El hincha del Betis que pasó por su filial y capitanea al Mallorca: "Su abuelo estará orgulloso"
Antonio Raíllo tiene raíces familiares verdiblancas e incluso llegó a jugar en el filial heliopolitano.

El partido entre Mallorca y Betis volverá a ser especial para Antonio Raíllo. El capitán del equipo bermellón, uno de los supervivientes de la travesía por el desierto de la Segunda B, le tiene un cariño especial al club verdiblanco. Criado en Córdoba, pero con raíces sevillanas por parte de su familia paterna, los colores del Betis siempre han estado muy presentes en su casa. "Somos béticos de toda la vida, aunque como cualquier familia sevillana también los hay sevillistas", cuenta Manuel Raíllo, progenitor del defensa y que esta vez verá desde casa otro partido con el corazón dividido.
El vínculo de Raíllo con el Betis también aparece en su trayectoria deportiva. Con apenas 19 años, el club verdiblanco se fijó en ese joven central que despuntó en el Pozoblanco y que había pasado por las categorías inferiores del Séneca y del Córdoba. "Nos habían llegado comentarios de que había un chico muy joven que lo estaba jugando todo y haciéndolo muy bien y decidimos ir a verlo", cuenta uno de aquellos emisarios béticos a los que se encargó el seguimiento sobre aquel fichaje. En aquella época, el Betis estaba en plena reestructuración del área deportiva y de cantera, de la mano de José Antonio Gordillo, con lo que fueron varios ojeadores béticos los que lo vigilaron en directo.
"Lo recuerdo perfectamente. Llegó un chico muy joven, tímido y noble. Le costó un poco adaptarse, como es normal en aquella Segunda B con jugadores de mucha experiencia", recuerda Risto Vidakovic, entonces entrenador del filial heliopolitano. "Ya tenía mucha capacidad de trabajo y no tenía dudas de que quería ser futbolista. Era un luchador y lo daba todo en los entrenamientos, y se ha visto que ha mantenido ese espíritu", dice el extécnico bético. "Para nosotros fue un orgullo y seguro que también para su abuelo desde el cielo. No lo pudo ver, pero siempre le había dicho cuando era chico que tenía que jugar en el Betis", relata su padre, que sólo pudo verlo vistiendo la elástica verdiblanca una temporada.
"Tenía una altura muy buena para un defensa y técnicamente no estaba mal. Yo no acabé el año y le perdí un poco la pista, aunque me alegré mucho cuando lo vi en el Espanyol. A aquel Betis le faltó paciencia con él y con otros jugadores. Después se ha mantenido muchos años como capitán de un equipo como el Mallorca. Tiene mucho mérito. Se ha hecho indiscutible y ya es un veterano de guerra", añade Vidakovic, con quien el zaguero no acabó de asentarse en el equipo. "Él tiene un temperamento fuerte y al finalizar el año pidió la carta de libertad. También le afectó que lo pusieron tres kilos por debajo de su peso y eso le hizo no rendir bien", argumenta su padre.

Raíllo jugó 12 partidos esa temporada, pero sobre todo fue penalizado por tres expulsiones casi seguidas. Ese carácter que luego lo ha llevado a liderar a un equipo de Primera como el Mallorca le jugó una mala pasada en aquella experiencia como verdiblanco. "Llegó con muchas ganas de querer demostrar y quizá su juventud le pasó factura en el campo. También fue un año difícil para el filial", relatan desde Heliópolis.
Pero el vínculo con el Betis no desapareció tras aquella experiencia. El recuerdo de su abuelo le sigue apareciendo cuando ha pisado el Benito Villamarín, aunque sea con la camiseta del Mallorca. "En casa tengo enmarcadas dos fotografías suyas como capitán en el campo del Betis, que tiene el detalle de regalarlas", cuenta su padre, que incluso alguna vez ha cantado un gol verdiblanco al equipo de su hijo. "Mejor que empaten y así todos contentos", dice entre risas este habitual seguidor del Mallorca y también del Betis, a cuyo estadio acude cuando los partidos de su hijo se lo permiten.
Del Betis de regreso al Córdoba, de la mano de Rafa Berges que había sido su entrenador en el Pozoblanco, y de allí al Espanyol gracias a la mediación del histórico Manolín Cuesta. "Sergio lo subió al primer equipo, pero no jugó mucho y acabó cedido en la Ponferradina", dice Manuel Raíllo como esos pasos previos a la llegada al Mallorca en 2016 y donde se ha convertido en uno de los referentes. Nueve años después, el defensa liderará otra vez al conjunto bermellón contra su Betis. "Siempre quiero que gane mi hijo, pero si empatan...", reitera su padre, que tampoco esconde su agradecimiento al Mallorca. "Es el capitán y también es su casa", afirma con ese orgullo de familia.