FC BARCELONA

El 'speaker' del Camp Nou y la leyenda del gol imposible que Lewandowski nunca marcará

Pol Corredoira es el nuevo 'speaker' del estadio desde este año.

Pol Corredoira en el Camp Nou./IMAGEN CEDIDA
Pol Corredoira en el Camp Nou. IMAGEN CEDIDA
Jordi Cardero

Jordi Cardero

A Pol Corredoira (Barcelona, 1998) le dieron un micrófono y nunca más lo soltó. Tampoco tiene ahora intención de hacerlo. Aquel niño que aceptó la propuesta, con 13 años y en el pueblo, Artasona -cerca de Barbastro, en Huesca- de hablar delante de decenas de abuelos se ha convertido en el speaker del Camp Nou. Siempre fue seguidor del Barça y ahora es el que hace que el estadio entre en efervescencia.

Hace los prolegómenos, es un maestro de ceremonias. O así le describen quienes le conocen. Recibe a la gente, explica el menú del día y lo que viene y está encargado de hacer subir los decibelios del Camp Nou. El estadio del Futbol Club Barcelona no tiene el ruido de La Bombonera o el empuje del Signal Iduna Park. Pero tiene picos difícilmente alcanzables en otros estadios del mundo. Corredoira cocina esos momentos desde dos horas antes del partido.

Cuando a Pol le ofrecieron ser el speaker del Barça, pensó que era para animar la explanada del Camp Nou antes de los partidos, según cuenta uno de sus amigos más cercanos. Allí se hacen conciertos, hay photocalls, sesiones de DJ… Se enteró en la misma reunión de que le estaban proponiendo ser el micrófono de su equipo de toda la vida. El miércoles dio el sí, el viernes le mandaron el guión y el domingo ya presenció a pie de campo el Barça-Getafe.

El Camp Nou, el reto de más altura

Entre los speakers catalanes se dice que no hay ningún reto más grande que el Camp Nou. Y a pesar de que a Pol le ha llegado pronto, a los 24 años, ha sido parte de un camino que empezó hace más de diez años. Todo comenzó en un pueblecito de Huesca delante de un grupo de ancianos durante las fiestas patronales. Al acabar, un hombre, Alejandro, se le presentó y le ofreció colaborar en la radio local. Locutó unos anuncios y se le despertó un fuego interior. Un hilo invisible lo ató al micrófono.

Su primer paso en la radio fue en Sants3Ràdio, una emisora barcelonesa. Estuvo en El món a RAC1, uno de los programas más escuchados en Catalunya, con sólo 18 años. Luego vinieron la SER, Onda Cero, Flaix FM -donde trabaja actualmente- y las primeras ofertas para presentar eventos y galas de premios. Comenzó con el concurso de la calle mejor decorada del barrio de Sants y siguió como speaker de LaLiga Genuine, la Danone Nations Cup o la Santboiana, el equipo de rugby de Sant Boi.

Si algo define a Corredoira es que trata con la misma profesionalidad una carrera en Cornellà que un Clásico en el Camp Nou. Pero donde se ve al Pol en esencia es en el Baldiri Aleu, estadio de la Santboiana. Allí escapa de formalismos y se convierte en la prolongación de la grada.

Pol Corredoira como 'speaker' de la Santboiana

Pol, como tantos otros, es un futbolista frustrado. "No era un virtuoso del balón", recuerda Marc Alegre, su ex entrenador. Pero Pol siempre fue honesto consigo mismo. Jugó toda la vida a fútbol sala y una jugada le marcó para siempre. Un gol que difícilmente los mejores jugadores del mundo podrían anotar.

La leyenda de la 'Polinha'

Un sábado de invierno a las 9 de la mañana nació en un pabellón de Vallcarca la Polinha. El equipo de Corredoira, el Bosco Rocafort, defendía a media pista cuando un rival jugó con su portero y a éste se le escapó el control. Pol, que jugaba de pívot, activó su zancada para ir a presionarle. El portero, nervioso, decidió sacarse de encima el balón lanzando un pelotazo hacia delante.

Pol no recuerda nada, sólo estar aturdido en el suelo, tumbado, y un rival preguntándole si estaba bien, si estaba consciente. Entonces llegó un compañero y le dijo que acababa de marcar con la cara. "Le pegaron un pelotazo a diez metros de nuestra portería y el balón salió disparado. Iba hacia el córner, pero con el efecto que llevaba, comenzó a botar y se terminó metiendo en la portería. Marcó con la cara de campo a campo y ni siquiera lo vio", recuerda Alegre entre risas.

"Dio un efecto que ni Roberto Carlos. Fue histórico", relata Ferran, el entonces portero del Bosco. Cuando Pol se levantó, vio todo su banquillo en el suelo, riéndose. Si Gravesen hizo la mítica Gravesinha , Pol inventó la Polinha. Acababa de nacer una leyenda. Todos los compañeros del trabajo le llaman ya así. Ha contado la anécdota más de cien veces. Y las que le quedan.

Cuentan quienes le conocen que a Pol se le erizan los pelos cuando los jugadores saltan a calentar con el Highway to Hell. O cuando canta la alineación y el público se enciende. Muchas personas le escriben mensajes o le gritan en el campo pidiéndole algunas canciones. "¡Pon la de Quevedo!", escucha constantemente.

El próximo miércoles, Pol dirigirá un evento por la mañana en Port Aventura y por la noche calentará el Camp Nou durante el Clásico. Se ha curtido en mil batallas y pronto le ha llegado la recompensa. En la vuelta de las semifinales de Copa estará Lewandowski, la estrella que quizá nunca llegue a saber qué es la Polinha, pero que jamás logrará igualar la hazaña que un día hizo el speaker de su estadio.