Por qué Eric Garcia es mejor ante el Alavés, pero sin Araujo es más difícil ganar una Champions
Ambos centrales están gozando de minutos y oportunidades las últimas jornadas.

El fútbol va tan deprisa que a veces hay que obligarse a frenarlo, aunque solo sea unos minutos y su efecto se diluya, para tratar de analizar y pensar aquello que ya se había considerado como La Verdad. Llega un momento determinado en el transcurso de las cosas que todo se queda tal y como una vez se creyó definitivo, y por pereza y a veces por maldad, nunca se trata de repensar aquello que se decidió. Así, un buen día Eric Garcia fue considerado inservible para el Barça, desterrado por frágil, señalado por unos errores que mostraban una limitación, pero nunca una incapacidad. ¿Habrá que repensar lo sentenciado?
A sus 24 años, Eric es un jugador ya definido. Sus virtudes y sus carencias se han perfilado como definitivas, alejando al jugador de la siempre suculenta mirada de la potencialidad, bajo la cual cada futbolista parece mejor. Como se vio con Míchel la pasada temporada, Eric es un central ideal para equipos propositivos que prioricen el control de la defensa desde el pase y la proactividad que desde la corrección y la velocidad. En realidad esto ya se sabía, pues en el Barça ya había demostrado qué jugador era y para qué servía... y también para qué no servía. Su limitación no era lo que muchas veces se leía. No era blando. Al contrario. Es demasiado agresivo porque su velocidad y capacidad para llegar a duelos le obligan a contactar mucho y buscar anticipar.
Entre tanto debate inane, la única realidad que al Barça le vale es que tener a Eric, que con dos años menos suma más partidos en la élite que Araújo, como recurso de plantilla es valiosísimo. Primero porque es un central muy diferente al uruguayo, por lo que amplia las opciones para Flick. Lo segundo, porque como se vio ante Valencia o Alavés, es una opción más útil para atacar equipos que taponan con tesón la zona central. Tercero, porque es un canterano que ya ha demostrado ser útil y siempre va a ser mejor contar con futbolistas dispuestos a sumar minutos sin asegurar la titularidad y que mejoren tu propuesta de juego que apostar por parches que no encajan en tu forma de sentir el fútbol.
Por Eric nadie pagaría 60 millones y por Araújo sí. El fútbol, en la élite, son virtudes y sobre todo condiciones. Y pocos jugadores tienen tantas para defender como Ronald. Su regreso a los terrenos de juego está siendo duro, porque al uruguayo le está costando adaptarse a un fútbol que le exige pensar tanto, que le obliga a alejarse de sus instintos para focalizarse en el compañero. Mientras que Eric defiende jugadas, Araújo defiende jugadores. Sucede que casi nadie es tan bueno como él haciéndolo, por lo que para ganar una Champions, competición que expone como ninguna otra el talento bruto, Araújo resulte un atractivo tan valioso por su potencialidad.
Tan cierto es que Araújo fue quien causó el error que alejó al Barça de semifinales hace un año como que sin él en la ida el Barça se hubiese hundido. Cuando uno no puede controlar lo que suecede, Ronald emerge como líder en el caos, porque es allí donde sus instintos ganan. Nadie choca, cuerpea y va al límite como él, y donde la mayoría pierden, él gana. Aunque haga muchas cosas mal, solo con estas ya vale mucho dinero. Para ganar partidos, Araújo siempre será un activo que vaya a resolver muchas situaciones que otros no, pero para ganar campeonatos siempre va a ser importante contar con perfiles distintos que permitan al equipo adaptarse a escenarios distintos y, en definitiva, ser más imprevisible.