Primera

Gabri Veiga, la perla del Celta que se doctora en Primera División

El canterano del equipo vigués se hace un hueco a las órdenes de Coudet y pone en valor el trabajo que se hace en A Madroa.

Gabri Veiga, en un partido reciente del Celta. /GETTY
Gabri Veiga, en un partido reciente del Celta. GETTY
Óscar Méndez

Óscar Méndez

El Celta es uno de los equipos de Primera División que mejor trabaja la cantera. Hace tres lustros, el descenso a Segunda y la entrada en la ley concursal obligó a la entidad a apostar por los jóvenes valores de la base. Cambió el modelo por necesidad, pero los resultados no han podido ser más positivos hasta el momento. En 2012 regresó a la máxima categoría del fútbol nacional y hoy, una década después, está totalmente asentado y saneado en la misma. Por el medio, infinidad de canteranos talentosos con Iago Aspas como referente y Gabri Veiga como último exponente. El joven centrocampista se está ganando los minutos esta campaña a las órdenes de Coudet, pero su camino hacia la élite no ha sido sencillo.

Veiga (2002) es un corpulento mediapunta que poco a poco ha ido retrasando su posición para poder jugar en el doble pivote, aunque su natural vocación ofensiva le permite jugar junto a un delantero centro o en un costado del ataque. Entre sus principales cualidades destacan la conducción de balón y el gol. El año pasado, a caballo entre el primer equipo y el filial, acabó como uno de los máximos anotadores del segundo conjunto celeste en Primera RFEF.

De niño, su primera pasión era el baloncesto, un deporte muy popular entre los vecinos de su O Porriño natal. Pero pronto se dio cuenta de que su pasión era el fútbol y que prefería darle patadas a una pelota antes que botarla. Louro y Santa Mariña fueron los dos conjuntos de la comarca de Vigo que le acogieron antes de llegar a las categorías inferiores del Celta hace casi una década. Pero no fue todo un camino de rosas en el equipo celeste. En cadetes, ni siquiera era indiscutible.

El verano de 2019 fue el de su explosión. En la pretemporada de aquel el año el primer equipo reclamó la presencia de numerosos canteranos del filial, que a su vez cogió a futbolistas del Juvenil para completar sus entrenamientos y partidos. Jacobo Montes, entrenador que tenía una firme apuesta por la cantera, le dio muchos minutos en Segunda División B. Con la llegada de Onésimo, meses después, volvió al Juvenil, pero su nivel ya estaba varios peldaños por encima.

En la segunda mitad 2020 debutó en Primera División a las órdenes de Óscar García, e incluso destacó en varios partidos, incluido uno ante el Barça en Balaídos. Sin embargo, la llegada de Coudet le devolvió al filial, la misma situación que había experimentado varios meses antes. No se le cayeron los anillos por estar de nuevo dos categorías por debajo. Siguió entrenando y mejorando.

Y de esa progresión también se percató el Chacho, que a finales de 2021 reclamó su presencia en el primer equipo. Lo quería entrenando al lado de Iago Aspas, Denis Suárez o Brais Méndez para que se fuese adaptando al ritmo de Primera. Pero surgió un problema con el club. Gabri no había renovado su contrato y en las oficinas comenzaron a ponerse nerviosos. Tanto, que como medida de presión decidieron devolverlo al filial pese a la opinión contraria de Coudet, que se quejó amargamente ante los dirigentes. Por tercera vez bajaba un escalón, algo que sin embargo hizo madurar al canterano.

Finalmente, antes de que terminase la pasada campaña Gabri extendió su contrato, regresó al primer equipo e incluso tuvo minutos en el tramo final de LaLiga. Este año, con un equipo sin hacer en verano, el centrocampista gallego ha aprovechado su oportunidad y ha convencido al técnico argentino, poco dado a apostar por los jóvenes. La pasada jornada ya fue titular en el centro del campo junto a Fran Beltrán e incluso marcó el gol del triunfo, su segundo de la temporada tras el anotado ante el Atlético de Madrid el mes pasado.

Son muchas las voces que piden a Veiga como titular indiscutible a corto plazo, algo que ya valora Coudet. Lo que sí parece evidente es que se acabaron los saltos entre el primer equipo y el filial.