BARCELONA 1 - ALAVÉS 0

La rebeldía de Lamine y el instinto de Lewandowski le sirven al Barça para volver a ganar

El de Rocafonda fue el activo más valioso de los de Flick, asistió al polaco en el único tanto del encuentro.

Jordi Cardero

Jordi Cardero

El Barcelona se presentó al partido con los derrotas en el Lluís Companys de finales de año grabadas a fuego. Aquellas dos tardes, la distensión les hizo perder seis puntos. Contra el Alavés, los blaugrana salieron quizá con un punto de hiperactividad que le llevó a la impaciencia y la precipitación. El Alavés no se incomodó hasta el segundo tiempo en un encuentro en el que Lamine Yamal se rebeló. Su fútbol fue excelente, un día más, pero además sacó la sangre más caliente para conectar a su equipo al duelo. Acabó asistiendo a Lewandowski en el único gol del duelo. Su rebeldía le valió al Barça para sumar tres puntos más.

En el minuto cuatro, en un clima ligeramente aletargado, Lamine decidió calentar el partido. Recibió en banda, se deshizo de su marca y de la ayuda y empezó a cabalgar en un jugada que irremediablemente condujo al recuerdo de Leo Messi. Con siete fintas, dejó en la lona a siete rivales -algunos en dos ocasiones- y con el exterior asistió a Raphinha, que mandó el tiro demasiado cruzado. No importa el rival, la hora o el estado anímico de sus compañeros, Lamine siempre juega 'su' partido. Solo él podía impedir que ya se hubiera visto la mejor jugada del encuentro. Por delante, 86 minutos.

Tras la ebullición, el Lluís Companys se heló cuando Gavi y Conechny se dieron un tremendo golpe de cabeza contra cabeza. El del Alavés fue evacuado en camilla, mientras que a Gavi, después de hablar con el cuerpo médico y con Hansi Flick, tuvieron que convencerle de irse al banquillo. Entraron Fermín López y Carlos Martín. El Barça no lograba conectarse al partido y sobre Montjuïc empezó a flotar la sensación de los días de Las Palmas y Leganés. El Alavés, a pesar de caer reiteradamente en la trampa del fuera de juego de Flick, no se sentía incómodo cuando le tocaba defender. Los blaugrana no remataron a puerta hasta el minuto 42.

Cubarsí falló un pase en largo, a Lamine se le escapó un control. Aparecieron pequeñas señales que invitaban a comenzar a preocuparse. Raphinha no aparecía, Lewandowski veía el balón de lejos y el fútbol blaugrana no acababa de condensarse en las botas de Pedri, el único que logró tirar entre palos en todo el primer tiempo. En la grada, los aficionados culers se impacientaban con las decisiones de Munuera Montero. Los espectadores solo se encendieron para protestar. Fue el ambiente más gélido del curso. El Alavés controlaba el escenario. El Barça llegó al descanso con la necesidad de retocar las pastillas de freno y quizá también alguna pieza.

El gol de Lewandowski permitió respirar al Barça

En el banquillo se quedaron Araujo, que tenía amarilla, y Casadó. Flick dio entrada a Eric Garcia y De Jong. El Alavés se hundió algunos metros, pero el Barcelona siguió circulando por fuera en posesiones de balonmano. Por dentro, sin señales de Raphinha ni de Fermín. Lamine, extremadamente vigilado, fue la carta que usaron los blaugrana ante los avisos de emergencia, el encargado de colorear un fútbol demasiado gris. Primero, mandó una buena pelota a Lewandowski que el punta remató fuera. Después, Owono sacó una gran mano a una rosca al segundo palo. Y a la tercera fue a la vencida. En un cambio de juego de Pedri, Lamine empaló una volea al segundo palo y Lewandowski dibujó la escena del crimen. Fue el 30º tanto del polaco.

El Alavés había ido reculando poco a poco y ya con el 1-0 en contra debía cambiar el relato de supervivencia que le había servido para resistir durante una hora. El juego culer respiraba distinto. Acertó Flick con la entrada de Eric, muy seguro en los duelos a campo abierto contra Kike García. Sin Casadó, Pedri ganó peso y fue a más y el equipo algo más de altura. Aun así, el Barcelona, con una línea firme atrás que hacía caer una y otra vez a los del Chacho Coudet en fuera de juego, con el balón ya no acabarían de encontrar la fluidez.

Tenía el Barça el deber moral de derrotar al Alavés tras los sustos de Las Palmas y Leganés. Y el deber clasificatorio de vencer para recortar distancias con el Real Madrid, sin dejar de mirar de reojo el torneo que hacen al otro lado de la capital. No será un partido que los culers vayan a recordar con especial cariño. Tampoco lo harán en Vitoria, donde durante una hora de encuentro vieron cómo sumar puntos no era ninguna utopía. Acabaron con tres delanteros. Si el partido valió la pena fue por Lamine. Su fútbol ya vale entradas para cualquier encuentro.

La ficha del partido:

  • 1 - Barcelona: Szczesny; Kounde, Araujo (Eric Garcia, min.46), Cubarsí, Balde (Gerard Martín, min.83); Marc Casadó (De Jong, min.46), Pedri; Lamine Yamal, Gavi (Fermín López, min.14), Raphinha (Ferran Torres, min.67); y Lewandowski (Pau Víctor, min.90+1).
  • 0 - Deportivo Alavés: Owono; Tenaglia, Mouriño, Diarra, Manu Sánchez; Guevara (Villalibre, min.90+2), Antonio Blanco; Carlos Vicente (Novoa, min.76), Guridi (Toni Martínez, min.76), Conechny (Carlos Martín, min.14); y Kike García.
  • Gol: 1-0: Lewandowski, min.61.
  • Árbitro: José Luis Munuera Montero (comité andaluz). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Gavi (min.7), Araujo (min.34), Raphinha (min.67), Fermín López (min.89) y Lamine Yamal (min.89), y a los visitantes Tenaglia (min.55) y Protesoni (min.65).
  • Incidencias: Partido de la jornada 22 de LaLiga EA Sports disputado en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona ante 42.900 espectadores.