La otra cara del adiós de Eduard Romeu: tres años "tensando la cuerda sin llegar a romperla" y todavía cuentas pendientes
El vicepresidente económico abandona el club a mitad de curso y con la entidad buscando mecanismos para cuadrar el presupuesto.
Un día después de cumplir uno de los objetivos de la temporada, clasificando a los cuartos de final de la Champions League, Eduard Romeu fue a casa de Joan Laporta. Allí le comunicó que dejaba el cargo de vicepresidente económico del club. Llegó a la entidad blaugrana hace tres años, cuando Laporta inició su segundo mandato en Can Barça. Lo hizo porque así lo pidió José Elías, avalista de la junta, que tenía en Audax a Romeu como mano derecha. Ya había renunciado Jaume Giró, que había acompañado al presidente durante la campaña.
Eduard Romeu abandona el Barça porque sus nuevos proyectos empresariales no le permiten compaginarlo con su cargo en el club. "Solo salía del club para ducharme", comentó en su despedida. Laporta valoró muy positivamente su paso por Can Barça, describiéndolo como una persona clave para "dar la vuelta a la situación financiera". Logró 'borrar' el déficit crónico de 200 millones de euros anuales que llevaba perdiendo el club los últimos siete años.
Sin embargo, las cuentas del club siguen reflejando los más de 1000 millones de deuda. El Auditori 1899, donde se celebró la ceremonia de despedida, es junto a la tienda del club, el Palau Blaugrana y el nuevo museo interactivo, lo único que queda en pie. Al Camp Nou lo rodean grúas y oficinas de Limak. En este epicentro, Romeu anunció que daba un paso al lado. En ocho meses debería inaugurarse el nuevo Camp Nou. Precisamente, la última en abandonar el club antes de Romeu fue Maribel Meléndez, Directora Corporativa y pieza clave del Espai Barça.
La necesidad de ingresar más de 100 millones antes de julio
Aunque el club tiene marcada en rojo la fecha de la apertura, que será parcial, antes tiene otras cuentas pendientes. Está obligado a cerrar el curso recuperándose si en el mercado veraniego quiere regresar a la regla del uno a uno, con la que podría volver a gastar lo mismo que ingrese y dejar atrás la etapa de palancas y 'repalancas'. Para ello, el Barcelona debería ingresar algo más de 100 millones antes de junio.
El Barça no ha cobrado los 40 millones que había pactado con Líbero. Antes del 15 de junio tendría que recibir otros 60 más. Pero viendo lo sucedido con el primer pago fallido, en el club no esperan que la empresa termine abonando el dinero. En total, 100 millones. A esto habría que sumarle una desviación de unos 30 millones de euros por el traslado a Montjuïc. En sus cuentas, el Barça fue demasiado 'optimista', pero según reveló La Vanguardia el club ve "asumible" recuperar dichos 30 millones.
La posibilidad de una venta importante con Araujo en el radar
El balance de cuentas antes del 30 de junio marcará el margen de maniobra que tendrá el Barça en el mercado. Es por este motivo que no se descarta una venta importante antes de que se abra la ventana de traspasos. Hace dos años, el club ya intentó poner a De Jong en el escaparate. Y la realidad es que hay pocos futbolistas con el cartel de intransferible.
Un jugador clave que tampoco tiene clara su continuidad es Araujo: porque no hay amortización pendiente y tiene mercado dispuesto a pagar una buena cifra. Cuando le preguntaron al uruguayo por su situación, tras vencer al Nápoles, dejó entrever las dudas sobre una futura renovación: "depende del club". Agentes con futbolistas en el club expresan la misma sensación: a pesar de que sus jugadores tengan la intención de seguir en Can Barça, la palabra la tiene el club.
Siendo cierto que los proyectos personales que imposibilitan que Romeu continuar en el club, en su justificación hay capas menos visibles. Explica el periodista Ferran Correas que en el momento en que Romeu fue al banco a pedir un crédito para su nueva empresa, este se lo denegó por el riesgo que le supone tener un aval con el Barcelona. Romeu se había jugado parte de su patrimonio.
El ya ex vicepresidente económico del Barcelona tenía un presupuesto calculado al milímetro. En sus palabras: llevaba tres años "tensando mucho la cuerda sin llegar a romperla". De ahí que algunas derrotas con las que no contaba -como la del Barça ante el Shakhtar, en Hamburgo- llevó al club a organizar el amistoso en Dallas. "Me enfadaba cuando perdíamos porque había muchos euros en juego", reconoció en su despedida. Laporta, que le dedicó buenas palabras, no anunció a su sucesor. Aun sin una cara visible, será el departamento de finanzas que abandona Romeu quien se ocupará de sus funciones. Al Barça todavía le queda mucho trabajo fuera de los terrenos de juego.