ESPANYOL - VILLARREAL

La plantilla baja el pulgar a Setién antes de jugársela en Cornellà

Varios pesos pesados prefieren su destitución pese a que el técnico lleva 15 días al frente del Villarreal. Roig, su único apoyo por ahora...

La plantilla con Quique Setién. /Getty.
La plantilla con Quique Setién. Getty.
Alfredo Matilla
Nacho Sanchis

Alfredo Matilla y Nacho Sanchis

El Villarreal tenía claro el pasado lunes que no iba a destituir a Quique Setién así, de buenas a primeras, tras cuatro partidos consecutivos sin ganar (tres derrotas y un empate). El cántabro acababa de aterrizar para sustituir a Emery y la idea prioritaria era la de tener paciencia ya que sólo resta por jugar un partido de Liga antes del parón del Mundial, el de hoy ante el Espanyol en Cornellà (20:00), más el de Copa contra el Santa Amalia (sábado a las 21:00). Después, entienden, habrá tiempo suficiente para trabajar y asimilar los nuevos conceptos. Sin embargo, en sólo 24 horas han pasado muchas cosas alrededor del Submarino que han debilitado al entrenador, han empujado a dudar aún más a los directivos y hace que estos días, independientemente de los resultados, pueda pasar cualquier cosa.

Gran parte de la plantilla, por mucho que públicamente diga lo contrario y algunos jugadores sean políticamente correctos, le ha bajado el pulgar a Setién y los pesos pesados prefieren que sea destituido cuanto antes para enderezar el rumbo. La charla de ayer de más de horas en el vestuario fue táctica y, en muchos momentos, conciliadora con el objetivo de hablar las cosas claras, intercambiar impresiones y buscar de qué forma poder mejorar de manera inmediata. "No ha pasado nada. Hemos tenido una sesión de vídeo y hemos estado comentándola, sin más", aseguró el técnico tras el cónclave. Mismos mensajes que han trasladado algunos jugadores off the record, aunque con mucha menos pasión. Pero la realidad es que varios de ellos no han cambiado su opinión respecto a lo que pensaban de Setién tras verlo trabajar en la Ciudad Deportiva. Es más, algunos han alimentado su perplejidad con la situación. El técnico entró el primer día en el vestuario con una frase que para ellos fue lapidaria: "Tras dos años igual me cuesta arrancar...". Y eso les ha marcado.

En general, no entienden cómo Emery tenía casi una veintena de ayudantes especializados en diferentes necesidades (ataque, defensa, analistas, etc.) y Quique sólo ha llegado rodeado de dos personas de su confianza y además una de ellas, el segundo entrenador (Ramiro Amarelle), de lo que más sabe es de fútbol playa. Otro de esos ayudantes en su staff es Fran Soto, el preparador físico, que ya ha organizado diferentes sesiones de entrenamiento que poco tenían que ver con los anteriores. Los tres viven en la residencia del club y no han llegado ni a instalarse en un piso propio. Eso tampoco ha sumado, pues ha venido a modificar algunos privilegios y acuerdos que tenían varios veteranos con Emery (sesiones de descanso, trabajo de prevención en el gimnasio, ausencias por molestias crónicas...). Algún jugador ha deslizado que el cuerpo técnico no conoce a la plantilla, que no estudia debidamente a los rivales y que, en resumidas cuentas, hay un volantazo a la manera de jugar de un equipo que estaba confeccionado por y para semejanza de las ideas de Emery.

Ira general

Todo esto ha derivado en que este runrún se ha sumado a una ola de poco respeto a un entrenador, que al final es o debería ser una autoridad y al que justo le sobra la educación. En el Villarreal creen que ha coincidido en que está de moda atizar a Setién por los últimos años de su trayectoria y, de momento, lo que ha hecho la directiva es frenar a los jugadores y ponerse al lado del técnico, aunque sea por educación y para analizar los próximos acontecimientos y así ganar tiempo. El entorno del Villarreal no es ni mucho menos un motivo de presión para la familia Roig.

Los que ficharon a Setién hace dos semanas, tras quedar fascinados en la cena previa a la oficialidad, consideran que no está teniendo suerte y que, lamentablemente, está pagando el mal humor público de varias aficiones a la vez: muchos culés enfadados porque él contribuyó con aquel 2-8 ante el Bayern al desastre que ha sido el Barça últimamente; también paga la ira de algunos béticos que pasaron de quererle a aborrecerle; y, cómo no, también de los groguets que están decepcionados por la salida de Emery. Corear "¡Quique, vete ya!" tras 12 días en el cargo no es muy normal y se ve como un paso más dentro de una corriente generalizada y peligrosa.

Entre mensajes y alternativas

Quique, por su parte, ni lee, ni escucha ni ve todo lo que se está comentando sobre la crisis y sobre su persona. Ha dado un paso al frente y ha hecho saber a sus futbolistas que hay que rescatar lo positivo, que su tiempo de aclimatación ha concluido y que está "a tope". Ayer, mientras se especuló incluso con su fulminante destitución al no salir a ejercitarse a su hora, siguió contestando el aluvión de mensajes de felicitación que tenía pendientes y que recibió entre el 24 y el 25 de octubre tras la gestación de su fichaje. No se sabe si para cargar pilas, dada la situación, o por si se le juntan con los de ánimo en caso de que no gane esta noche al Espanyol o, aun haciéndolo, por si hay quien considera que lo mejor para todos es acabar esta relación que ha nacido turbulenta. No sería algo nuevo. Esa misma situación ya la vivió hace pocos años Luis García Plaza, que había sustituido a Calleja a mitad de temporada y aun así fue despedido un mes después.

En caso de que eso pase, algo que más que nunca está hoy en manos de los jugadores, Roig volverá a suspirar por Marcelino (en el paro) y con el Muñeco Gallardo (ya ha dicho que deja River Plate), pero también tiene una lista interesante encima de la mesa con nombres contrastados y alguna otra sorpresa. Técnicos que todo hace indicar que serán referentes en los banquillos tras haber sido estrellas vestidos de corto y que ya brillan en sus primeras experiencias en el mundo de los filiales...