La Real paga una deuda histórica con Aranzabal: "El ambiente se puso tan feo y tan mal que hasta yo dije: 'No puedo estar aquí'"
El que fuera capitán del equipo blanquiazul, que recibió el domingo la insignia de Oro y Brillantes, repasa en Relevo su carrera marcada por el casi título de la 02/03 y por un adiós "muy duro".

Irremendiablemente, y aunque hayan pasado 27 años desde el salvaje asesinato de Aitor Zabaleta en los aledaños del extinto Vicente Calderón, siempre que la Real Sociedad se enfrenta al Atlético de Madrid, la figura del añorado hincha del equipo blanquiazul viene a la mente de la afición txuri urdin. A Agustín Aranzabal le tocó vivir muy de cerca todo lo que pasó ese fatídico 8 de diciembre de 1998. "El día más negro en la historia de la Real Sociedad", asegura el exfutbolista blanquiazul, que recibió, en compañía de Alberto López, Aitor López Rekarte y Óscar De Paula, un merecido homenaje este pasado domingo en un Reale Arena que se puso en pie para rendir pleitesia a cutro leyendas.
A sus 52 años, el que fuera capitán de la Real, repasa en Relevo una carrera marcada por el subcampeonato de Liga de la 02/03 y por una salida para nada acorde con la entidad del protagonista en cuestión. Todavía resuenan en su cabeza algunos de los pitos que tuvo que escuchar por parte de su afición antes de tomas una de las decisiones más dolorosas de toda su carrera cuando tuvo que abadonar el club de su vida. "Yo ya me había hecho a la idea de retirarme aqui", recuerda el hijo de Gaztelu, otra leyenda blanquiazul con más de 300 partidos a sus espaldas.
Dicen que de tal palo, tal astilla. ¿Cómo llevaba ser hijo de Gaztelu?
Bien. Empiezas y sí que hay mucha gente que sabe que eres el hijo de Gaztelu, pero siempre lo tuve bien claro que tenía que intentar hacer mi carrera lo mejor posible. Fui subiendo categorías en la Real hasta poder llegar al primer equipo. Yo he hecho todo lo posible y me lo he ganado poder llegar a Primera División.
¿Te contaba muchas historias de la Real Sociedad?
Qué va. Sí que era un entrenador para mí. Desde pequeño me ha visto infinidad de partidos. Es el que más partidos me ha visto, el que más me ha seguido, me ha recogido, me ha traído, me ha llevado… ha sido mi sombra todo el rato y sí que es verdad que, en muchos momentos, he aprendido mucho de él en muchas cosas y hemos tenido discusiones, por supuesto. Creo que fue muy exigente conmigo pero, a la larga, lo agradeces. Lo hacía con todo el cariño del mundo para que su hijo, algún día, pudiera llegar a Primera División.
"Empiezas y sí que hay mucha gente que sabe que eres el hijo de Gaztelu, pero siempre lo tuve bien claro que tenía que intentar hacer mi carrera lo mejor posible. Nadie me ha regalado nada"
¿Te daba muchos consejos?
A mí sí. Pero más que consejos, intentar ayudarme. Me acuerdo muchas veces, desde juveniles, llegar a casa y ponerme un papel y un bolígrafo y empezar a decirme cosas. Muchísimas cosas. Cuando ganábamos, bien, pero cuando perdíamos, la vuelta en el coche era un funeral.
¿Era de broncas?
Que va, pero sí de cogerme y decirme: 'Vamos a sentarnos y a hablar' Esto no lo has hecho bien, esto deberías mejorar…
Alguien tan tímido y tan alejado de los focos como Agustín Aranzabal, ¿cómo vivió el homenaje del domingo?
La semana fue bastante intensa con entrevistas para organizarlo bien. Con todas las facilidades que nos ha dado la Real, hemos estado muy a gusto. Entre todos llegamos a un acuerdo de cómo hacerlo y, la verdad, que muy contentos. Creo que salió bastante bien como para estar contentos y para agradecer a la Real el esfuerzo que ha hecho para que saliera todo muy bien.

¿Qué sentiste?
Fue especial. La última vez fue con lo de Aitor Zabaleta, que me dijeron que saliera. Después de tantos años, salir a un campo de fútbol con tanta gente, ese olor de hierba que el jugador conoce perfectamente, te acuerdas de muchas cosas.
Ha cambiado mucho este Anoeta respecto al que jugabas…
Totalmente, no tiene nada que ver con las pistas en nuestro momento, con lo que es el estadio ahora, que está todo muy cerca del jugador, estás cerca del césped… la verdad es que es una gozada.
Se hablaba mucho de las pistas, pero con ellas, Anoeta, en determinados momentos, también era muy caliente, ¿no?
Sí, sin duda. Aquí siempre se ha sentido el cariño de la gente, del aficionado. Lo que pasa es que al jugador sí le gustan los estadios que son cerrados, en los que la afición está cerca del jugador y, en ese sentido, nosotros sí teníamos el hándicap de las pistas, pero, aun y todo, nosotros siempre hemos sentido el calor del aficionado.
¿Qué es lo que se te vino a la cabeza cuando entraste?
Con tantos nervios, hasta que ya termina todo y ya estás en casa, ahí es cuando empecé a pensar un poco en cómo había sido el día y el momento ese de estar ahí abajo, salir a verde… unas sensaciones un poco confusas por la tensión y los nervios.
Se hablado mucho de este homenaje, de lo merecido que lo tenías tanto tú como Alberto, De Paula y López Rekarte. ¿En algún momento pensaste que no iba a llegar?
Tranquilo sí que estaba. Sabía que en algún momento iba a llegar porque en anteriores ocasiones ya se habló de que se podía hacer en algún momento. Luego, por circunstancias de que uno no estaba, el otro tampoco, no se pudo hacer. Lo hemos hecho ahora y la verdad es que encantados. No pasa nada. Estamos encantados, hayan pasado más o menos años. En mi caso, y creo que en el de los demás también, no ha habido ningún problema. Ha sido ahora y todos hemos estado contentos, con mucha voluntad de que saliera todo bien y de que se pudiera hacer algo bonito.

¿Dentro de ti no había ese sentimiento de que ya era hora por todo lo que le habías dado a la Real Sociedad?
Bueno. No sé. No tengo ninguna queja de la Real. La Real conmigo siempre se ha portado muy bien. Vine con 13 años y me fui con 31. Era mi trabajo, era mi casa y es donde he sido feliz y he estado muy a gusto. En este sentido, ya sabía, que, en algún momento, si tocaba, lo haríamos. Ha sido en este momento y muy bien.
18 años en la Real, pero el final no fue el esperado…
Está claro que me hubiera gustado terminar de otra manera. Muchas veces las circunstancias uno las puede controlar, pero en otro momento no y me tocó irme. En este sentido, a mí me hubiera gustado continuar, no sé, uno, dos o tres años más y terminar mi carrera en la Real, que hubiera sido mi sueño, pero no pudo ser y no pasa nada.
¿Qué sensación te dejó que alguien como Agustín Aranzabal fuera pitado por su propia afición?
No he sido el único caso. También ha habido más. Muchas veces, el aficionado se cansa más del jugador de casa, de ver siempre lo mismo y cuando la dinámica del equipo no va bien, siempre se centran más en algunos jugadores que en otros. En mi caso, me tocó a mí. No tengo que reprochar a nadie absolutamente nada. He sido muy feliz en la Real. Soy muy feliz en Donostia. Siento el cariño de la gente. Estoy muy contento.
Fichaste por el Zaragoza, pero tampoco la experiencia resultó satisfactoria. ¿Pesó ese sentimiento de haber querido terminar tu carrera en la Real?
Estaba convencido de que iba a acabar aquí. Hubo un momento en el que estuvimos a punto de firmar mi renovación por dos años más cuando terminaba con 31 años, pero se torcieron las cosas tan rápido que hasta yo me sentí mal. Fue un momento muy duro tanto para mí como para mi familia. Tocó irse a Zaragoza y, aunque estuve muy bien, deportivamente me hubiera gustado estar mejor. Tuve un problema de lesión del gemelo. Me recuperaba, jugaba y me volvía a lesionar. Yo mismo me enfada, no estaba a gusto. Tengo esa pequeña espina de que, deportivamente, me hubiera gustado estar mejor porque en Zaragoza estuvimos muy a gusto, me trataron muy bien y los tres años que estuve, muy bien.

¿Cómo conseguiste regenerar la ilusión por el fútbol? ¿cómo fue ese proceso?
Tenía claro que iba a ser aquí mi final e, igual que yo, mi entorno también. Pero como he dicho, fue algo tan rápido… El ambiente se puso tan feo y tan mal que hasta yo dije: 'No puedo estar aquí'. Era consciente de que se había terminado, pese a mi dolor de que yo pensaba que iba a ser al revés. No es fácil cambiar el chip ese de estar en casa, en tu ciudad, con tu gente, feliz a tener que cambiar. No fue fácil. Incluso fue duro. Incluso alguna otra lágrima sí que echamos.
Aranzabal forma parte de una de las mejores generaciones salidas de Zubieta. ¿Antes, para un canterano de la Real Sociedad, la presión era más alta?
No lo sé. En el fútbol siempre hay presión. Da igual que seas jugador de casa que de fuera, todos sentimos esa pizca de presión. En mi caso he sido un jugador de casa, de los de toda la vida, y siempre he sentido el cariño. Aunque en ese final no lo sintiera en muchos momentos pese a mi dolor, en toda mi carrera, desde mi debut, siempre noté el cariño increíble de todo el aficionado. Siempre he sido feliz a pesar del último tramo en el que no lo fui, sufrí mucho y fue duro. Por eso me tuve que ir. Pero no pasa nada. No soy el único jugador, ni voy a ser el primero ni el último. Son circunstancias del fútbol.
Tu salida de la Real fue como el principio del fin para una Real que pocos años después terminó en Segunda División. ¿Os dabais cuenta, desde dentro, de que el equipo no iba en la dirección correcta?
En el fútbol va todo tan rápido… Pero sí que es verdad. Quedamos segundos y al año siguiente sufrimos, sufrimos mucho de estar hasta las últimas jornadas peleando por no bajar. Yo creo que debería haber habido un momento de reflexión de que no íbamos bien. Había jugadores de casa veteranos, tenían que ir entrando jóvenes… Se juntó un poco todo. Vinieron los años malos en los que se bajó a Segunda y es ahí donde el club se dio cuenta…A veces tiene que pasar esto, algo fatal para la ciudad, para que nos demos cuenta de que había que cambiar unas cosas. Se cambió y los resultados posteriores ahí están.
¿Cómo vivió ver a su equipo en Segunda División?
Fue muy duro. Nunca pensaba que iba a bajar. Fue una situación difícil. Compañeros que tenía yo, que estaban jugando, sé que lo pasaron francamente mal. Fue una situación muy difícil para el jugador, para el club, por supuesto. Se fue capaz de subir y, con posterioridad, todo ha ido poco a poco mejorando.
Hablando no hace mucho con Alberto, otro de los homenajeados, también reconoció que él veía toda la vida en la Real y que fue duro tener que irse, pero que más duro hubiera sido quedarse y vivir ese descenso. ¿Piensas lo mismo?
Sí, seguro. Si me hubiera tocado estar y bajar, hubiese sido durísimo. Yo sé de jugadores que estaban en aquel momento y lo pasaron fatal. Nunca piensas, además. Fue un mazazo durísimo para el jugador, para el club y para todos.
Cuando echas la vista atrás, a esa temporada 2002/03, en la que la Real Sociedad quedó en segunda posición, ¿qué sensación tienes?
Que perdimos la Liga. Oportunidades así son muy difíciles volver a tenerlas, incluso más en estos momentos. Los de arriba siempre están y sorpresas, en este sentido, suele haber pocas. Lo tuvimos en la mano para haberla ganado. Una oportunidad así es muy difícil que vuelva a ocurrir, pero bueno, también hemos visto ahora unos años buenísimos de la Real Sociedad con una Copa del Rey incluida, poder entrar en Champions… Ganar una Liga creo que es muy difícil, pero volver a ganar una Copa del Rey, este equipo sí lo puede hacer.
"La sensación es que perdimos aquella Liga. Oportunidades así son muy difíciles de volver a tenerlas, incluso más en estos momentos. Los de arriba siempre están y sorpresas, en este sentido, suele haber pocas. Lo tuvimos en la mano"
¿Sigue la espina clavada, no?
Sí. Es que es fácil decir que estuvimos a punto de ganar una Liga, pero es que fue así. Estando Madrid y Barcelona siempre piensas que es imposible ganarla a 38 partidos… La verdad es que teníamos un equipo buenísimo. Teníamos una generación de jugadores de casa con muy buen nivel con una edad en la que llevábamos bastante tiempo jugando juntos. Había jugadores de fuera con una calidad buenísima. Un cuerpo técnico, los cuatro, muy buenos. Había una química muy buena entre la plantilla y el cuerpo técnico. Hicimos muchos goles con un juego, en muchos momentos, bastante bueno, además. Íbamos fuera y aun poniéndonos por debajo en el marcador, sabíamos que íbamos a tener ocasiones porque éramos un equipo que hacía ocasiones. Y arriba teníamos dos jugadores muy importantes que, cada vez que tenían alguna, la enchufaban.
¿Quién era el mejor de aquel equipo?
(Risas) Había jugadores muy buenos. No sé. No te podría destacar a uno. Había jugadores técnicamente muy buenos, jugadores que se sacrificaban mucho en el campo, jugadores que marcaban muchos goles, con un olfato increíble, jugadores muy buenos por banda. Era un muy buen equipo.
"Pocas zurdas he visto yo como la de De Pedro. Era un jugador muy inteligente dentro del campo que, sin hacer grandes esfuerzos, con el balón en los pies, tenía facilidad de meter pases donde nadie veía…Él era capaz de meterlos con un golpeo muy bueno"
Cambiamos un poco la pregunta. ¿Quién es el mejor jugador con el que ha jugado?
Hemos hablado de De Pedro. Lo he dicho antes, pocas zurdas he visto yo como la de él. Era un jugador muy inteligente dentro del campo que, sin hacer grandes esfuerzos, con el balón en los pies tenía facilidad de meter pases donde nadie veía… Él era capaz de meterlos con un golpeo muy bueno. Faltas muy buenas, centros muy buenos… Pocas zurdas como las de él.
La banda izquierda, la formada por Aranzabal y De Pedro, se llevaba muchos elogios. ¿Cómo llegaron a entenderse tan bien?
Sabía perfectamente, muchas veces, dónde se colocaba él casi sin mirarle. Hacíamos jugadas muy parecidas, pero salían casi siempre. A Javi le conocía desde el Easo (juvenil). Empezamos juntos, hicimos juveniles, luego el Sanse. Después de los partidos y los entrenamientos, convivíamos muchas veces juntos. Teníamos una relación buenísima y eso muchas veces influye a la hora de jugar en el equipo. Era un pedazo jugador increíble. No sé si habré visto muchas como la de él, con un toque exquisito. Era una maravilla de jugador y jugar con él, él por delante y yo, detrás, me hacía mucho más fácil jugador con él.
¿Disfrutas del fútbol?
Nosotros, con la Real Sociedad, hemos visto un fútbol muy bueno los años de Imanol Alguacil. Ha habido momentos en los que nos hemos quedado asombrados. No ha sido un momento, han sido años, temporadas muy largas y muy buenas de decir: 'Qué fútbol' Yo hacía tiempo que no veía un fútbol tan bueno, tan rápido como el que ha hecho la Real Sociedad. Está el Real Madrid y el Barça, pero aquí en casa, nosotros hemos tenido un fútbol que ha sido buenísimo con una plantilla muy buena, de dominar mucho los partidos. No solo dominar, sino llegar arriba y tener ocasiones, meter goles. Ha sido una gozada.
¿Te sorprende lo de Imanol?
Me da pena que no siga por la Real. Su decisión es totalmente respetuosa, además creo que Imanol se merece que respetemos su decisión por todo lo que ha hecho. Entiende que el club haya respetado este tiempo por todo lo que ha hecho. Es su decisión. Para la Real es una faena.
¿Fue Denoueix el técnico que más le marcó?
Sí. Con Krauss ya notamos el cambio de entrenamientos, que el fútbol estaba cambiando un poco. Más posesiones de balón. No el físico de correr mucho, sino correr con juegos de balón. Con Krauss notamos algo y con Denoueix, todavía más. Ese cambio de entrenamientos, de asociaciones entre los dos de banda con los del centro del campo y los delanteros… Cosas técnicas y tácticas muy diferentes, mucho balón, muchos ejercicios con balón… Cuando empecé yo, al principio había mucho trabajo físico de correr, correr y correr y eso, poco a poco, fue cambiando.
¿Para bien o para mal?
Bueno, para el jugador fue más entretenido porque era mucho balón, mucho físico con balón. Al jugador lo que más le gusta es estar en contacto con el balón…
Jugar contra el Atlético de Madrid, irremediablemente, hace pensar en la figura de Aitor Zabaleta…
Sí. No se nos va a ir de la cabeza nunca. Fue uno de los días de los más negros en la historia de la Real Sociedad. Fue una auténtica barbaridad porque ir a ver un partido como aficionado a un estadio fuera de casa y que te pase esto, es una auténtica desgracia. Repito, uno de los días más triste del club.
¿Cómo lo recuerdas?
Entramos al estadio y algo habíamos oído, como que había pasado algo, pero estás a lo tuyo, empiezas a calentar... No sé si fue al inicio o al descanso, pero nos dijeron que había muerto algún aficionado del equipo. Imagínate. Esas cosas, al final, te influyen. Piensas: '¿Qué está pasando aquí? Esto no puede ser, esto ni es fútbol ni es nada'. Que pasen estas cosas es increíble. Fue un día muy duro
Y sigue pasando…
Sí. Vemos cosas…No sé cómo las personas podemos llegar a momentos límites de poder perder los papeles y cometer esas barbaridades. No podemos pasar estos episodios de racismo, de insultos que no vienen a cuento. Tenemos que tener una educación diferente.
¿Antes era así?
Nosotros sí lo notamos, más por tema político que en aquellos momentos se vivía aquí. A nosotros nos han dicho de todo. Por ser vasco, según a qué sitios ibas, te llamaban de todo. Pero ahora hay una violencia excesiva. Cuando veo peleas entres aficiones es algo que no puedo llegar a entenderlo. Me parece tal barbaridad. Entiendo que haya gente que diga que no quiere ir al fútbol. Es que tú, siendo padre, no puedes ir con un chaval de seis años a un campo de fútbol y que vea semejante violencia. Creo que hay que cortarlo como sea.