La papeleta semanal del Sevilla lo catapulta a un final de temporada de pesadilla y deja al Celta soñando por Europa
Los errores de los de Caparrós y la incapacidad para generar juego contrastan con la competitividad de los de Giráldez.
Tarde de fútbol en Vigo. De los que sueñan por Europa y los que le temen a un final de temporada demasiado irritante e irrespetuoso con su historia. El Celta de Giráldez contra el Sevilla de Caparrós. La esperanza contra la obligación. Y qué partido. Tuvo de todo, incluido un final de primera parte digno de guion de película -de suspense... o de comedia-.
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El partido comenzó como suele ser habitual en clave sevillista. Los nervionenses entraron bien en el encuentro, tuvieron un par de ocasiones —Pedrosa disparó muy blandito y Ramón Martínez, una de las grandes sorpresas del once, tuvo la más clara de cabeza—... y la insuficiencia de cara a puerta le abrió un abanico de posibilidades a su rival. Y el Celta no perdonó.
En el segundo tiro a puerta del partido, Ilaix Moriba completó un movimiento tan bueno como grosero fue el error de la zaga sevillista en su totalidad. Y la definición fue exquisita. 1-0 e incendio generado en un Sevilla muy reconocible: equipo sin plan y mal plantado en el campo. Todo en el fútbol no es la psicología.
Aunque el paso de los minutos premió al Sevilla. En una recta final de primera parte digna de película, Vigo se convirtió en el escenario de un efecto mariposa que acabó igualando el partido. Loïc Badé abandonó el campo conmocionado, se añadieron cinco minutos y acabaron jugándose diez. Porque un penalti muy claro de Marcos Alonso —no lo fue tanto la roja que mostró González Fuertes tras ser avisado por el VAR— lo mandó al fondo de las mallas Nemanja Gudelj. 1-1.
Tras el descanso y con uno más, el Sevilla aglutinó más balón. La salida de Suso le despejó un poco las ideas a los nervionenses, pero la palabra 'dominar' no existe en el diccionario de este equipo. Mucho runrún, pero sin ocasiones peligrosas. Y todo acabó como se lo podría esperar cualquier hincha hispalense: con un gol de Mingueza en una contra repleta de errores de los visitantes. Los fallos en las marcas de Saúl y Suso propiciaron el 2-1. Vuelta a empezar.
El Sevilla comenzó a desesperarse. Con más corazón que cabeza. Sin un plan trabajado. Ni eficaz. El paso de los minutos fue duro. Los de Caparrós demostraron jugar peor con uno más que en igualdad numérica, y el Celta reafirmó su gran competitividad en todos los partidos.
Y cuando todo estaba dictado para sentencia -Guaita sacó un grandísimo remate de cabeza de Kike Salas-, el Sevilla 'cumplió' con su tradición de cada jornada. Esta vez fue Gudelj. Otro error no forzado le dejó en bandeja el tercero a un Borja Iglesias que batió a Nyland con una vaselina de muchos quilates. 3-1. Y éxtasis en Vigo. Y depresión en Nervión, que maquilló el resultado con un gol final de Kike Salas. El Celta se ha ganado el derecho a soñar por todo. Y el Sevilla ha perdido todo el derecho a no tener pesadillas con la recta final.
Ficha técnica
- RC Celta de Vigo: Guaita; Mingueza (Cervi), Yoel, Domínguez, Marcos Alonso; Pablo Durán (Losada), Ilaix, Damián (Javi Rodríguez), Swedberg (Ristic), Hugo Álvarez (Borja Iglesias); Iago Aspas (Beltrán).
- Sevilla FC: Nyland; Ramón, Badé (Isaac), Gudelj, Salas; Juanlu, Agoumé, Saúl (Ejuke), Pedrosa (Suso); Peque (Álvaro), Lukebakio.
- Goles: 1-0 (Ilaix, 19'), 1-1 (Gudelj, 45'), 2-1 (Mingueza, 65'), 3-1 (Borja Iglesias, 91'), 3-2 (Kike Salas, 97').
- Árbitro: González Fuertes. Amonestó con amarilla a: Isaac Romero, Kike Salas. Expulsó a: Marcos Alonso.