REAL SOCIEDAD

La historia de Eiji, el hermano desconocido de Kubo que también juega en la Real Sociedad: no se parecen en nada

Eiji, su hermano, juega en el juvenil B de la Real. Take es quien más le exige, aunque no comparten ni condiciones ni posición.

Eiji Kubo, junto a sus compañeros./
Eiji Kubo, junto a sus compañeros.
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

Take Kubo se ha convertido en uno de los nombres propios en lo que llevamos de la temporada. Su talento junto a una clara mejoría de cara a puerta se mezcla para convertirlo en uno de los mejores jugadores de la competición. Se consagró en el pasado junto a Silva y, con la marcha del canario, ha asumido aún más responsabilidad. Tres goles y una asistencia en las cuatro primeras jornadas de LaLiga lo alzan como una de las estrellas emergentes más importantes del fútbol español. Pero no es el único Kubo que ilusiona en la Real Sociedad...

Desde los primeros meses de la temporada pasada comparte casa con su hermano Eiji. Nacido en 2007, seis años menos que Take, la familia decidió que se instalase en San Sebastián junto a él y su madre, quien se ha encargado de cuidar del jugador de la Real desde que aterrizó en España. Los tres forman el núcleo familiar en el que falta su padre, que reside en Japón.

Antes de confirmar su residencia, Eiji entrenó unos días en Zubieta junto a los chicos de su edad, de categoría cadete. No eran pruebas, sino simplemente una forma de entretener al chico mientras se decidía si volvía a su país natal o se quedaba en España, como buscaba su madre. Durante esas sesiones despertó la admiración de los técnicos, que notaron su calidad desde el primer momento. Como su hermano, había dado sus primeros pasos en las categorías inferiores de Yokohama Marinos.

Finalmente, la familia decidió que se quedase y la Real lo incorporó a sus categorías inferiores. Su adaptación fue veloz. Jugó toda la temporada con el cadete y este curso dará el salto al juvenil B (Easo) en Liga Nacional junto al resto de chicos de su edad. Luchará contra los otros grandes equipos vascos como Athletic, Eibar o Alavés.

Take adora a Eiji, pero le da mucha 'caña'

Su forma de jugar es muy diferente a la de Take. No comparten ni posición ni condiciones. Eiji actúa de mediocampista, normalmente de pivote, y destaca por su depurada técnica y su buena lectura de juego. Conocedores de la prolífica cantera vasca hablan de él como un futbolista muy fino. Incluso sobrado en lo técnico para la categoría en la que juega. Esa pureza para el control de la pelota la consiguió en Japón, donde trabajan este aspecto con detalle, y en la cantera del Barcelona, en la que entrenó junto a su hermano antes de volver a su país en 2015 y donde aprendió español.

Físicamente, son el agua y el aceite. Kubo ha salido a la madre y Eiji, al padre, comentan los que conocen a ambos. El menor es más alto y delgado, mientras que el mayor destaca por ser pequeño y con un fuerte tren inferior. En lo que sí se parecen es en lo difícil que resulta quitarle la pelota a cualquiera de los dos.

Take ayuda a su madre con Eiji, asumiendo parte de esa figura paterna. Lo adora y lo cuida mucho, aunque también le mete caña para que mejore. Cuando sus horarios se lo permiten no se pierde los partidos de su hermano. Le da consejos, pero también le exige para que no se confíe y siga mejorando. Forman un tándem muy querido en Zubieta. Como detalle, no hablamos de los únicos deportistas de la familia Kubo. Su prima Rin, de 15 años, compite en atletismo a nivel nacional en Japón.

La familia se ha enamorado de San Sebastián. Saben que el fútbol puede llevarlos por otros caminos, pero debe tratarse de una muy buena oportunidad para sacar a Kubo o a Eiji de allí. El problema para la Real es que el primero empieza a destacarse como el crack que prometía de joven, mientras que el segundo se gana un nombre en las siempre competitivas categorías inferiores del País Vasco.