Isco, en busca de la brújula para su día más especial
El cambio de entrenador ha coincidido con una bajada de rendimiento del malagueño, que no encuentra su sitio con Sampaoli.

Más de nueve años después, Francisco Román Alarcón Suárez, Isco, regresa al Santiago Bernabéu como rival del Real Madrid. Aquella promesa que despegó en el Málaga y fue fichada por Florentino Pérez a golpe de talonario está ahora bajo el foco en el Sevilla, al que llegó el pasado verano con la carta de libertad. El adiós de Julen Lopetegui, su gran valedor en Nervión, ha coincidido con una bajada de rendimiento del malagueño, que no encuentra su sitio entre las probaturas que viene realizando Jorge Sampaoli.
Titular en los tres encuentros de Liga con el argentino, su trascendencia en el juego ha ido a menos con el paso de los partidos. El martes ante el Valencia fue sustituido mediada la segunda parte, después de que apenas hubiera aparecido sobre el césped. No le faltan voluntad ni movimientos en pos de ayudar al equipo, pero Isco, el faro del fútbol en muchas ocasiones, está desorientado con la propuesta del argentino.
Lopetegui, que confió anteriormente en Isco tanto en el Real Madrid como en la Selección española, diseñaba un esquema alrededor suya. Ubicado en el vértice superior de un rombo en la medular o casi como segundo punta, el de Arroyo de la Miel tenía libertad de movimientos para aparecer en cualquier zona del campo. Ahora con Sampaoli es distinto, y ese protagonismo se lo reparte con otros jugadores como Óliver Torres o Papu Gómez, lo que le ha quitado brillo. Incluso parte en más ocasiones desde la banda izquierda, con el trabajo defensivo que eso le supone y que le quita energías para aparecer con la pelota.
"Estoy contento de verlo jugar; ha sido un gran futbolista para este club y una gran persona"
Entrenador del Real Madrid"Isco es un jugador extraordinario, hay que ver si él puede liderar una posibilidad colectiva. Tiene las herramientas, porque entiende muy bien el juego, sería genial que él pudiera generar la emotividad necesaria", señaló Sampaoli hace una semana sobre su pupilo, al que todavía no es capaz de exprimir sobre el campo pero en el que sigue teniendo fe para que ejerza de guía del grupo.
La adaptación
Aunque los resultados no están siendo los esperados, Isco se encuentra feliz en Sevilla y en el Sevilla. Su acogida en el grupo fue respaldada desde el primer día por Jesús Navas e Ivan Rakitic, los dos capitanes de más peso en el vestuario, y precisamente con el croata se lo ve muy unido. Conversaciones, charlas y hasta partidas de parchís en los viajes, los que fueran rivales con Real Madrid y Barcelona comparten ahora el día a día.
Su comportamiento, además, está siendo absolutamente profesional y no sólo en lo que atañe al rendimiento deportivo. Respetado por los compañeros, Isco conoce bien los códigos de los vestuarios y los cumple a rajatabla. Pero incluso ha asumido liderazgo en las derrotas para comparecer ante los medios de comunicación, consciente de ese rol principal que le toca desarrollar en el Sevilla.
Sin mostrarse expresivo, Isco tiene ganas de jugar en el Santiago Bernabéu. No acabó como le hubiera gustado su etapa en el Real Madrid, aunque prefiere quedarse con todo lo bueno que vivió en la casa blanca. "Estoy contento de verlo jugar. Contento de verlo mañana y de saludarlo. Le tengo mucho cariño. Ha sido un gran futbolista para este club y una gran persona para mí", señaló Ancelotti cuando lo cuestionaron por el malagueño, que ahora sigue buscando la brújula para enderezar el rumbo de este Sevilla de Sampaoli.