FC BARCELONA

Enric Masip, el "chincheta" de Laporta del que se espera su dimisión

Enric Masip durante la campaña electoral en 2021. /AGENCIAS
Enric Masip durante la campaña electoral en 2021. AGENCIAS

En las oficinas del FC Barcelona se espera la dimisión de Enric Masip después de la que ha liado retuiteando mensajes racistas, homófobos y/o ante feministas de los que no se avergüenza, pero que han llenado de indignación a buena parte de la directiva, a trabajadores del club, perplejos todos de la conducta del que fuera capitán de uno de los equipos más laureados de balonmano de la historia del club y actualmente, hombre sin cargo reconocido en la entidad, teóricamente asesor personal de Joan Laporta en el área del Palau, eso que llaman 'secciones', es decir todo lo que no afecta al fútbol. Conocido por algunos como "el chincheta", anda pegado al presidente desde que el abogado barcelonés inició la campaña electoral hace más de tres años para volver a sentarse en la butaca presidencial del FC Barcelona por deseo del socio.

Una masa social en la que todo sea dicho, cabe toda la gente, entre los más ultras, obviamente se le ha dado su apoyo, pero en general se siente avergonzada por ser representada por un tipo como él. "Nada que decir", es lo único que se escucha desde los voceros oficiales de la entidad, eso es, desde el departamento de comunicación de la institución azulgrana a estas alturas del verano, los 'suplentes', en ausencia, otra vez de vacaciones, del director de comunicación, Alex Santos. "No, no damos consignas a los directivos, pero hay cosas bastante obvias", cuentan todavía algo sorprendidos, "esto no lo pongas, esto lo pongo, jejejeje", por la actitud del amigo de Laporta, unos mensajes que si fuera por ellos jamás hubieran existido. Opiniones, propias o ajenas, tan censurablemente obvias como retuitearlas, siendo como es Masip parte reconocible del entorno presidencial. Claro que también lo es Alejandro Echevarría, reconocido franquista, así que ... ¿Qué está pasando en el Barça?

De hecho, Masip, no hace tanto, se enfrentó, también vía X, con Marc Crosas, exjugador del Barça (2006-2007), del Celtic de Glasgow (2008-2011), y uno de los comentaristas más famosos de una de las más potentes cadenas hispanas en México y Estados Unidos, a costa de Johan Cruyff. Masip volvió a quedar retratado. Eso ya sentó como un tiro en el entorno del presidente, pero se echó la cortina y todo se disimuló. Aunque el poso de cierto malestar quedó, llueve sobre mojado...

Nuñista confeso en su día, está por descubrirse como llegó a ser más laportista que Laporta. Fue un buen lateral izquierdo, más bruto que táctico, un corajudo soldado de Valero Rivera, referente de uno de los mejores equipos de la historia de balonmano, no ya del Barça, sino del balonmano mundial, cinco veces campeón de Europa, conquistó siete títulos de la Liga Asobal, disputó 205 partidos y anotó 656 goles con España, participó en dos Mundiales, seis Europeos y dos Juegos Olímpicos. Hijo de entrenador, "su padre era muy buena persona, pero estaba más zumbado que él, era puro nervio", dicen los que le recuerdan. Llegó al Palau desde Granollers siendo juvenil, o casi, en lo que muchos interpretaron ya como una traición, pero vino a camisa descubierta, como lo ha hecho siempre todo en la vida, porque si algo tiene es que es valiente.

Seguramente por eso acabó mal en aquel equipo. Fue histórico su desencuentro con el entrenador, con Valero, con quién dejó de hablarse como le pasó con la mitad de sus excompañeros, que le pregunten a David Barrufet, histórico y enorme portero de la sección azulgrana y de la Selección, que salió corriendo ante la llamada de Relevo tan pronto supo que era para habar del tipo con quién compartió mil batallas hasta que se sintió apuñalado. Porque aquel grupo que incendió el Palau tarde sí, tarde también, solo parecía unido en la pista y en parte, dicen, fue por culpa de Masip, capaz de encender una cerilla en el fondo del mar.

"Es tan animal al decir las cosas como lo era defendiendo a un sueco de tres metros de alto y dos de ancho en el parquet", admiten quiénes le han conocido como jugador. "Yo subía a entrenar de juvenil y solo puedo agradecerle como me cuido", explica ahora alguien que le conoció en esa etapa y él, siendo ya un tipo consagrado. "Se preocupaba por nosotros como nadie en aquel vestuario, pero es verdad que daba miedo", recuerda después de más de 30 años. "Siempre me defendió y me ayudó", recuerda alguien que era un crío y que subía a entrenar con el primer equipo cuando él ya era alguien. "Eso no se le podrá negar, nos ayudaba muchísimo, era un gran capitán, aunque no llevara el brazalete", añade.

Y es que en verdad, si algo tiene Masip es que no tiene filtro. "Y así le va", admiten incluso sus mejores amigos, que prefieren no dar la cara a pesar de elogiarle, "no sea que se nos enfade", se ríen. Será por eso, que si le dejas que ponga un mensaje en X, eso que antes se llamaba Twitter, se lía parda.

Masip, que ahora mata por Laporta, llegó a decir en su día que Núñez fue el mejor presidente de la historia del Barça. "Es así", dice uno de sus mejores amigos. "Siempre se moja, así que suele ser conmigo o contra mí. Por eso, mejor tenerlo a tu lado que enfrente, porque si le tienes de enemigo, es peligroso. Si sospecha que le has hecho algo, te pisa. No tiene medias tintas". Puede que últimamente en el club quien mejor lo sepa sea Xavi. "A mí, si me preguntan qué pienso, lo digo", aseguraba con el de Terrassa en el banquillo y comiendo canapés en el palco cuando Laporta le había salvado el culo al entrenador tras la reunión del sushi. Masip nunca defendió a Xavi y el entrenador lo sabía. Masip nunca lo negó. "Otra cosa no, pero jamás se esconde", recogen los que le conocen. Por eso se las ha tenido tiesas con todos los que le han rodeado, se llame Karabatić, Xavi Hernández, o sea del mundo árabe. Le da igual. No tiene freno. Bueno, tal vez lo único que le frena ahora sea presentar una dimisión que medio Barça espera.

Masip durante su época de jugador en el Palau Blaugrana.  FCB
Masip durante su época de jugador en el Palau Blaugrana. FCB

El caso es que a estas alturas de las cenizas del incendio de sus retuits, la única consecuencia, más allá de lo que ha trascendido, es que Masip ha cerrado su cuenta en la red X y que en el club, quien más, quien menos, sigue a la espera de que de un paso más y presente su dimisión. Igual, el apoyo de Echevarría, el otro sustento ideológico de Laporta más allá de la derecha, excuñado y expatrón de la Fundación Francisco Franco, le da confianza al ex del Palau para que siga donde está, eso es, pegado al presi como una "chincheta", peleándose como hizo por el Barça, como ahora lo hace Lamine Yamal, ese hijo de marroquí nacido en una barriada de Mataró, uno de esos críos que a Masip no le gustan nada.

De la dimisión del asesor del presidente del Barça, cargado de odio racial del que dice, no tiene por qué disculparse, nadie sabe nada en el club. Total, ha dejado claro que "no era mi opinión, era la de otros". Y al parecer, con eso le basta a Laporta para no despedirle. Sorprendentemente, son las cosas en Can Barça.