OPINIÓN

Lo de Courtois retrata a unos premios difíciles de comprender

Courtois, tras conquistar la Decimocuarta con una actuación memorable. /AFP
Courtois, tras conquistar la Decimocuarta con una actuación memorable. AFP

Cuando vas a dar el premio al mejor jugador del mundo y apenas cuatro horas antes, en los alrededores del recinto donde se entrega, a escasos 200 metros del Arco del Triunfo, mucha gente se pregunta "¿qué pasa ahí?", algo has hecho mal. Cualquier acto en el que reúnas a jugadores de la talla de Messi o Mbappé en París va a generar expectación entre los medios, pero si la gente no sabe qué ni por qué se entrega, la cosa pierde emoción. Los The Best han caído este año fuera de fecha (se premia la 2021-22 y se dan a finales de febrero del 2023) y con las reglas totalmente distorsionadas por querer premiar un Mundial que se jugó alejado de las semanas habituales. ¿Qué explicación existe para que Dibu Martínez sea el mejor portero del mundo pero luego no aparezca en el mejor once? O formulémoslo de otro modo. ¿Qué sentido tiene que Courtois, el portero del mejor once, no sea también el mejor portero de 2022? Ilógico 

El Mundial, históricamente, ha condicionado en exceso este tipo de trofeos individuales hasta el punto de darse casi en exclusiva por lo que ocurre en la Copa del Mundo. El problema esta vez es que el campeonato se disputó en la temporada siguiente a la que teóricamente se está premiando. ¿Qué pasa con Benzema? ¿Y con Ancelotti y su doblete? ¿Valen más los siete partidos en Catar que toda una temporada? Son preguntas que admiten múltiples respuestas y opiniones, como es tradición en este tipo de galardones. En el caso de Courtois y el 'Dibu' el debate simplemente brilla por su ausencia, porque la temporada y el nivel del belga está demasiados escalones por encima del que mostró el argentino como para perder el tiempo en cuestionarlo.

El problema es que ese doblete tan brillantemente conquistado por el Real Madrid ha quedado ninguneado por la FIFA en estos premios, decisión a la que ha respondido el club blanco sin enviar a ningún futbolista a la gala celebrada en París. Tan respetable es que el máximo organismo del fútbol dé lustre a su torneo (el Mundial) como que el Madrid opte por no cargar aún más el calendario de sus futbolistas a sólo tres días de un Clásico para ver cómo otros levantan un premio.

Quizá la FIFA, para no desvirtuar unos premios que ya de por sí han quedado en un segundo plano tras separarse de France Football (lo que realmente desea cualquier futbolista a nivel individual es levantar el Balón de Oro), debió dar estos galardones cuando correspondía y, si querían destacar el Mundial, hacer una gala especial para premiar lo ocurrido en Catar. O esperar al año que viene, como ocurre con el Balón de Oro 2023 para el que Messi va a ser el indiscutible favorito pase lo que pase de aquí a final de curso.

En fin, que lo que sí ha conseguido la FIFA es generar conversación (entre la gente que sabe que se daban estos premios) en un lunes que siempre es menos lunes si hay algo con lo que picarse con los amigos. Y un acto rodeado del glamour parisino y reuniendo a los mejores y las mejores futbolistas del planeta siempre se agradece, especialmente porque nunca hay que desaprovechar un acto en el que te dejen acercarte a los jugadores, en estos tiempos de mensajes enlatados a través de canales oficiales. Argentina fue la triunfadora de unos premios que quedarán en el olvido en cuanto dentro de unas horas vuelva el fútbol auténtico, el que se juega sobre el césped y no sobre las alfombras.