibilidades, con potencial, pero verlo en Segunda... Está en condiciones de poder pelearlo.

Difícil de gestionar es... Pero hay que entender a qué se refiere eso. Tiene desgaste, te trae dificultades, pero es un tío fantástico, que te tiene aprecio. Algún mensaje nos mandamos. Tengo dos hijos y a veces estoy muy encima de los jugadores, pero quiero lo mejor. Y eso es lo mejor para el club y luego para mí. Hay que darle el escenario correcto, es un jugador especial.

No entro en sus decisiones. Tomarlas en la vida de los demás es muy fácil. Toda decisión es correcta siempre. Trabajé con él dos años y su nivel es Real Madrid, Atlético o Barcelona. Es muy bueno, es primer nivel. Jugó en el Espanyol y triunfó. Le valió para ir a la Selección. Estuvo en una situación compleja y difícil el año pasado. Si este año no rinde como se espera es porque habrá muchos condicionantes. Tiene edad para seguir estando al máximo. Ya me gustaría tener a RdT en el equipo en el que esté.

Me implico con los jugadores, ocupaba más tiempo en ellos que en mis hijos. Uno les coge apego. Está la parte profesional y la personal. No sé si hago bien o mal, pero cuando uno sale te duele porque le coges aprecio.

Hay de todo. El futbolista pasa un filtro desde pequeño y cuando llega es completo en muchas cosas. Llegan los elegidos. Hay sentimiento en el juego, a veces hay valoraciones despectivas. Es muy difícil, tienen que ser fuertes personalmente, pero hay los que a nivel mental son más frágiles. A nivel de redes sociales no tiene nada que ver a cuando yo jugaba. Abría el diario el lunes y ya está, ahora no pueden desconectar. Estabas en una burbuja. Ahora están cogidos al teléfono, consumen muchas redes, en los vestuarios ponemos la norma de prohibirlos y en el comedor, pero están cogidos al teléfono. Necesitamos ayuda profesional para manejar eso.

A veces son los jugadores los que ponen la barrera de la cercanía. Y esa depende de su carácter, de si lo pones cada semana o no. Intento que eso no exista, pero esto va de relaciones humanas y a veces fluye más con uno que con otro. Aunque intento obligarme, hay quien te corta más o menos.

Hemos hecho el control del sueño en el Mallorca. Nos vino bien en la pandemia. Estos aparatos que tenía cada jugador nos ayudó a llevar el control desde casa. Con el tiempo debes buscar la percepción que se basa en tu experiencia, pero debes apoyarte en cosas objetivas. El 100 por cien no es objetivo, ni tampoco percepción. A veces pesa más una cosa y otras otra.

Tú sabes los datos que tiene uno y otro, especialmente los jugadores que se enfrentan. Sabes cuándo unos llegan al límite y otros no. Pero quizás uno se siente bien, o miras al banquillo y no ves la solución. No solo actúas por eso, nos saltan las alarmas en la aplicación, y luego decidimos. Antes era más cuadriculado. Al final de semana cuando estaba en el Nàstic me incomodaba si los datos se nos iban. Luego te das cuenta de que no tiene mucho que ver.

Cuando me voy al Al-Shabab lo primero era ver el escenario. Creo que voy a un club que me permitiría estar cerca de ganar cada semana, y se cumplió, peleamos por la Liga. Me quedé con la experiencia del jugador local, que tiene calidad y tienen margen de mejora, no solo futbolística, sino de hábitos. Y ayudamos en esa mejora. A nivel personal era una prueba. Hay muchos prejuicios, tienes que ser abierto y flexible. Me costó, pero me adapté.