ATHLETIC 4 - CELTA 3

La locura de San Mamés lanza al Athletic y hunde al Celta

Un gol de penalti en el último segundo da el triunfo al conjunto rojiblanco en un partido en el que pasó de todo y que fue muy cruel con los de Benítez.

Alex Berenguer celebra el tanto de la victoria contra el Celta de Vigo en San Mamés./LALIGA
Alex Berenguer celebra el tanto de la victoria contra el Celta de Vigo en San Mamés. LALIGA
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Tormenta de fútbol en San Mamés. Una vez más, el estadio bilbaíno fue escenario de un partido loco, con cambio de dinámicas, errores y muchos goles. Los que el Athletic se está acostumbrado a marcar cada jornada para ganar sus partidos. Venían de un duelo a cara de perro ante el Valencia y de una goleada que acabó en sufrimiento en Villarreal, pero los de Valverde volvieron a vivir un duelo esquizofrénico en el que salieron bien parados con un penalti en el último segundo. Y es que este año, a diferencia de las últimas temporadas, tienen gol. Mucho gol.

El Celta, lamentablemente, fue lo de siempre. Golpe durísimo para el cuadro gallego, que no levanta cabeza y que acabó con varios jugadores por los suelos después de un partido en el que marcó tres goles, le anularon otros dos, erró un penalti y no sumó puntos. Otra vez más sensaciones que resultado, sobre todo en la primera mitad, aunque es cierto que su fútbol se fue diluyendo según pasaron los minutos y apareció una fragilidad defensiva anticompetitiva. Si a esto le sumas un equipo desquiciado con los asuntos arbitrales por toda la mochila con la que llegaban a San Mamés, el resultado es una imposibilidad para ganar partidos. Más aún en un escenario como el rojiblanco y ante un equipo en estado de gracia al que le sonríe la suerte.

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Alternativas en ambas áreas

El espectador ajeno seguro que disfrutó de un partido en el que pasó de todo. Sobre todo, las dinámicas de uno y otro lado. Comenzó mucho mejor el cuadro gallego, imponiendo su juego superando la presión alta del Athletic y pudiendo correr para hacer daño a una endeble defensa rojiblanca. Allí, Iago Aspas fue el rey. No solo por su golazo para abrir el marcador, rompiendo una sequía que duraba desde marzo, si no porque tuvo tiempo y espacio para jugar como pocas veces. Es cierto que desaprovechó un mano a mano por una picada quizá innecesaria, pero su primera media hora se podría poner en cualquier escuela de fútbol.

Aspas celebra su golazo para abrir el marcado en San Mamés. EFE
Aspas celebra su golazo para abrir el marcado en San Mamés. EFE

El Athletic no encontró el ritmo en ningún momento, viviendo únicamente de los destellos de Nico Williams y los giros de Oihan Sancet. Qué dos jugadores ha encontrado el conjunto bilbaíno en su prolífica cantera. El segundo puso el empate y el primero volvió loco a Kevin en el carril izquierdo, generando una gran jugada sobre la bocina del primer tiempo para poner las tablas antes del descanso. Sí, las tablas, porque antes, en una reacción de mérito, los vigueses volvieron a ponerse por delante a base de corazón con un gran gol de Bamba tras una serie de rechaces.

El descanso, sin embargo, dejaba una sensación peligrosa para los visitantes e ilusionante para el aficionado local. Si a pesar del nefasto primer tiempo, sobre todo a nivel defensivo, el resultado no era negativo, 'solo' habría que mejorar algo en la segunda mitad. Pareció hacerlo el Athletic en los primeros minutos del segundo acto, otra vez más subido a la 'moto' de Nico Williams, quien generó la acción del 3-2, obra de un Guruzeta que merece mención. Son ya seis tantos del delantero rojiblanco, a la altura de grandes nombres de la competición como Oyarzabal, Sorloth o Dovbyk y apenas uno menos que Morata o Gerard Moreno.

Y cuando parecía que el Athletic celebraría un triunfo plácido, se volvió a derrumbar defensivamente. Paredes y Vivian hicieron aguas y lo disfrutó Larsen. Primero con un gol anulado y después empujando a la red una magistral asistencia de Aspas. Incluso, los visitantes contaron con un penalti tras una acción que nadie protestó en el directo, pero que fue revisada por el VAR y evidenció una mano de Guruzeta en un córner. Unai Simón, siempre Unai Simón, salvó al Athletic de la derrota y volvió a demostrar que nadie le ha regalado la titularidad de la Selección.

Los últimos minutos fueron un monólogo rojiblanco, mientras el Celta intentaba achicar agua como podía. Guaita evitó el tanto de Dani García, pudo haber un penalti sobre De Marcos, pero finalmente llegó una pena máxima por una mano de Mingueza. Con el tiempo a punto de cumplirse... otro duro castigo para el Celta. Nico Williams pidió insistentemente lanzarlo, pero Valverde decidió que fuese Berenguer. Y no erró en su decisión. Engañó al portero rival e hizo estallar a San Mamés, que celebra una quinta posición muy ilusionante, con la mejor marca de puntos de la historia a estas alturas. Este Athletic ya gana hasta jugando mal.