Una exhibición de Gerard Moreno rescata al Villarreal y amarga a Osasuna en el descuento

El Villarreal llegaba al duelo marcado por una plaga de bajas. Las acusó en una primera parte en las que Osasuna lo apabulló, hasta que entró Gerard Moreno. Más de un año hacía del último gol del delantero, que puso la puntilla en el añadido para rescatar un empate. Pero el gol fue sólo la guinda a una exhibición del catalán en la segunda parte. Con él sano, el equipo de Marcelino es todavía más candidato a todo.

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Comenzó con algunas dudas Osasuna ante un Villarreal muy mermado por las bajas. Baena jugó tocado porque el contexto lo requería e intentó ser el de siempre, pero no estaba. Rápidamente los de Vicente Moreno, que se habían replegado en el inicio, recuperaron la presión alta y castigaron a las primeras de cambio. Antes del minuto diez fue Areso quien robó un balón en salida de los groguets y permitió que Rubén García diera un toque mágico con la zurda. Budimir voló para poner la cabeza a un centro perfecto y sacudir al equipo de Marcelino.

Aquello dejó tambaleando al Villarreal, que no encontraba en doble pivote compuesto por Parejo y Comesaña la respuesta futbolística al shock inicial. Rozando los veinte minutos de encuentro Budimir cayó en el área tras un contacto con Albiol. Munuera Montero no percibió que hubiera infracción hasta que Del Cerro Grande lo llamó desde el VAR. A cámara lenta todo es más grave. Nadie le iba a quitar a Budimir la posibilidad de lanzar el penalti y firmar su doblete. Portero hacia un lado y balón hacia el otro.

Unos minutos después el árbitro volvía a señalar pena máxima en favor de los rojillos. Era por una mano de Parejo al intentar bloquear un centro de Areso. El mediocentro lo reclamó y rápidamente Munuera acudió al monitor para ver que el balón golpeaba en la espalda del propio Parejo. Aquello sirvió de alivio para un Villarreal que ya se veía hundido cuando no había transcurrido siquiera media hora del encuentro, pero no de motor para una reacción que no llegó en la primera parte.

Marcelino reaccionó durante el descanso dando entrada a Gerard Moreno por Terrats y aquel movimiento le cambió la cara al equipo groguet. Diego Conde y Sergio Herrera se hicieron gigantes en los primeros minutos antes de que Gerard le diera sentido a todas las posesiones del Villarreal. Ofreció líneas de pase a Baena y Parejo, se entendió con Barry para no sólo no pisarse sino potenciarse y aportó creatividad en la mediapunta.

El submarino amarillo encerró a los rojillos y comenzó a cargar el área como no lo había hecho en toda la primera mitad. Barry tuvo un par de ocasiones en las que perdonó hasta que Baena encontró premio. Yeremy encaró a Juan Cruz hasta hundirlo dentro del área y luego puso un centro raso que empujó el propio Baena llegando desde segunda línea. Aquello no era más que la consecuencia de la mejoría de los visitantes tras el paso por vestuarios.

Sergio Herrera fue casi el único que no decayó. Dos estiradas, una ante Gerard Moreno y otra ante Denis, sirvieron para inflarse de moral y levantar la de sus compañeros, descolocados ante el aluvión de ocasiones de los rojillos. La entrada de Moi Gómez dio estabilidad a los locales, que creyeron tener el encuentro controlado hasta que el añadido dictó sentencia.

Torró sujetó a Logan Costa mientras Baena hacía volar un balón por el cielo del área y el intento de salto del central hizo más llamativo el agarrón. Munuera Montero no dudó y pitó pena máxima en el 93'. Gerard Moreno hizo justicia para él y su equipo abriendo la bota izquierda y alojando el balón en el fondo de la red de Osasuna.

El equipo de Vicente Moreno fue fiel a sí mismo en la primera mitad, pero no encontró respuestas al vendaval de la segunda. Si las lesiones están marcando el presente del submarino amarillo, el regreso de su mejor jugador debe hacerlo para positivo. Gerard está de vuelta y el techo de su equipo es mucho más alto cada vez que toca el balón.