RAYO VALLECANO

Íñigo Pérez, un 'bielsista' "muy inteligente", amante de la poesía y cercano con el jugador

Quien fuera segundo de Andoni Iraola en el conjunto franjirrojo asume por primera vez un banquillo de Primera División al frente del Rayo Vallecano.

Iñigo Pérez, en su presentación como nuevo entrenador del Rayo Vallecano. /Relevo
Iñigo Pérez, en su presentación como nuevo entrenador del Rayo Vallecano. Relevo
Natalia Torrente

Natalia Torrente

Llegó el momento de Iñigo Pérez. El navarro, que hace tan sólo año y medio colgó las botas como jugador, asumirá su primera experiencia como primer entrenador y lo hará en el club que mejor conoce desde que abandonara Osasuna tras cuatro temporadas como futbolista, pusiera fin a su carrera y se convirtiera en el segundo de Andoni Iraola en una de las etapas más gloriosas del Rayo Vallecano.

Iñigo, que fue presentado este miércoles en la Ciudad Deportiva Fundación Rayo Vallecano, llega al club para ponerse al frente del banquillo tras el segundo intento del presidente Raúl Martín Presa por hacerse con sus servicios. Como confirmaron ambos, fue la primera opción cuando Iraola anunció el final de su etapa en Vallecas y lo ha sido ahora tras la destitución de Francisco, que ha estado al frente del equipo desde el inicio de temporada. "Cuando el club me lo ofreció en verano, no me sentí éticamente cómodo y además quería continuar con Andoni mi formación y aprendizaje. Cuando vine aquí llevaba sólo un mes retirado de los terrenos de juego. Es cierto que es una oportunidad que te tienta, pero la parte profesional te frena. Mi estancia allí no ha sido posible, mis circunstancias han cambiado y no es la misma situación la de junio que la de ahora", aseguró el nuevo entrenador del Rayo.

Iñigo rechazó la posibilidad de dirigir el equipo vallecano el pasado verano pues optó por continuar ampliando su experiencia en los banquillos al lado de Andoni y no dar, por el momento, el paso a liderar el staff. Sin embargo, el navarro no había podido sentarse junto al de Usúrbil en el banquillo del Bournemouth por trabas burocráticas con el Gobierno británico al no tener la valoración necesaria para obtener el permiso de trabajo. Una 'puntuación' exigida para aquellos trabajadores foráneos puesta en marcha desde el Brexit y que, tras un sólo año como segundo entrenador, no era suficiente para las autoridades inglesas. Aquello se convirtió en un gran obstáculo, tanto que Pérez se volvió a Navarra de vuelta a pesar de que se le solía ver en los partidos del Bournemouth unas filas detrás del banquillo, sin ropa de club y sin dar indicaciones. Ahora, tal y como desveló Relevo, llega con Adrián López como segundo -con quien coincidió en su etapa de Osasuna- y Óscar García, al frente de la parcela física.

De tener problemas con Marcelo a ser 'bielsista'

Cuando Marcelo Bielsa aterrizó en Bilbao allá por 2011 traía ya los deberes hechos. O al menos, los suyos. Ocho jugadores fueron apartados. Uno de ellos era Iñigo Pérez, actual entrenador del Rayo. Aquello fue un trance duro, pero quien bien conoce al navarro lo describe como un tipo "muy inteligente" con unas inquietudes muy distintas a las comunes entre los futbolistas. Con una poderosa gestión emocional, no sólo consiguió darle la vuelta a la situación como jugador y conseguir la confianza del técnico argentino, aunque fuera como suplente, sino que la complicidad con Bielsa fue tal que llegó desencadenó en una amistad personal.

Su nombre sonó incluso en el verano de 2022 cuando el Athletic celebró sus elecciones. Uno de los candidatos, Iñaki Arechabaleta, anunció que si ganaba los comicios (algo que finalmente no ocurrió) su apuesta para el banquillo sería Marcelo Bielsa, que desembarcaría de nuevo en Bilbao para la que hubiera sido su segunda etapa. A su lado estaría Iñigo Pérez, que acababa de colgar las botas como futbolista tras su paso por Osasuna. Sin embargo Iñaki Arechabaleta no consiguió ser elegido presidente, Marcelo acabo siendo seleccionador de Uruguay e Iñigo pasó a ser el hombre de confianza de Andoni Iraola.

Cercano y encargado de la relación directa con el vestuario

La pasada temporada, en su primer año con Andoni en el staff de Vallecas, Iñigo fue clave en la gestión de la relación directa con los jugadores. Sobre todo al lado de un técnico que mantiene la distancia personal con los futbolistas y que prefiere delegar ese vínculo en su hombre de confianza. Las piezas encajaron. Cada uno asumió su rol e Iñigo fue pieza clave para gestionar al grupo.

Tanto es así que, tras la pregunta de Relevo en su presentación oficial como técnico del Rayo, Iñigo ha querido poner en valor su función. ¿Qué ha pasado con algunos futbolistas que ofrecieron un gran rendimiento la pasada temporada y, en cambio, ahora están lejos de aquellos números sobre el césped? "Los estados de forma no son perennes y creo que eso es lo que está ocurriendo", dijo. Pero quiso matizar: "Seguro que hay factores que han influido en el rendimiento de los jugadores, pero no creo que haya sido tan diferencial. Creo que han marcado más la situación los resultados y eso seguro que les han influido en el rendimiento. Creo que es más un tema emocional".

A sus 36 años, aterriza en Vallecas como el técnico más joven de Primera División y lo hace con esa tarea pendiente: "El equilibrio entre la parte emocional, física y psicológica es algo que el entrenador tiene que conseguir en cualquier momento. Queremos potenciar ambas facetas. Hasta hace poco han estado ganando y marcando goles y por eso hay esa ansiedad de volver a conseguirlo", aseguró.

De «un cuadro de estrés» a una fortaleza emocional clave en su gestión de los jugadores

Iñigo sabe de lo que habla. El navarro, que jugó en el Athletic, Huesca, Mallorca, Numancia y Osasuna, nunca lo tuvo fácil. En Bilbao, donde coincidió durante seis temporadas con Iraola y como él mismo ha señalado en su presentación, compartió "hasta la adolescencia en la residencia", se encontró con la decisión de Bielsa como primer obstáculo. Consiguió reconducir aquello y ser uno de los grandes discípulos del argentino, aunque ha reconocido en su primera rueda de prensa que aún no ha tenido tiempo de compartirle su nueva función como técnico al frente del Rayo.

Después jugó cedido en Huesca una temporada, volvió al Athletic y salió tres años después al Mallorca, también en una operación de cesión. Era la temporada 2013-2014. En febrero regresó, para sorpresa de todos, a Lezama debido a un "cuadro de estrés". A sus 26 años, una situación inesperada le hizo tocar fondo y la ansiedad apareció en su vida. Siguió la recomendación, cerró su etapa en el club balear -con quien compitió en Segunda División- y restableció la serenidad emocional que había perdido durante su etapa en la isla.

El Athletic lo rescató. Y ahí apareció un Ernesto Valverde, por entonces entrenador del club de Lezama, cuyo nombre también ha salido a relucir en la presentación de Iñigo como uno de los entrenadores que marcó su carrera. En aquel momento Valverde se marcó como primer objetivo "recuperarle". "Está pasando por un mal momento personal y entendemos que le tenemos que ayudar. Lo primero es poder recuperarle", dijo Valverde.

Un legado que ahora, en su etapa como técnico, en sus inicios al lado de Iraola y ahora al frente del primer equipo de Vallecas, trata de llevar por bandera. La gestión del jugador es para Iñigo una de las claves fundamentales que le han llevado al éxito. Ojalá lo tenga también en el año del Centenario.

«Es un loco de la poesía»

Una de las inquietudes por las que siempre marcó la diferencia en los vestuarios y que más apasiona a Iñigo Pérez es la lectura. Y un género en particular: la poesía. Tanto es así que en la despedida pública que hizo al marcharse de todos los equipos donde jugó como futbolista, dejó evidencias de ello.

"Estoy contento por la decisión tomada. Triste por dejar atrás algo que quieres y feliz por volver a casa. Soy hijo único, mis padres con 13 años me dejaron partir a Bilbao y perseguir sueños infantiles casi siempre efímeros y caducos afligiéndose un dolor, que hoy, al ser padre logro comprender y cuantificar. Tras 17 años quiero devolverles aquel regalo, el mejor que me hayan hecho. Hoy lo que sea que soy, es gracias a este tiempo fuera de mi hogar. Vuelvo a casa, entro en el "Reino de Navarra" proveniente de los "Campos de Castilla" porque soy un "caminante que hace camino al andar"", dijo al marcharse del Numancia.

"Llegó el momento de partir. Llegó el momento del adiós. Llegó el momento de dejar, que otros lo hagan mejor. Siempre esperando el regreso al lugar en el que sonrío. Agradecido y sonrojado por obtener lo no merecido. Con la deuda grabada dentro, que solucionaré en otro momento. Llegó el momento de partir. Llegó el momento del adiós. Una persona más, que rojo es su corazón". Son los versos con los que comenzó la despedida de Osasuna, su último club como futbolista profesional.