Sergi Canós y el desahogo de meter gol tras perder a la madre más querida del vestuario: "Fue muy fuerte"

A Sergi Canós Tenés (febrero 1997, Valencia) le ha cambiado la vida esta campaña. Primero, porque en el Brentford, club en el que ha hecho historia (+30 goles y +30 asistencias) anotando el primer gol en la Premier de la entidad en 74 años, dejaron de contar con él para jugar como extremo y tuvo que salir cedido al Olympiakos griego. Pero segundo y más importante, porque hace unas semanas perdió a su madre. Alicia Tenés dejó en el recuerdo a un maduro Sergi que ha pasado unas semanas difíciles, pero que la recuerda con tanta alegría que consigue no derramar lágrimas cuando habla de ella.

Canós atiende a Relevo desde Grecia en una extensa entrevista dividida en dos partes en la que se abre emocional y futbolísticamente. En esta primera parte, el joven valenciano relata cómo ha vivido su salida del Brentford, lo mal que lo pasó con las redes sociales ("chutaba a puerta pensando lo que dirían de mí en Twitter"), y sobre todo recuerda a su madre, recientemente fallecida y cómo su exequipo celebró un gol mandándole apoyo.

¿Cómo estás? Acabas de salir de una lesión que parecía más complicada de lo que ha acabado siendo…

Sí, cuando me pasó pensaba que sería más grave de lo que realmente ha sido. Ya estoy entrenándome con el equipo, parece que este fin de semana voy a entrar de nuevo en la convocatoria… He tenido mucha suerte. De lo que fue la acción a lo que he tenido, ha sido nada, pensaba que había rotura en los ligamentos, pero quedó en un esguince.

Te marchaste a Grecia cedido porque en el Brentford no tenías muchos minutos. ¿Has reencontrado a tu mejor versión?

Sí, yo me fui porque el entrenador estaba muy metido en que jugara de carrilero y yo no soy carrilero. Yo soy muy de equipo y lo doy todo por el equipo, de hecho cuando ascendimos con el Brentford yo jugaba de carrilero, pero yo sé quién soy y cómo soy. Yo le dije al entrenador que sí podía contar conmigo como extremo, pero él pensaba que no daba el nivel para ser extremo, me quería de carrilero. Ahí empecé a no disfrutar el fútbol porque yo no soy defensa.

Tú etapa en Brentford ha sido buenísima: más de 30 goles, más de 30 asistencias y el primer gol en la Premier en 74 años del club, siendo clave en el ascenso.

Sí, me considero muy importante en el club. Hemos pasado muchas cosas juntos, llevábamos mucho tiempo juntos. Yo llegué con 20 años siendo el fichaje más caro de la historia del club. Apenas eran 3 millones y ahora mira dónde están, fichando jugadores de 20 millones. Eso para mí es un orgullo, porque yo llegué a un club que peleaba por no bajar de Segunda División a Tercera y ahora estábamos en la Premier afianzados. Les tengo muchísimo cariño, estoy muy feliz de todo lo que me han aportado.

¿Cómo te definirías?

(Piensa)… Buena persona y feliz.

¿Crees que consigues extender esa felicidad a tus compañeros?

Pues creo que sí, porque me gusta mucho la risa y mi madre me ha educado de una manera increíble, siempre nos hemos estado riendo. Somos muy familiares y siempre hemos intentado tener una sonrisa pase lo que pase, reírnos, ser felices… Eso lo intento, allá donde voy, trasladarlo, eso fue lo que mi madre me enseñó.

Te lo debió enseñar muy bien, sólo hay que ver las imágenes de los jugadores del Brentford cuando tú ya no eras parte del club, celebrando un gol con una camiseta que decía "estamos contigo", tras el reciente fallecimiento de tu madre.

El Brentford ha sido una familia. Hemos estado muchos años, mi madre entraba en las oficinas del club y la saludaban antes que a mí, era Sergi's mum. A cualquiera que le preguntes por mi madre en el Brentford la conoce… ¡Y eso que no hablaba inglés la pobre! Pero mi madre era un icono. Sin hablar inglés transmitía tanto con su sonrisa y con su buena fe…

En tu Instagram, en el post en el que te despides de ella, decías que no estabas triste y ponías en mayúsculas la palabra alegría…

Es que ella era alegría y nosotros somos alegría gracias a ella. Pase lo que pase en la vida, que al final es muy cabrona, si tú consigues saber lo que realmente te hace feliz y lo haces, eso es la vida: alegría. Ser feliz. Si tu vas con una sonrisa, todo puede cambiar, con buena predisposición, con positividad… Todo cambia.

¿En eso te has apoyado para superar este momento?

Nada más pasar, a los dos días, me vine para Grecia otra vez. Míchel fue un gran apoyo, Quique, Pep, James fueron también increíbles… Yo me vine enseguida para jugar al fútbol, porque quería que mi familia, en mi pueblo, se juntara para verme jugar. Entonces, a los 3 días de que mi madre falleciera, estaban juntos en casa de mi tío Antonio celebrando un gol mío. Imagínate, después de la mierda que es perder a tu madre, porque es una mierda, que yo enseguida pueda meter un gol y darle ese momento de felicidad a mi familia… Eso me ayudó mucho a seguir.

¿Cómo fue ese primer gol en el que te levantas la camiseta y debajo hay una que pone 'Te amo mamá'?

Muy fuerte, fue muy fuerte (se emociona). Estaba mi novia Valeria en el campo y rompió a llorar. Yo también tenía la emoción de los días vividos y tenía todas las emociones muy recientes de haber estado con mi familia en el pueblo, de ver a sus amigos, a los míos, a la familia… Es una foto que se queda ahí y seguro que mi madre la ha visto. Seguro.

Impacta escucharte… ¿Tienes ganas de volver al campo?

En mi familia, mi abuela, mis tíos, mis primos… Somos una piña, hablamos constantemente. Y al final mi madre no está, pero están ellos. Lesionarme fue un bajón enorme pero a los dos días vinieron 10 personas a mi casa: mi tío Javi, mi prima Sara, mi tío Antonio, mis primas, mi tía Esther, mi hermana Judith… Los primeros días no podía caminar, pero estaba aquí mi tío haciendo una tortilla de patatas, mi familia paseando por Grecia, nos fuimos a comer… Gracias a eso lo vas llevando mejor. Mi madre era un show, la echamos mucho de menos, pero les tengo a ellos y somos una piña.

¿Qué ha sido tu madre para ti en tu carrera?

Ha sido mi compañera de vida espectacular. Yo me hubiese ido a la China y se hubiese venido a China, nos fuimos a Liverpool y vino a Liverpool. Allá donde he estado, he sido feliz con ella porque era muy importante ser feliz y eso es lo que más feliz me ha hecho.

Al hilo de la lesión que me comentabas al principio de la entrevista ¿tuviste miedo de pasar por una lesión como la de 2019? Entonces te rompiste parte de la articulación...

No tanto miedo de volver a pasar esa lesión, porque gracias a esa lesión que tuve hoy soy quien soy y me considero mucho mejor de lo que era antes. Pero después del año que llevo, que ha sido muy difícil, pues cuando noté el 'clack' en la rodilla se me cayó el mundo encima. Pensé, "no tengo bastante con lo que tengo y ahora eso"…

Cuando me pasó en 2019, el doctor me dijo que no era nada y yo seguí jugando, pese a tener el ligamento roto. Esta vez, fue igual, el doctor me dijo que no era nada y claro, a mí me vino una ducha de agua fría y me acordé de lo que viví en 2019… El ostión fue muy fuerte y empecé a llorar como un niño. Este año llevo muchas cosas acumuladas y el fútbol era mi manera de escapar un poco de todo.

En aquella lesión lo pasarías fatal, de hecho según trascendió necesitaste ayuda psicológica no durante la lesión en sí ¡sino al volver de la misma!

Durante la lesión, las primeras semanas estuve mal, pero luego me marqué tan firmemente como objetivo volver y volver mejor de lo que me fui, que ese objetivo me hacía estar motivado día sí día también. En ese momento me ayudó mi familia, mi madre, mi hermana etc.

¿Qué pasa? Volví y no era mejor. No era mejor porque llevaba mucho tiempo sin jugar y ahí necesité ayuda de Berni (su psicólogo). Me llevó muchísimo tiempo volver a ser yo mismo, no solo ser mejor de lo que era antes. Hicimos mucho, muchísimo trabajo.

¿En qué sentido?

Meditar me ayudó muchísimo, me aislaba mucho. Yo sufrí mucho post Covid-19, porque cuando yo me lesioné la grada estaba llena, con mi familia… Yo soy un jugador que le gusta mucho la grada, el ambiente…

Tribunero…

No sé (ríe), pero me gusta la ayuda del público, yo juego para ellos y lo tengo claro. Cuando vuelves y todos los partidos son como amistosos, pues es una cosa que me tuvo 12-14 partidos sin marcar. Fue duro, porque yo me lesiono en un Brentford que peleaba en la mitad tabla de Segunda y vuelvo a un Brentford con unas expectativas de ascender pero con estadios vacíos. Esos 14 partidos sin marcar me pesaron mucho y me desestabilizaron, la mochila cada vez era mayor. El Twitter cada vez era más grande, el Instagram…

¿Te caían palos en Twitter?

Sí, bastante. Fue un cúmulo de cosas: no marcar, Covid-19, la rodilla… Y llegaba un momento en el que volvía a jugar y no solo pensaba en no lesionarme, sino en el Twitter, los palos que me pueden caer, el tiempo que llevo sin marcar… Ahí me ayudó un montón mi psicólogo y teníamos que trabajar mucho.

En España cada vez se quitan más jugadores las redes…

Yo no estaba acostumbrado a recibir críticas, entonces me afectaron más. Ahora, una vez lo asimilas, no me borraría Twitter o Instagram. A veces sí que desconecto un poco porque es tóxico, pero luego vuelvo. A mí me gusta Twitter porque te enteras de muchas cosas, hay muchas noticias, hay gente muy buena… Hay que estar entre medias, los aficionados deben criticar, los jugadores debemos estar, ni mirarlo mucho ni no mirarlo nada. Obviamente el que no quiera estar en Twitter que no esté.

¿Crees que hoy en día os cae demasiado odio en redes sociales?

Puede ser, pero porque es todo más fácil. Ahora puedes decir lo que quieras y hacer lo que quieras, no hay un límite y eso es lo malo, que no hay límites. Nosotros como estamos ahí arriba o lo asimilas o lo asimilas. Yo me centro en los que me apoyan.

A un chico joven, ¿cómo le dirías que lo gestionara? Nico Williams se las tuvo que quitar hace poco porque falló varias ocasiones en un partido importante y le acribillaron en redes…

Yo creo que no hay que decirle nada. Seguramente en el Athletic tengan un psicólogo deportivo, estén todos pendientes de él y muy cerca. Al final, cuando pasan esas cosas necesitas mucho apoyo de la gente que está contigo día a día. Si él cree que es mejor quitárselo, perfecto. Cada uno lo afronta como cree. En ese momento quizás tú no creas que necesitas ayuda, pero es importante que la ayuda te venga, que esté ahí. Te crees que eres fuerte y no te va a afectar, pero eres un niño y sí te afecta. Sales al partido y te acuerdas de un tuit de alguno que no tenía un buen día... A mí me ha pasado. Y sales y chutas mal un balón y piensas ''madre mía qué dirán en Twitter".