ESPANYOL - VILLARREAL

La leyenda de LaLiga que hacía de scout mucho antes de que existieran los ojeadores: "Íbamos Clemente, yo y su grabadora"

José María Calzón será homenajeado tras más de cuatro décadas como delegado del Espanyol.

Calzón, en el sentido homenaje que le brindó el Espanyol. /RCDE
Calzón, en el sentido homenaje que le brindó el Espanyol. RCDE
Marc Mosull

Marc Mosull

José María Calzón realizará el saque de honor antes del inicio del Espanyol-Villarreal de este jueves. Un nuevo tributo, más que merecido, para el que fue empleado del conjunto perico durante más de 40 años. El asturiano fichó por el club en 1979, cuando dejó la agencia de viajes desde la cual ya organizaba los desplazamientos blanquiazules, y se convirtió en el delegado más longevo de la historia de Primera División y en uno de los currantes del fútbol español más respetados.

Ernesto Valverde solía decir que "era el presidente del Espanyol y que actuaba como delegado en sus ratos libres". No le faltaba razón, pues, en realidad, Calzón hizo de todo; de agente inmobiliario – "me buscó piso cuando firmé por el Espanyol", cuenta el exjugador Moisés Arteaga- de abogado -en los inicios se encargaba de redactar los contratos de los futbolistas- e incluso de scout. Mucho antes de que existiera Wyscout y de que los clubes tuvieran en nómina a decenas de ojeadores realizando informes a diario, Calzón ya viajó por el mundo para tomar apuntes sobre futbolistas y equipos extranjeros.

Y así, junto a su inseparable Javi Clemente, entrenador perico en su día, se encargó de ir a ver uno a uno los distintos rivales que le fueron tocando al Espanyol en la UEFA de 1988, de la cual fue finalista. "Íbamos Clemente, yo y su grabadora", suele recordar el exdelegado perico. "En vez de tomar notas a base de papel y lápiz, él iba grabando todo lo que creía interesante de viva voz. El número 9… tal, el número seis...", explicó Calzón en el documental 'Casi Campeones' de Raúl Ruiz emitido hace unos años en Movistar+.

Uno de los que recuerdan con más cariño ambos fue el viaje para analizar al Vitkovice checoslovaco, emparejado con el Espanyol en los cuartos de final de la UEFA. "Estaba la liga parada por el invierno y el único partido donde podíamos ver al Vitkovice fue en un amistoso ante el Rennes, que creo que fue en París. Y yo entrené a la mañana, cogimos un avión, fuimos a París, alquilamos un coche, diluviaba… nos perdimos. Llegamos al estadio a las 8 de la noche y lo vimos mientras caía la de Dios", desveló Clemente, que lo registró todo en su grabadora, en el mismo programa de televisión.

En aquella histórica trayectoria en Europa, a Calzón le tocó gestionar alguna que otra compleja demanda de su amigo y compañero Clemente, como cuando el vasco le pidió estrechar lateralmente algunos metros el campo de Sarrià ante el Inter de Milan. "Lo hicimos muy bien, con unos 15 días de antelación. De este modo, la hierba creció lo suficiente para tapar el rayal", reconoció en su día el histórico delegado perico, cuya desilusión por la final perdida de Leverkusen se tornó en alegría cuando el Espanyol ganó la Copa del Rey del 2000, su primer título en 60 años y el momento que guarda con más cariño el asturiano, una leyenda de LaLiga que fue scout mucho antes de que apareciesen los ojeadores.