Oscar Trejo recuerda el día que se plantó ante Presa y dejó de ser capitán del Rayo: "Yo así no podía seguir"
Símbolo para la afición de Vallecas, el futbolista argentino explica en 'El Vestuario' la responsabilidad y el compromiso que tiene desde hace tiempo dentro del club.

El Rayo Vallecano no se jugaba nada en el último partido de Liga de la temporada frente al Athletic de Bilbao. Tampoco se jugaba nada su rival, era un partido de mero trámite donde los jugadores suelen relajarse y desconectar... pero no todos desconectan. Entre todas las publicaciones en redes sociales previas al encuentro, destacaba una de Óscar Trejo. El futbolista argentino de 36 años subió una story a Instagram para dar las gracias a todos los aficionados por hacer colas en su estadio para conseguir una entrada. Se celebraba el centenario del club rayista. Ese mensaje, que puede pasar desapercibido, representa muy bien lo que es Trejo en Vallecas, y es que si hay algo claro en el Rayo es que el club y todo lo que ello supone está por encima de los futbolistas, pero hay ocasiones en que algunos jugadores se convierten en símbolos. Trejo es una de estas figuras porque sus genes le hicieron acercarse al pueblo y entender desde el día uno qué pide y qué se demanda en Vallecas. Llegó hace 14 años al club y, tras ocho temporadas vistiendo su camiseta, es el portavoz del vestuario, el intermediario entre la relación complicada de club y afición. También era el capitán hasta este último curso, momento en el que voluntariamente decidió dar paso a un lado. No fue un capricho, una decisión aleatoria... todo estaba muy meditado y así se lo hizo saber al Presidente. De ello ha querido hablar en el último episodio de 'El Vestuario' de Relevo junto a Quique Peinado, en una conversación de lo más interesante que ilustra a la perfección el poso que puede llegar a dejar el Rayo Vallecano en un futbolista.
Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Óscar Trejo en 'El Vestuario'
¿Cuántas veces al día te llaman capitán?
Bueno, es una palabra que al final te juro que siento como que...no sé, es algo grande. Prefiero que me digan "choco" y todo, pero bueno, es lo típico que suelen decirlo bastante. Cuando voy a ver a mis hijos, también me dicen: "¡eh, capitán!", y yo: "no, no, choco, choco", y ellos: "no que para nosotros...", y digo "bueno, muchas gracias". Al final es el cariño que te queda, el poder caminar tranquilo, que es a lo que más valor le doy.
Claro, dejaste de ser capitán al arranque de esta temporada, pero Vallecas te sigue considerando el capitán del equipo y me parece a mí que eso va a ser hasta que te mueras
Bueno, aquí han pasado grandes personas que han dejado mucho, que han dejado al club, a la gente, a los compañeros y siempre digo, ser un hijo adoptivo de argentino vallecano, para mí eso es mejor que esta palabra de capitán.
Tú dejaste de ser capitán por un conflicto que está ahí permanente, digamos, entre la presidencia, la gerencia del club, el presidente y los empleados del club, la afición. ¿Cómo se lleva eso en el día a día, ser el capitán de un club en conflicto y más tú que has tomado partido muchísimas veces por los empleados del club o por la afición?
Bueno, sí, es una situación incómoda, la verdad, porque la gente quiere al club, quiere trabajar, quiere dar el 100% y obviamente que, si pasa un tiempo y no le das ese mimo, a la gente obviamente que llega un momento, no de desilusión, pero sí de un poco de tristeza por el hecho de que no valoran tu trabajo. Y lo entiendo porque al final nosotros somos la materia prima más grande del club, que a nosotros nos tienen ahí, pero obviamente al estar ahí tampoco no te puedes descuidar de todo el cimiento que hace que nosotros podamos estar ahí, que es toda la gente que trabaja no solo en oficina, sino en fundación, en cantera y todo. Pero bueno, siempre lo que te digo, siempre he sido transparente, siempre cuando ha habido un problema he ido de cara, de frente y yo creo que es el gran problema también de mi desgaste, de poder solucionar muchas cosas que yo las veo simples y que me duele, duele que un problema tan simple se haga tan grande por no mirarlo o por no enfrentarlo.
Problemas simples, problemas de los trabajadores del club que te vienen a ti y te dicen: «Oye, pasa esto»
Claro, hay esa cercanía que al final entre el trabajador y los jugadores en el día a día te ves muchísimas veces, y escuchas y escuchas y escuchas hasta un momento que dices: "Bueno, ¿todavía sigue pasando esto?", y vas y hablas y solamente demandas que se trate de solucionar, porque al final todos somos personas, todos tenemos problemas y acarrear otro más aquí es complicado en el día a día. Pero bueno, cuando no veía esa solución al final se lo dije a él (se refiere al Presidente del Rayo, Raúl Martín Presa) que yo así no podía seguir porque al final, si representamos un club o una idea, tenemos que acompañarlos con actos y con hechos y, si no estaban por la labor, yo me iba a ocupar de jugar, de disfrutar de mi familia y desde este lugar que estoy ahora trato de seguir escuchándolo, de ayudar, pero no tan implicado porque al final a mí también me hacía mal. Insisto en lo que te digo: son cosas puntuales, porque con muy poquito aquí eres muy feliz.
Claro, para que lo entiendan la gente, a ti te llegaba el jardinero del club, un trabajador de las oficinas y te decía: «Oye, pues no sé si no es que lo hemos cobrado o es que...»
Sí, o de la cantera que al final había muchos entrenadores, del femenino, mucho de oficinas también. Yo esto lo pasé en la temporada 2010-2011 cuando tuvimos el problema (de impagos) pienso lo lindo que sería que no lo hubiera ahora. En el año 2017 volví y el club estaba totalmente saneado, ya no tenía esos problemas pero si vas al tiempo atrás, hace siete años (el club) estaba casi igual que ahora, entonces es lo que hablamos: el club tiene que dar esos pasitos chiquititos para ir creciendo y para poder decir: "Quiero mostrarle a la gente que el club quiere crecer y estar de otra forma".
¿Tienes la sensación de que el Rayo podría ser un club más grande?
Muchísimo más. Yo creo que la gente también. La gente es consciente de todo. Al final, no sé, lo has vivido vos como hincha y yo lo vivo cuando me voy a sacar el abono, o los desplazamientos, o el tema de la entrada. Son muchas cosas que han pasado y uno siempre ha dado una opinión por el lugar que ocupaba y porque va con mi persona, que no es que yo lo voy a decir a la gente y después no te lo digo a vos. Primero eres tú como jefe (se refiere de nuevo a Martín Presa) y después obviamente lo hablamos.
Y ahora os saludáis el presidente y tú.
Sí, sí, sí, lo saludamos, estamos hablando y bueno, al final le digo que si tuviera que volver a hacerlo, lo haría. Es que lo que uno tiene que hacer es apoyarse en la gente que realmente quiere al club y vos te das cuenta de quién quiere al club. Entonces, de esas personas uno se tiene que potenciar y escuchar y, sobre todo, si te dicen cosas que hacer, no hagas cuatro, pero haces dos o haces una. Que la gente vea que el cambio se va a dar proporcionalmente, pero bueno, que se haga.
Evidentemente por eso la gente de Vallecas te quiere tanto. Vallecas es un barrio muy reivindicativo y encontrar un jugador que en vez de hacerlo fácil, que es: «Yo me dedico a jugar y paso», se ponga del lado de la gente... se entiende lo mucho que te va a dar la gente. No sé si eso tú lo vives así.
Sí, sí, sobre todo después de los partidos, que puedas tener esa charla, puedas hablar con la gente, que lo vean así, que seas un enlace, un portavoz de poder decir lo que está pasando afuera para poder meterlo ahí adentro. Al final estamos de paso y lo que tenemos que hacer es dejarlo al club desde tu primer día hasta el último un poquito mejor. Es lo que yo pienso y en lo que yo me digo a mí mismo de mi pasaje aquí en este club.
Cuando lo dejes, ¿a ti te gustaría seguir trabajando en el Rayo?
Sí, me gustaría. Se lo he dicho al presidente, y obviamente cuando ellos sientan, uno se va preparando, se va formando y cuando vea el momento, obviamente me gustaría. Me gustaría porque al final conozco el club, conozco cómo funciona en Argentina, entonces hay muchas cosas parecidas y creo que podría ser algo productivo si se puede.
Más director deportivo que entrenador, ¿no?
Yo sí, entrenador no me veo porque al final es un mundo que es tan inestable, te demanda mucho tiempo. No nos olvidemos que también sos más o menos un ordenador de 25 cabezas, 11 van a estar contentas, las otras 14 tienes que ir gestionando esa frustración, ese enojo. Es muy complicado, muy complejo. Al final ahora cuando sos un poco más grande te vas dando cuenta y al jugador de fútbol también es muy difícil de llevarlo.
Tienes cuatro hijos
Cuatro.
¿Y son madrileños algunos?
Sí, los últimos dos. Son madrileños.
Y tu mujer está contenta de estar aquí, ha abierto un negocio ahora
Sí, ha abierto un negocio y está contenta, al final siempre hemos proyectado la vida juntos y este lugar creo que ha hecho que sea el lugar para nosotros y para la familia.
O sea tu idea es quedarte en Madrid
Sí, si Dios quiere y se puede, la idea nuestra es quedarnos aquí.
Y ahora mismo tú el año que viene tienes un año más de contrato con el Rayo, a ti te dicen que te tienes que ir y a ti te hacen una faena
Si, la verdad es que al final sabemos cómo es el fútbol. Hoy estás, mañana posiblemente no. Esto también al final tiene un final. Lo tratamos de alargar nosotros lo más que podamos. Pero bueno, es ley de vida. Uno tiene que saber aceptar. A mí llega mayo y mis hijos me preguntan: "Papi ¿qué hacemos? ¿No nos vamos a ir, no? Y les digo: "Bueno, este año tenemos asegurado un año más, después veremos". Pero obviamente que también somos sinceros y les decimos: "Mira, pueden pasar estas cosas", pero al final para eso está la familia, para eso estamos los seis, que si nos toca ir a otro lado capaz que tengamos que hacer el esfuerzo y si no, bueno, pues papá se va solo. Con los chicos también hay que ser transparentes y no mentirles porque al final también lo sufren.
Tú eres una persona muy familiar. Me da la sensación de que tu día a día es fútbol-familia, familia-fútbol.
Sí, sí, la verdad que no te voy a mentir. Para mí el 90% pasa por ahí, pasa por ahí de tenerlo a esas cinco personas lo mejor posible y el otro 10 ya me encargo yo de que funcione en el tema del fútbol porque al final es fácil. Es fácil porque mi familia está en Argentina, obviamente la quiero, la extraño, pero la que yo he decidido armar está aquí conmigo y hay que cuidarla y valorarla mucho.
Tienes un año más de contrato, esto ya es seguro. Tienes ya 35 para 36. ¿Te vas planteando el final o no?
Sí, sí, obvio, sí me planteo, pero lo que te digo, yo creo que demarca mucho el año también, de que pueda ser el año que viene, de lo que juegues, de cómo te sientas físicamente. Yo también en este lugar lo que quiero es estar bien y sumar. Para no sumar, siempre he dicho que soy una persona muy directa en eso y que no me gusta mentirme a mí mismo. Decirte que puedo jugar y luego ver que no es faltarle el respeto primero a mí y después al club, que al final lo quiero. Pues si realmente quiero lo mejor del club, cuando no esté bien, se lo voy a decir.
Pongamos que tenemos que escribir el guion del día que te retiras del fútbol. Pongamos que tenemos que escribir la escena, ese último partido, ese último momento.
Siempre lo pienso y yo he llegado a los 18 aquí y para mí sería cerrar 20 años de carrera aquí en Europa, que sería más tiempo aquí que en mi propia Argentina. Sería lo loco que es el fútbol y lo que me ha dado a mí España, no solo la familia y el trabajo, sino la vida. Y pensar que me voy a quedar a vivir aquí, me gustaría retirarme a los 38, obviamente aquí en el Rayo. No me lo imagino porque al final siempre que me lo imagino me emociono, empiezo lo que va a ser ese día, la familia, me gustaría que esté mi mamá también, mis hermanas. Es un día que lo tengo ahí muy presente porque al final sé que va a llegar y eso me hace que cada día que vaya al club lo disfrute, pero de una forma que es lo que me dice mi mujer, que no te veo. Hace dos años no estabas así. Ahora soy más consciente de que el momento puede ser capaz el año que viene. No me permito estar un día triste por el hecho de que no juegue o no viaje. Al contrario. Creo que eso le da más valor a eso que pueda hacer en la última temporada.