REAL MADRID

Lo que nadie vio en la recuperación de Alaba: se pasó de un "es difícil que vuelva" a un clic milagroso

Su regreso ante Las Palmas dejó una impresión muy positiva. La figura de Pedro Belón y un cambio de dieta, claves en el proceso.

Alaba, en su vuelta con el Real Madrid./REAL MADRID
Alaba, en su vuelta con el Real Madrid. REAL MADRID
Rodra P
Sergio Gómez

Rodra P y Sergio Gómez

El pasado domingo, contra Las Palmas, el Santiago Bernabéu presenció una de esas escenas que emocionan. En el minuto 58, David Alaba cerraba un círculo tenebroso y ponía fin a un calvario de 399 días lesionado. El número es frío y, aunque pretende reflejar el durísimo túnel que ha transitado el austriaco, no es capaz de ofrecer una fotografía exacta del sufrimiento. Detrás de esa imagen del central saliendo al césped del Bernabéu y recogiendo abrazos de sus compañeros hay operaciones, días de dobles sesiones, pronósticos demasiado pesimistas, recaídas, confidencias con Pedro Belón (fisioterapeuta del club e inseparable en este camino) y hasta un cambio de dieta que ha contribuido a borrar inflamaciones y dolores y que ha impulsado su reaparición.

Cuando el pasado 17 de diciembre de 2023 Alaba se rompió el cruzado anterior de la rodilla izquierda con afección en el menisco, la previsión fue lúgubre. Desde el primer minuto los servicios médicos del club blanco alertaron de la gravedad del percance. El proceso de recuperación no fue sencillo y el jugador pasó por muchos altibajos emocionales. La artroscopia a la que se sometió el 15 de mayo, y complicó los plazos, fueron un mazazo. También las sensaciones. Muy malas.

Con ese runrún se marchó con Austria a la Eurocopa, a apoyar a los suyos como componente del staff, y después de vacaciones, en las que tuvo la visita de un fisioterapeuta del Real Madrid, que continuó trabajando con él para avanzar su recuperación. Pese al optimismo que vendía el club de puertas para afuera con el estado de su futbolista, los comentarios que corrían por los pasillos de Valdebebas circulaban en sentido inverso. "Es difícil que vuelva y que lo haga como siempre", se llegaba a escuchar.

El mes en el que comenzó a ver la luz

Y llegó noviembre. Alaba ya enlazaba casi un año entero de baja, seguía sufriendo, la mejora no avanzaba y además arrastraba un dolor muy incómodo en el cartílago. Su vuelta, que en un principio se fijó para octubre de 2024, en aquel momento ya no tenía fecha. Sn embargo, en ese mes comenzó a cambiar todo, sobrevino un clic milagroso.

El club amplió las horas y las manos de tratamiento de sus fisios con el futbolista (se promocionó a un readaptador desde el Real Madrid C al primer equipo) y además el jugador quiso ponerse en manos del nuevo departamento nutricional del club, que le confeccionó una dieta a medida con alimentos que aceleran la cicatrización y eliminan cualquier síntoma de inflamación y con distintos suplementos. 

Desde ahí, todo cambió. Paso a paso, poco a poco, las sensaciones empezaron a ser positivas, hasta su reestreno de blanco este domingo contra Las Palmas, también en el Bernabéu. Alaba lució en forma, ágil y en buen tono físico, maravillando a la afición y a la vez a los miembros de su equipo, en una jornada muy feliz.

Ancelotti ya contaba las horas para el regreso del austriaco. EFE

En el verde se apreció lo que se intuía en Valdebebas en las últimas semanas. Ancelotti planeó una última prueba para el central, un partidillo de sesenta minutos contra el segundo filial en la mañana del viernes, en el que Alaba se mediría. El encuentro se resolvió con un 3-1 para la primera plantilla blanca, en el que Endrick figuró de delantero centro y Modric y Tchouameni formaron el centro del campo.

Alaba salió muy fatigado de la cita, aunque contento y con la misión cumplida. Estaba listo para volver. Desde la caseta cuentan que en el último mes se ha visto una mejoría fantástica en sus giros, lo que más preocupaba en los tramos más alarmantes de su recuperación. Le notaban muy suelto, y así lo mostró este domingo ya en la competición.

Pese a ello, y como es normal después de una lesión tan grave (rotura de ligamento cruzado anterior y menisco de su rodilla izquierda, con afección al cartílago), aún temen su nivel real en los duelos de máxima exigencia, teniendo que correr hacia atrás. Pero ahora la perspectiva es esperanzadora con el austriaco. Un futbolista capital para Ancelotti, vital en la salida de balón del equipo y a la vez uno de los líderes del vestuario.