Viaje a la cuna de Szczesny: "Al principio quería ser delantero, no portero"
Jacek Rutkowski, su primer entrenador, atiende a Relevo en Agrykola, el club de Varsovia en el que creció el meta.
Varsovia.- Es una mañana nubosa en la capital de Polonia. La ligera llovizna que aparece por momentos no afecta a los deportistas que se entrenan en Agrykola, la que para muchos es la cuna del deporte de Varsovia. Y también de Wojciech Szczesny, el nuevo portero del Barcelona que se formó en estas instalaciones. "Lo recuerdo desde el principio, llegó al club con 8 o 9 años", cuenta a Relevo Jacek Rutkowski, el primer entrenador del meta y que se muestra orgulloso de la trayectoria de su pupilo al que dirigió durante cuatro años. "Él quería ser delantero, no portero", añade entre risas antes de una conversación en la que cuenta cómo creció el ahora meta azulgrana.
Rutkowski atiende a Relevo por la tarde. Las llamadas de Maminski Boguslaw y Zdzisław Hoffmann, subcampeón del mundo de 3.000 obstáculos y campeón de triple salto en Helsinki 83', respectivamente, nos cierran la cita con el entrenador y con Margaryta, que, amablemente, accede a traducirnos desde el polaco. El orgullo de contar cómo se vive el deporte en Agrykola les lleva a atender a un medio español. "Saludad a mis amigos Abascal (José Manuel) y González (José Luis)", dice Boguslaw. También ayuda que Rutkowski es muy seguidor del Barcelona, con lo que el fichaje de Szczesny ha sido otro gran orgullo para él. "¿Qué jugador rechazaría una oferta del Barcelona?", dice el técnico, que entiende la decisión del portero de dejar aparcado su retiro. "No me sorprende que haya vuelto. No esperaba que aguantase mucho sin la pelota. Después de un tiempo es normal que extrañase los partidos de alto riesgo, la adrenalina y el vestuario", añade Rutkowski.
Agrykola acoge hoy principalmente a jóvenes que quieren practicar fútbol, balonmano o atletismo, aunque en su momento aquí se construyeron las primeras canchas de tenis de Varsovia, construidas antes de la Primera Guerra Mundial, y también el primer club de tenis de la capital, el Lawn Tennis Club, donde Polonia debutó en la Copa Davis en 1925. Ese sabor a deporte se palpa en cada rincón de las instalaciones, plagadas de vitrinas con trofeos y fotografías que recogen parte de esa historia. Hasta Usain Bolt se ejercitó en Agrykola, pero, sobre todo, grandes deportistas polacos se iniciaron en esta parte norte del parque Lazienki.
"Szczsesny empezó como jugador de campo. Él no quería ser portero. Después de medio año le propuse serlo en un grupo de entrenamiento mayor de su edad. Pero no quería, él quería ser delantero y marcar goles. En aquel tiempo, aunque era un niño, era complicado imponerle algo", relata Rutkowski sobre aquellos primeros días del portero polaco bajo sus órdenes en Agrykola. "Le dije que se lo pensara. Al cabo de dos semanas, antes de un entrenamiento, entré en su habitación y vi que estaba vestido de portero. Desde ese momento ya no pensó más en ser jugador de campo", añade el técnico, que pronto quedó convencido de que había tomado la decisión correcta.
"En el primer entrenamiento, cuando lo vi vestido de portero y colocado en la portería, ya quedé convencido al 200% de que lo había hecho bien. Desde los primeros ejercicios se podía ver que tenía algo especial", dice sonriente Rutkowski. "Él era el chico más joven del grupo, que era del 89 y él es del 90. Pero era el más alto de todos. Tenía las piernas y los brazos muy largos. Era idéntico a su padre, que fue un gran portero del Legia y de la selección polaca", comenta Rutkowski, sacando a escena a Maciej , el progenitor que, en este momento, no tiene relación con su vástago.
En Agrykola, que debe su nombre al constructor y arquitecto Stanislaw August Poniatowski y Karol Ludwik Agrykola, se recuerda orgulloso a Szczesny. El meta aparece en una fotografía del partido en el que se conmemoró el 50 aniversario del club. "Organizamos un encuentro entre el equipo en el que jugó Wojciech y veteranos del Agrykola", señala Rutkowski, a quien se le vuelve a iluminar el rostro al hablar de su antiguo futbolista y, sobre todo, del Barcelona. "Yo he sido siempre un gran aficionado al Barcelona. Es más que un simple club. Es una leyenda. Desde la época de Cruyff y luego con Guardiola. Yo quería que mis equipos jugarán de esa forma, aunque con nuestras características", dice el veterano entrenador. "Quizás él se enamoró del Barcelona así. Siempre se puede adaptar la teoría a la vida. Él tuvo esa influencia desde niño", agrega Rutkowski, que deja claro cómo le gusta el fútbol: "Tiqui-taca".
Y la vida sigue en Agrykola, a cinco minutos del estadio del Legia Varsovia, pero con la tranquilidad que otorga su ubicación en el parque. Rutkowski nos acompaña por esas instalaciones llenas de niños, tanto en la escuela como en el campo de fútbol o las pistas de atletismo. Las mismas que hace 25 años acogieron a Szczesny, el portero que quería ser delantero y que ya conoció el Barcelona de la mano de su primer entrenador. "Pudo ser el destino", dice sonriendo y a la vez soñando con ver jugar a su pupilo en el Camp Nou.