El show de Julián agita la fiesta del Metropolitano y fulmina a un Betis que miraba a Breslavia

La fiesta del Metropolitano fue para el Atlético de Madrid. El show de Julián Álvarez, ese fantástico delantero por el que tiene que pasar el proyecto colchonero, guió a su equipo hacia la tercera plaza liguera. El argentino, autor de un doblete, fue indetectable para un Betis que pareció durante muchos momentos que tenía su cabeza en Breslavia. Aunque aún existían opciones matemáticas de pelear la quinta plaza, en el equipo bético ya se acabó la fe para depositarla en la Conference League. El sueño de la Champions tendrá que esperar.

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Fue una despedida feliz para la hinchada del Atlético, pese al susto que dio ese aficionado que tuvo que ser atendido por los médicos y que se llevó la ovación de la grada cuando se anunció por la megafonía que se había estabilizado. Fue un largo parón que provocó que el partido se prolongase durante 15 minutos para prolongar la fiesta rojiblanca. Hasta Ángel Correa, otro argentino muy querido por su hinchada, se sumó con un gol que sonó a despedida para cerrar el brillante triunfo colchonero.

Fue un duelo de claro dominio del Atlético. Ni el triple cambio de Pellegrini en el intermedio, dando entrada a Isco, Antony y Cucho Hernández, sirvió para mucho. Sí, el Betis mejoró esa timorata imagen que había ofrecido en el primer acto, pero el intento de reacción con el golazo de Fornals quedó en nada. Era el día de la Araña, de ese Julián Álvarez que fue elegido MVP del partido y que ofreció toda una exhibición de recursos ofensivos.

Los de Diego Simeone querían despedir con honores la temporada en el Metropolitano y salieron a apabullar al Betis desde el primer minuto. Ni siquiera la regañina de Manuel Pellegrini a sus futbolistas durante la pausa de hidratación sirvió para frenar el vendaval colchonero. Al golazo de falta directa de Julián Álvarez (10') le siguieron media docena de claras ocasiones que exigieron al máximo a Adrián San Miguel, que tuvo trabajo multiplicado hasta casi el pitido final.

Las más claras estuvieron en las botas de Sorloth, que las tuvo de todos los colores. Tras un centro atrás de Marcos Llorente para rematar de primeras y encontrarse con el meta bético; cuerpeando con Nobel Mendy para plantarse ante la portería bética y disparar alto; y, tras una asistencia de Giuliano, rematando con la zurda para que Adrián realizase una parada más propia del waterpolo. También Julián, el más enchufado del partido, rozó el doblete tras una jugada maradoniana. El argentino recibió en el costado derecho y se fue metiendo en el área evitando a todos los defensores béticos, que tampoco hicieron demasiado por pararlo, pero su remate se fue al poste.

Tanto fue el cántaro a la fuente que el Atlético consiguió el 2-0 justo antes del descanso. Tras un saque de esquina, algo que debe hacer pensar y trabajar a Pellegrini y su cuerpo técnico de cara a la final de Breslavia. Le Normand, que poco antes ya había tenido una clara ocasión, aprovechó el centro de Lino de segunda jugada para elevarse y ponérsela imposible a Adrián.

Del Betis apenas habían existido noticias en el Metropolitano. Con una alineación pensando más en Breslavia que en apurar las opciones de Champions, los heliopolitanos salieron desconectados. Sin intensidad, quedaron a merced del Atlético y únicamente la reprimenda de Pellegrini los espabiló algo en la recta final del primer tiempo. Dos remates tibios de Bakambu y Lo Celso y un zurdazo potente de Perraud fueron los acercamientos béticos, un pobre bagaje ante un Atlético muy superior en todas las facetas.

La salida tras el intermedio, y tras ese parón por la atención médica en la grada, dejó a un Betis que sí quiso comparecer en el duelo con ese triple cambio ordenado por Pellegrini. Fornals, tras una gran asistencia de Lo Celso, anotó de manera acrobática para acortar distancia. Todo un espejismo. El Atlético, ya con Griezmann sobre el césped, apretó de nuevo para aprovechar los espacios que dejaba el Betis en su retaguardia. Julián, tras asistencia del francés, anotó el 3-1, y el propio argentino asistió a Correa para cerrar la goleada. El Metropolitano quería un día de fiesta y Julián se lo concedió a los suyos. Ahora cada uno a lo suyo, el Betis a mirar a Breslavia, y el Atlético al Mundial de clubes.