Una familia, la "sentadilla" de Rafa Benítez y mucha psicología: las claves de un Celta fuera del descenso
El equipo vigués ha hecho piña en las últimas semanas y el vestuario está más unido que nunca.
El Celta consiguió ante el Betis su tercera victoria de la temporada. En 19 jornadas, queda claro que muchas no han sido. El equipo vigués ha firmado una mala primera vuelta, lastrado por errores propios y ajenos que le han llevado a ocupar los puestos de descenso durante muchas semanas. Pero al menos durante los próximos diez días estará fuera de los mismos. El triunfo ante los verdiblancos refuerza lo que ha sucedido en el vestuario celeste en los últimos tiempos.
A diferencia de lo que ocurrió años atrás, cuando muchos jugadores actuaban por su cuenta en situaciones en las que el equipo lo estaba pasando mal, este Celta es una verdadera piña. Dentro y fuera del campo. Muchos futbolistas mantienen amistad entre sí y se les puede ver haciendo planes juntos. Son compañeros y mucho más, un sentimiento que está dentro del vestuario, donde es más sencillo decir las cosas que antaño. Los jugadores sienten que el de al lado les va a escuchar y lo más importante, que va a remar en la misma dirección. No hay, por así decirlo, ovejas negras.
El hecho de que el vestuario está unido quedó ayer demostrado en tres momentos del encuentro ante el Betis. En el primero de ellos, Renato Tapia culminó un sprint de 60 metros para anticiparse a Isco y cortar un contragolpe que olía a gol con empate a uno en el marcador. Fueron varios los compañeros que se acercaron al peruano para felicitarle por el esfuerzo. Gritos, abrazos... Era una simple recuperación, pero la había hecho "uno de los nuestros", como explican desde dentro.
El segundo llegó con el gol de Swedberg en el minuto 96. Cuando el sueco puso por delante a los suyos, los suplentes que estaban en el banquillo corrieron a festejarlo con él y el resto de sus compañeros varios metros por detrás de la portería. Querían estar todos unidos, no unos en un lado y otros en el área técnica. Hasta Jailson, que acaba de aterrizar en Vigo, no dudó en salir por piernas a abrazar al nórdico.
🎶 𝑆ℎ𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑎 𝑙𝑎𝑙𝑎𝑙𝑎𝑎𝑎𝑎, 𝐶𝑒𝑒𝑒𝑒𝑙𝑡𝑎 𝑉𝑖𝑖𝑖𝑖𝑔𝑜𝑜𝑜𝑜 🎵 pic.twitter.com/IXp8W0LXOA
— RC Celta (@RCCelta) January 3, 2024
El tercer momento llegó tras el pitido final. Tras los gritos de liberación de muchos de los presentes en el césped, llegó la comunión con la grada. Ahí se pudo ver a los jugadores, a Rafa Benítez y a varios de sus ayudantes haciendo una sentadilla para posteriormente saltar de alegría con los aficionados. De nuevo, todos juntos. Porque en eso han incidido todos dentro del vestuario en las últimas semanas.
La plantilla y el cuerpo técnico han actuado de psicólogos con aquellos que vivían un peor momento. El apoyo ha sido esencial para que ningún jugador "se quede por el camino" y que todos estén enchufados. Y ha funcionado. Carles Pérez regresó a la titularidad, Swedberg marcó tras muchos partidos sin presencia, Mingueza jugó su mejor partido defensivo y Tapia se ha hecho indiscutible. Todos son parte de la familia, una que quiere seguir ganando partidos en 2024.