Las pistas de Flick con Gündogan... y Kimmich de fondo
El exseleccionador alemán les hizo coincidir durante los partidos del Mundial jugando en distintas posiciones.

El paso de Alemania por Catar fue, en lo futbolístico, desastroso. La selección dirigida por Hansi Flick no quiso mostrarse ajena a las condiciones sociales y políticas del país de Oriente Medio, pero llegó a un punto en que, internamente, les fue imposible centrarse plenamente en el fútbol. Alemania cayó en fase de grupos: ganó a Costa Rica, empató con España y perdió con Japón. Fue insuficiente. Aun así, sirvió para ver la puesta en escena de Flick con Gündogan en partidos grandes.
Ilkay fue titular en los tres partidos. En el debut, contra los nipones, Flick tuvo que elegir entre el blaugrana, Kimmich y Goretzka para el doble pivote. "Como entrenador te toca decir a jugadores que no van a jugar y es imposible hacerlo a gusto de todos. El dilema quedó entre Gündogan y Goretzka y elegimos a Ilkay. A Leon no le hizo mucha gracia, es normal", reconoció Hansi tiempo después.
Los tres acabaron coincidiendo sobre el verde en más de una ocasión. En clave Barça, la relación Gündogan-Kimmich puede dejar pistas de lo que sería la pareja en caso de que el del Bayern decidiera apostar por el proyecto de su exentrenador. Son dos perfiles complementarios que podrían ajustarse a las dos formaciones que más usa: el 4-2-3-1 y el 4-3-3. Aunque la realidad es que el cambio de dibujo solo depende de si el mediapunta se ubica por detrás del delantero o a la misma altura que uno de los interiores. Cambia ligeramente la forma.
Kimmich y Gündogan como doble pivote
En el debut contra Japón, Flick salió con Kimmich y Gündogan como doble de pivote. O como base de un cuadrado que Alemania solía dibujar con Müller y Musiala, cuando este dejaba la banda para meterse por dentro, como falso extremo.
En la creación de la jugada, la tendencia fue que Kimmich se ofrecía para recibir el primer pase, el de los centrales, mientras que Gündogan esperaba un escalón por encima. Por delante, Müller. El mediapunta del Bayern se descolgaba para ser el tercer centrocampista cuando sentía que bajar algunos metros mejoraba la salida alemana.

Una vez afianzados en campo rival, Gündogan y Kimmich formaban un doble pivote más posicional. Sule, lateral derecho, cerraba de la misma forma que lo hace Koundé con el Barça. Al igual que Raum, en la izquierda, se vestía de carrilero como Cancelo o Balde. En el centro, un cuadrado. Müller partía entre líneas, igual que Musiala después de abandonar la banda para que Raum se la hiciera suya.

Gündogan, también como interior
Contra España, en el segundo partido, Flick repitió con el doble pivote. Pero esta vez fue Goretzka quien acompañé a Kimmich, con Gündogan jugando por delante. Esta fórmula le fue bien a Xavi, que acercando a Ilkay al área rival el alemán mejoró su impacto goleador. Flick llevó a cabo el mismo plan, con Leon, un futbolista más de recorrido, para transitar, en un partido en que España tuvo más fases de dominio.

En la segunda parte, con el marcador en contra, Flick cambió el plan e intercambió las posiciones de Gündogan y Goretzka, dejando al del Barça cerca de Kimmich para que Goretzka apuntalara el ataque con sus movimientos al espacio. Con Müller viendo el fútbol de espaldas, fue Leon el mediapunta que más picó.

Gündogan como pivote y Kimmich a la banda
En el tercer partido, Alemania dependía de los que sucediera en el España-Japón. Aun así, por si la tabla acababa en empates, Flick preparó el encuentro incidiendo mucho en cómo atacar. Alemania necesitaba una buena diferencia de goles y Hansi puso un once ofensivo. Partió con Gündogan como pivote único, función que ya desarrolló en Manchester. Kimmich regresó a la banda y Goretzka y Musiala jugaron como interiores.

Sin ser Kimmich un lateral al uso, su tendencia es mezclarse por dentro hasta convertirse en un centrocampista más. Esto libera la banda a los extremos y refuerza la base de la jugada, donde estaba Gündogan. Alemania acabó remontando el partido, pero no fue suficiente para pasar a la siguiente fase.

"El ambiente en el equipo es actualmente una mezcla de tristeza, frustración y decepción. Como jugador, tengo la sensación de haber defraudado a Hansi, para ser completamente honesto. Él siempre estuvo concentrado, motivado y lleno de energía. Desafortunadamente, como equipo no logramos convertir eso en algo", se sinceraba Gündogan después del torneo.
Más allá de la caída prematura en Catar, el torneo sirvió para ver el funcionamiento de Gündogan y Kimmich en escenarios de máxima exigencia. Flick removió el tablero y les juntó en roles distintos. En el Barça, con el club buscando un pivote, lo más lógico en caso de incorporar a Kimmich sería juntarlo a Gündogan en el doble pivote. O, en caso de que otro jugador fuera elegido en la base, como De Jong, Gavi o Pedri, fuera Ilkay el que se descolgara desde más arriba, como Müller durante el Mundial.