ATLÉTICO DE MADRID

Un taconazo pone a Santiago Mouriño en el escaparate que más mira Simeone

El defensor uruguayo alcanza su mejor nivel en el lateral derecho durante su cesión en el Zaragoza.

Santiago Mouriño, durante el partido en Anduva ante el Miandés./Real Zaragoza
Santiago Mouriño, durante el partido en Anduva ante el Miandés. Real Zaragoza
Bor González

Bor González

Santiago Mouriño(Montevideo, 2002) llegó el pasado verano al Atlético de Madrid procedente de Racing de Montevideo como la gran apuesta de futuro para la zaga a precio de ganga -2,7 millones de euros-. El plan era cederle a un equipo español para que se adaptase al país de manera progresiva. Así llegó al Zaragoza y, aunque el primer tramo de temporada le costó, poco a poco se ha ganado un puesto fijo en el once.

La mayor prueba es el último partido del club maño ante el Mirandés (0-0), en el cual el futbolista uruguayo realizó su mejor actuación. No es casualidad. Con la llegada de Víctor Fernández, Mouriño se ha afianzado en el lateral derecho, cuando hasta entonces únicamente contaba como central para sus antecesores.

El defensor charrúa disputó los 90 minutos en Anduva dejando unos números de los que se ha hecho eco la parroquia rojiblanca en redes, ilusionada con el progreso de uno de sus pupilos y deseosa por un cambio generacional en una defensa que se tambalea.

Mouriño realizó seis despejes, tres intercepciones, sólo fue una vez superado en el uno contra uno, tuvo un 76% de acierto en el pase (25 de 33 intentos), ganó 12 de sus 15 duelos sobre el césped y tres de cuatro duelos aéreos. Para poner todos los datos en perspectiva: lideró el ranking de duelos ganados, de entradas realizadas con éxito, de despejes, de intercepciones y de faltas recibidas. Es más, únicamente cometió una falta y entre las tres que recibió, una fue tras un taconazo fabuloso para romper a su par en el minuto 83 de partido.

La polivalencia como bandera para convencer a Simeone

Sin duda, el camino a seguir por Mouriño para convencer a Simeone pasa por continuar en esta línea: demostrar que es un defensor versátil, capaz de rendir como defensa central, como lateral e incluso, si el Cholo decidiese continuar con un sistema de carrileros, también en ese rol, con toda la banda derecha para él.

Simeone es de los que van a la guerra con los que rinden en diferentes zonas del campo. Le gusta la reconversión. El mayor ejemplo de ello quizás es Marcos Llorente, que de pivote ha pasado a ser una pieza fundamental en ataque, hasta jugando partidos de segundo punta, pero en cualquier momento también se le puede ver de carrilero derecho. Aunque no es el único: Witsel se ha consolidado como defensa central, habiendo jugado toda su carrera en mediocampo; Lino y Riquelme rinden en el carril izquierdo siendo futbolistas de clara vocación ofensiva; Griezmann cada vez es capaz de retrasar más su posición para influir de diferente forma en el juego del equipo... En fin, la mejor noticia para Mouriño, en clave rojiblanca, es demostrar que cumple en roles distintos.

Unos primeros meses en España complicados

Pese al hype despertado con su última actuación, la adaptación de Mouriño no ha sido precisamente un camino de rosas. De hecho, el pasado mes de noviembre, con el primer tramo de curso superado, su participación fue escasa: cinco encuentros a sus espaldas y solo tres de titular. Hasta en las oficinas del Atlético pensaron en revertir la cesión, pues no comprendían la falta de confianza en un uruguayo que llegó a Zaragoza después de ser llamado por Marcelo Bielsa en el mes de junio para entrenar con la selección de Uruguay, para la cual también figuraba en la prelista.

Tampoco el contexto en la entidad maña ha ayudado mucho. Ya van tres entrenadores diferentes esta temporada. El primero en discordia, Fran Escribá, llegó a sustituir a Mouriño al descanso en la sexta jornada frente al Alcorcón para, posteriormente, señalarlo en rueda de prensa: "No estaba acertado y tenía una tarjeta. Se le ha visto nervioso y cuando ves a un jugador así no quieres que contagie al equipo". De hecho, en una entrevista con El Periódico de Aragón, el zaguero reconoció que ese momento repercutió negativamente en su rendimiento: "Me afectó, me bajó la confianza". Con Julio Velázquez, la poca solidez del equipo nubló su mejoría, especialmente en duelos individuales.

Ahora, el de Montevideo ha revertido la situación de tal forma que el Zaragoza le utilizó para presentar su nueva camiseta y desde la prensa regional ya se le hacen cantos de sirena para poder retenerlo un año más, cosa que parece casi imposible.