Una falsa promesa y una apuesta fallida acompañan el adiós del "encargado de material" que hacía de entrenador en el Espanyol

En la tarde del lunes, el Espanyol sorprendió con un escueto comunicado que ponía fin a la trayectoria de Ignasi Senabre como entrenador de su filial. "Por motivos personales", argumentaba. Apenas se habían disputado tres jornadas y el cuadro perico venía de sumar sus primeros tres puntos ante el Olot en la Segunda RFEF. Ni en el tiempo ni en el momento cuadraba una decisión así a no ser que fuera por motivos de causa mayor. Saltó la liebre cuando los compañeros de Radio Marca apuntaron que Senabre no tenía la licencia federativa para entrenar en la categoría y llevaba tres partidos apuntado en el acta como "encargado de material". Pero, ¿cómo es posible?

Durante las dos últimas campañas, el joven técnico ya se había encontrado con el mismo problema en el Europa, que milita también en Segunda RFEF. No podía tener la licencia de primer entrenador porque no posee la máxima titulación para ejercer, por lo que se sentaba detrás del banquillo. A ojos de todos, él era el técnico, como sucedía en el Espanyol: daba las órdenes, realizaba los entrenamientos, las conferencias de prensa y así fue presentado. Pero no constaba en el acta.

El Espanyol conocía la situación que vivía el técnico en el Europa. El coordinador del fútbol base, Jaume Milà, decidió que Senabre era el técnico escogido, la apuesta. Su rendimiento deportivo había sido excelente, al conseguir con el Europa, el club fundador de la Liga del barrio de Gracia, el ascenso de Tercera a Segunda RFEF y mantenerlo con una gran campaña. Todo ello, además, con un buen fútbol. Pero en las conversaciones hubo un problema: una promesa y un desliz que han explotado ahora.

El entrenador se comprometió a regularizar su titulación para poder adecuarse a la normativa de la categoría, que requiere que los entrenadores tengan la máxima titulación disponible. A diferencia de lo que sucedía en el Europa, el Espanyol sí decidió hacerle ficha de "encargado de material" a la espera de que fuera simplemente un tramo puntual y Senabre pudiera ser inscrito como entrenador, pero eso no ocurriría.

Para obtener esa titulación se necesita seguir un proceso de meses o años, algo que está etipulado en la reglamentación federativa. Después de la segunda jornada, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le comunicó al Espanyol la anomalía que estaban cometiendo al tener a su entrenador, a todos los efectos, Ignasi Senabre, como "encargado del material" en el banquillo y en las actas federativas. No hubo más remedio que acordar entre ambas partes la resolución del contrato y el fin de una etapa corta, basada en una falsa promesa y en una apuesta fallida por las circunstancias que la rodeaban y que no sorprenden a los que conocían la situación del técnico.