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¿Y ahora qué pasa en el Sevilla?

El rechazo de los accionistas obliga a Castro y su consejo a tomar medidas que ya se debaten internamente. Del Nido exhibe músculo y la vía judicial irá a más.

José Castro escucha a José María del Nido Carrasco./EFE
José Castro escucha a José María del Nido Carrasco. EFE
Samuel Silva

Samuel Silva

Ni la asunción de los errores, empezando por la continuidad de Julen Lopetegui, ni la promesa de rectificar salvaron a José Castro en la Junta General de accionistas. No sólo José María del Nido Benavente se mostró muy crítico con el actual consejo sino que los minoritarios, con Accionistas Unidos a la cabeza, accionistas a título individual, peñas, otras plataformas… Todos se mostraron contrarios a la gestión del Sevilla, tanto por las pérdidas acumuladas como, sobre todo, por una trayectoria deportiva que tiene al aficionado con la preocupación del descenso en su cabeza.

José Castro quiso manejar la Junta como en otras ocasiones, con displicencia hacia Del Nido y compañía, pero la situación no era la misma que en anteriores ocasiones. El Sevilla ya no está deportivamente peleando con los grandes y sí metido de lleno en problemas, con una convocatoria de circunstancias para Balaídos y con Monchi haciendo encaje de bolillos para intentar darle la vuelta a la plantilla en enero.

Este panorama deja a la sociedad en una posición incómoda. La judicialización irá a más, con Del Nido Benavente y sus abogados anunciando impugnaciones e incluso la posibilidad de solicitar una nueva Junta de accionistas por la vía judicial. Tampoco el Sevilla como empresa puede continuar con normalidad sin reformular sus cuentas y someterse a una nueva votación ante sus accionistas, que debería ser en breve.

José María del Nido Bevanente junto a uno de sus abogados, José Manuel García Quílez. Efe
José María del Nido Bevanente junto a uno de sus abogados, José Manuel García Quílez. Efe

El debate está instalado en el consejo, que salió de FIBES consciente de que tiene que tomar decisiones en breve para volver a acercarse a los accionistas, tanto a las asociaciones minoritarias como a los individuales. No todo se puede achacar a la situación deportiva y sí también al desgaste de la figura de José Castro, ahora en el foco de las críticas. Un paso adelante de José María del Nido Carrasco está sobre la mesa como un posible remedio para cambiar el paso y hacer frente a la oposición de su padre.

Como se esperaba, Del Nido se mostró implacable con Castro pero también con el resto del consejo. Si en tiempos de bonanza deportiva su voz sonó para criticar la gestión, en la noche de FIBES el expresidente se fue agigantando en sus exposiciones. "De cada diez cosas que hacen, diez las hacen mal", le llegó a decir a la mesa presidencial, apoyado también en esas voces críticas que surgieron de aficionados independientes.

Castro aguantó el tirón, sabedor de que la votación clave para continuar en el puesto de mando la tenía ganada tras prohibir -apoyado en decisiones judiciales que serán impugnadas- que las acciones de Del Nido Benavente pudieran tomar partido. El expresidente también conocía de antemano que esto sucedería, por lo que preparó toda su artillería teatral para tensionar ese momento. Pero la batalla sí la había ganado con anterioridad, al rechazarse todos los puntos relacionados con las cuentas, la gestión y hasta el intento de cambio de auditores.

El mapa accionarial

Había expectación por conocer qué parte controla más acciones y, tras los resultados de las votaciones, las fuerzas están ligeramente favorables a Del Nido Benavente, que, además, salió de la Junta anunciando que tiene músculo financiero para seguir comprando más títulos que lo lleven a la presidencia más pronto que tarde.

Un 88,61% del capital (91.685 acciones) acudió o estuvo representado en la Junta. La primera votación, referida al examen y aprobación de las cuentas anuales y del informe de gestión, fue rechazado por 47.874 acciones (52,22%) mientras que votaron favorablemente 39.651 (43,25%). Casi 4.000 acciones se abstuvieron, correspondientes a los accionistas minoritarios; peor aún fue el siguiente punto -examen y en su caso aprobación de la gestión del consejo de administración-, en el que votaron en contra 52.424 (57,18%), al sumarse también los minoritarios.

Del Nido aseguró nada más empezar la Junta que disponía de 25.520 acciones propias y 13.582 representadas para un total de 39.102 acciones, a las que se añaden las de otros accionistas que lo vienen apoyando hasta situarse por encima de esas 47.000 que lo respaldaron, al menos, en todas las votaciones. El consejo, por su parte, alcanzó un máximo de apoyo de 42.911 acciones, una cifra inferior a las de su opositor, tras partir de más de 39.000 acciones que controla directamente el grupo de Castro.

Únicamente la prohibición de que las acciones de Del Nido Benavente, al no deshacerse el derecho de las minorías solicitado en su día, pudieran votar la remoción del consejo o la acción de responsabilidad contra el consejo hicieron que Castro y el consejo ganasen esas votaciones claves. Las cifras quedaron así: 37.990 (63,51%) votos en contra del cese de los miembros del consejo frente a los 12.803 (21,4%) de los síes. Sólo añadiendo las acciones propias del exdirigente (25.520) ya se hubiera producido un vuelco en la entidad. Más claro aún fue en la acción social, con 42.179 votos en contra (63,57%) y 22.213 (33,48%) a favor sin contar las acciones de Del Nido.

La única duda reside en cuál hubiera sido el sentido del voto de los minoritarios - 13.000 acciones, de las que muchas se abstuvieron en la primera votación y parte también en la segunda- si el escenario hubiera planteado la posibilidad real de que Del Nido Benavente hubiera asaltado el poder.

La última votación de la noche- referida a la delegación de facultades en el presidente y el secretario del consejo de administración para formalizar, subsanar, aclarar, interpretar, complementar, ejecutar y elevar a público los acuerdos aprobados- dejó patente esa minoría de la mesa presidencial en la Junta de ayer. Esa última propuesta fue votada en contra por 47.345 acciones (51,64%) frente a 42.597 (46,46%), lo que reflejó ese rechazo a Castro y el consejo.