David Carabén, el comisionado que ahonda en el 125 aniversario del Barça: "Es una suerte que tengamos a Laporta: nos salvó una vez y lo volverá a hacer"

David Carabén van der Meer (Barcelona, 1971) dijo un día en una entrevista concedida a Paula Bonet que si le metieran en la cárcel lo único que echaría de menos serían los bares. Sólo por eso merecería mi atención para un afterwork. Pero la verdad es que si le busco –esta vez- es por su condición de comisionado del 125 aniversario del FC Barcelona. Cantante, guitarrista y compositor del grupo catalán Mishima –que se creó, obvio, en un bar-, es también periodista. Trabajó en su día en Betevé, donde realizó el programa Nit a la Terra, y en Barça TV, donde dejó su huella con dos de los mejores programas que uno haya visto nunca: L´habitació dels miralls, Recorda mister.

Habla seis idiomas (castellano, catalán, inglés, francés, italiano y holandés) y en La Vanguardia escribe una columna semanal, referencial, sobre la actualidad del Barça. Hijo de la holandesa Marjolijn van der Meer y de Armand Carabén, el hombre que siendo gerente del FC Barcelona logró el fichaje de Johan Cruyff por el Barça, es pareja de Flora Saura, madre de sus dos hijos y una tipa enorme, licenciada en Comunicación Audiovisual. Quedamos a desayunar en el Bar Virreina del Mercado de la Boqueria y se pide una tortilla de sanfaina. Tonto no lo ha sido nunca.

Pues no lo sé, porque seguramente no soy bueno en ninguna de ellas. Hemos mantenido durante muchos años la cosa ésta de la adolescencia. Cuando aún estás dudando qué serás de mayor y vas haciendo un poco de cada cosa y vas viendo... Y en realidad decide la vida, no decides tú. Mi pasión es la música, lo que me gusta es componer. Y sobre todo, ensayar con el grupo, trabajar en equipo, que los talentos de los demás fluyan, enriquezcan las cosas, te aporten una visión que puedas tener tú. Eso es lo que más me gusta.

Con escribir canciones no ganas un duro y lleva su tiempo. Te has pasado cuatro días ahí dándole vueltas a un texto, a unas notas... Y mientras ensayas tampoco ganas dinero, pero lo pasas bien desde la creatividad. Y es que además ahora no vendes un disco, así que sólo ganas dinero cuando sales de gira. Bandas como la nuestra están condenadas a giras permanentes y más si tienes un mercado tan pequeño como el catalán. Nosotros no podemos irnos a Sudamérica.

Cada vez que lo pienso me acuerdo de Gabarda, que le puso Els Pets (los pedos) al suyo. En su día le haría mucha gracia, una broma adolescente, pero ahora... ¡no sé yo! Lo nuestro fue porque teníamos un grupo que se llamaba Mobie, un nombre de mierda, y un día me llamó una promotora, nos invitaron a tocar, me preguntó qué ponía en el cartel y le dije que Mishima... porque tenía la biografía de Mishima encima de la mesa. Y sonaba fácil de pronunciar y era exótico a la vez. Si hubiera tenido la de Josep Pla nos llamaríamos Los Pla.

Porque me lo ofreció el presidente Laporta un buen día. Nos conocíamos de la época del Elefant Blau y de cuando trabajé en Barça TV. Me citó y me dijo: quiero que seas el comisionado del 125 aniversario.

Le pregunté qué era eso y me contestó que se trataba de definir un poco el marco conceptual de la historia del club y de coordinar, más o menos, los actos principales de la celebración.

Hombre, fácil no es. Hay muchos departamentos y es una estructura tan grande que fácil no es. Hay departamentos que no se conocen entre sí, entonces esto hace que un proyecto como este, tan interdepartamental, que toca diferentes cosas hasta que no te reconocen, y dicen, eres tú, pues cuesta.

No, todo el mundo entendía que esto es algo temporal, que estamos aquí para celebrar y en ese sentido no me ha sido difícil.

Es que el Barça estaba, y está, en una situación muy chunga. Y entonces hemos ido haciendo algo de malabares, claro. Diríamos que celebrar el 125 aniversario en unas circunstancias como estas, no sería el mejor momento...

Sí, hubiera sido mejor tener campo, pero es lo que hay, qué le vamos a hacer.

¿Me vacilas?

La pelota es el Barça, resume lo que somos, la idea. Yo pensé que el marco conceptual debía ser muy fuerte. Yo entiendo, porque me he dedicado al audiovisual, que el marco conceptual es el guion. Y, por tanto, yo entendía que con esta celebración el Barça tendría una ventana pequeña de atención del público mundial para decir, estamos aquí, hacemos 125 años.

Exacto. Pero ¿qué es lo que sacamos? Y entendí que debía encontrar una síntesis de lo que para mí es el Barça. ¿De qué estamos más orgullosos de lo que somos? ¿Qué nos hace más reconocibles en el mundo? Yo creo que tenemos cinco especificidades. A saber: 1) El Barça es propiedad de sus socios. 2) El Barça tiene un estilo propio. 3) El Barça tiene una escuela, que es La Masia. 4) El Barça tiene una simbiosis con el país. El Barça es país. Y 5) El Barça es polideportivo. O sea, son cinco razones por las que podrías decir que el Barça es algo más que un club. Y debes tener en cuenta que el Barça celebra el cumpleaños cada 25 años. Y en los últimos 25 años, el Barça ha llevado el estilo y ha llegado al cénit. Y ese cénit es una foto: Messi, Xavi e Iniesta, todos de La Masia, en el podio del Balón de Oro. Eso no lo ha conseguido nadie, tres futbolistas salidos de La Masia llevando el estilo de juego del Barça a la excelencia mundial. Y esto yo creo que es un poco lo que teníamos que celebrar, el estilo de juego del Barça.

Este estilo de juego ya se intuía y ya se apuntaba con los húngaros, en los años 20, con Jack Greenwell, con los primeros jugadores escoceses que vinieron ahí. El juego de combinación.

El Barça es multicultural desde su fundación y lo sigue siendo, afortunadamente. Porque Cataluña son muchos países. Aquí está el tema. Cataluña es un país de muchos países, es el país menos nacionalista de todas las naciones de Europa. Es internacionalista. Es un país que se ha acostumbrado a conocer al otro. Es un país que se ha hecho grande con andaluces, con charnegos... y ahora con árabes, ecuatorianos, marroquís, senegaleses...

Sí, exacto, manda huevos. Somos un pasillo geográfico, un país que se ha acostumbrado y está orgulloso de entenderse con el otro, un país de comerciantes, que vive de vender y para vender debes conocer y aceptar a los otros y saber cuáles son tus gustos. Como en la Escopeta nacional, que se va un tío a venderle porteros electrónicos a un ministro de Franco en una cacería ¿no?... Esto te obliga a tener las orejas abiertas, a ser muy abierto de mente, y a combinar con el otro. Entonces, de la combinación, del intercambio... nace nuestro fútbol. ¿Y cómo intercambias en el fútbol? Pues pasándote la pelota. Por eso nosotros queremos la pelota. Por eso la idea del 125 aniversario.

Porque la pelota es nuestro lubricante social, es nuestra manera de entender la vida, el hilo que nos cose. Pero fíjate que te pasa lo mismo con la piña de los castells. En esos te has dado cuenta de que va muy bien que se incorporen las chicas, porque tienen un tipo de cuerpo que se comporta de otra manera, seguramente muy resistente pero más elástico.

Claro, porque todos somos útiles, todos los cuerpos nos interesan. Por eso en el juego del Barça hay más pequeños que en ningún otro equipo del mundo porque nos interesa todo tipo de talento. Y tenemos un ejercicio que quizás no sólo sea del Barça, no lo sé, el rondo, pero el Barça es el que le ha dado el propósito más definitivo y le ha hecho evolucionar hacia el juego de posición, que también es una especie de rondo pero durante el partido.

Las sardanas es el baile nacional de Catalunya y no son dos tíos a su bola. Es un colectivo. Y celebra al colectivo cuando van bailando el mismo paso y van hacia la ingravidez. Al igual que los castells. Aquí haces un castillo que es llevar nuestro futuro, los niños, a que toquen el cielo. ¿Y cómo lo conseguimos? Pues uniéndonos como sociedad y poniendo cada talento de cada uno al servicio. ¿Y en el Barça cómo lo logramos? Uniendo a fuertes, rápidos, altos y bajos alrededor de la pelota. La pelota es el Barça porque es nuestra herramienta. Exacto. Hemos sacrificado el arma porque ya que hemos perdido la guerra nos hemos puesto a trabajar, la fuente de nuestro orgullo.

Hombre... el Barça tiene una serie de compromisos y hay que financiar... Y está muy bien. La Damm también hace algo especial por el 125 aniversario. Esto, evidentemente, no lo estoy coordinando yo. Muchos departamentos del Barça han tenido ideas para hacer cosas. Lo malo es que no podamos hacerlas todas.

Sí. Pero también es la gran ilusión. Siempre me acuerdo de Berlín. Cuando vas a Berlín, como les pasó al caer el muro, conquistaron una nueva parte de la ciudad y les dio una euforia y una joya tremenda. Todos los baretos de Berlín tienen una parte que es de obra, o que es como lleno de ladrillos, o una reja... Está por hacer. Y un campo nuevo en obras, por muy incómodo que sea ir a Montjuic, quiere decir que el club está vivo y que cree en el futuro. Esto debería ilusionar a todo el mundo y no ser una lacra. Es decir, hay mucha gente que dice, 'hostia, el Madrid tiene un estadio, nosotros no'. Pues mira al Madrid qué problemas tiene ahora con el estadio, y por lo menos nosotros tenemos un proyecto y confiamos en que las cosas irán bien y apostamos por salir adelante. Yo encuentro algo euforizante.

Sí, tan cercana como puedes tenerla con un íntimo amigo de tu padre. Yo era el hijo de un amigo suyo. Tuve una relación tierna, de mucho cariño y de ser muy querido. Los veranos jugábamos al fútbol en el jardín. Éramos vecinos. Leiro, el gallego que fundó el Montanyà, les ofreció las casas a la vez. No había ni valla entre las dos casas. La pelota siempre rodaba hacia casa de Johan. Era como si le buscara, había una fuerza de la gravedad que iba hacia allá. Yo tenía diez años, y Johan, Charly, Quique Costas, aún eran jóvenes y yo jugaba con sus hijos.

No, al revés. Ni Johan ni Michels, me decían que yo apuntaba muchas maneras. Yo estudiaba, pero jugaba en los Escolapis de Sarrià con mi amigo Lluís Casals. Y el coordinador del fútbol base era Laureano Ruiz. Y estuve jugando unos años. Jugábamos un 4-4-2, yo era un poco pequeñito y tenía que presionar mucho, era el mediapunta y me rompí el brazo dos veces. Y empecé a jugar a ping-pong.

¡Neeskens! ¡Era vecino de Cruyff, mi padre era amigo de Cruyff y mi ídolo era Neeskens! Jugaba con las tobilleras aquellas que llevaba Neeskens. Y después Simonsen, Krankel... Yo soy de esa época, imagínate el drama, es que los de mi generación nos hemos comido mucha mierda. En Basilea soy todavía muy pequeño, pero lo vivo. Recuerdo ver el partido. Yo iba mucho al campo por mi padre. Soy socio de cuna, desde nacimiento. La primera foto de mi vida casi me la tomó Horacio Seguí.

Aquella noche habían cenado mis padres con Johan y Danny. Y cuando me llama mi madre a las siete de la mañana y me dice que mi padre ha muerto, me dice que Johan bajaba a buscarme. Yo estaba hecho polvo, cansado, casi no había dormido porque había estado pinchando en un bar, había perdido la maleta con los discos... Llegué a casa y volví a ver si la encontraba, y de nuevo en casa me llamó mi madre... Y Johan me dijo esto de ser fuerte por mi padre, no dejarme llevar por el sentimiento. Él había pasado exactamente por lo mismo, pero siendo más joven, y en una situación más dramática, porque su padre tenía una frutería y su madre se tuvo que poner a trabajar. Johan fue fiel al niño como nadie y cogió la pelota y jugó como nadie para ganar. Es la portada de L'Equipe. Él era el juego. Y juega y se enfrenta jugando a todos, a los directivos, los adversarios, los que no entienden que esto es la vida, les odia y se enfrenta y siempre va en contra. Y siempre hay una oportunidad para jugar y para ser pícaro y para demostrar que tú... Con Jordi lo hablamos muchas veces, siempre encuentra la forma de llegar antes que nadie.

Muy culé, y muy divertido. Mi padre murió de golpe mientras dormía a los 70 años y no tocaba, diez añitos más hubieran estado genial. Mi padre tenía mucho sentido del humor.

¡Seguro! Todo el mundo recuerda esto, que siempre estaba de buen rollo. Sabía encontrar el gusto por la vida porque tenía un gusto, le gustaban cosas de todo tipo ¿sabes?

No, se lo debemos al Barça. En ese momento fue el fichaje más caro de la historia del fútbol. Mi padre estaba orgullosísimo de haber hecho lo que pudo y en la familia estamos orgullosísimos de ganar una familia amiga, una amistad muy bonita.

Es del club. Pero tengo claro que tenía que ser, ya que tiene todo el sentido: Miró, Tàpies y Barceló. Sé que hay quien critica la obra, es su problema.

Imagínate si hubiéramos hecho una presentación del cuadro de Miró, hoy, la del 75 aniversario. No le hubiera gustado a nadie. Barceló es un genio, es un tío que ha tenido una carrera espectacular, sigue estando en súper buena forma, las últimas cosas que hace siguen siendo fantásticas. Era obvio que debía ser él. Y además... Porque el Barça ha tenido esa tradición de que sus carteles los encargó a artistas contemporáneos, con todos los riesgos que esto supone. Es estilo transgresor, es gamberro, mediterráneo. Como el Barça. Armonizar las diferentes cosas raras, los pequeños, la fuerza, las mujeres. ¿O no era raro que las mujeres jugaran al fútbol? Pues en eso el Barça también es transgresor. Eran una minoría y resulta que tenemos el mejor equipo del mundo. ¿Quién ha impuesto al Barça que lidere ese cambio? ¿Nadie? ¿Todos? No sé. Pero resulta que es el Barça, es el líder de esa movida. Entonces dices, hostia, ¿por qué es el Barça que lo lidera? Porque es el Barça ¿Por qué es el Barça que juega con un estilo de juego que no tiene nadie más? ¿Por qué queremos la pelota? ¿Cómo es que coincide siempre este patrón de imponernos la excelencia sin saber muy bien qué es?

Hombre, recuerdo presidentes más raros. Pero te entiendo. Yo no diría raro, pero sé que es especial. Cuando me critican al presidente, yo digo: hostia, lo que tiene es una personalidad extraordinaria. Es un tío que llama la atención, es un tío que encandila... que te arrastra. La conversación que tuvimos cuando me ofreció el comisionado fue en un bar.

Y pasaron 10-15 personas, y con las 10-15 personas tuvo su momento, les habló, fue simpático, la gente le quiere. Es un personaje, tío. Tenemos mucha suerte de tener ese personaje. Vamos, clarísimo, yo lo tengo clarísimo. Básicamente porque tienes que compararlos con los demás que hemos tenido. No lo compares con tu ideal de presidente, compáralo con lo que hemos tenido y tenemos mucha suerte de tener a un presidente tan valiente. Qué dice: ¿cómo que no se puede? ¡Por mis cojones que sí! Pero de una manera, yo te diría que simpática, es decir, sin amargarse, no es un amargado en absoluto, le gusta divertirse, le gusta reír, le gusta jugar. Como a Johan. Cuando los demás se temen lo peor, sale él y dice: "¡A ver quién tiene miedo, porque yo no!". Esto lo saca adelante, te lo digo yo.

Hombre, no lo sé, pero las dos veces que ha venido tuvo una herencia que no veas, lo que se ha encontrado... Las cosas iban muy mal. Creo que esta vez estamos en camino de ir hacia arriba. Nos salvó una vez y creo que nos sacará otra vez de donde estábamos. Es que somos un club que se impone cosas que nadie busca. Unicef, el fútbol femenino, el estilo... ¿Por que la idea de Unicef no la ha tenido nadie?

Que entiende el juego y cuida el balón, que quiere la pelota. En una de las primeras ruedas de prensa que hace el City, que por cierto te pedí y la encontró Pol Ballús...

Bueno, a Pep le preguntan algo así como que esperan que al City no les haga jugar como al Barça, que ha tocado el balón hasta la línea de gol, y no sé qué, y dice que él no ha conocido a ningún niño que salga al patio de escuela y renuncie a jugar con la pelota. Y es que al final la pelota es el fútbol, es el puto fútbol. Que haya otros equipos que apuesten por otras cosas, muy bien, pero no están siendo fieles al niño que eran. Y entonces el Barça es fiel a los niños. Porque tú lo que quieres cuando eres un niño es la pelota. Entonces, tienes un sistema de juego para tener la pelota. Y quieres la pelota para atacar. Para marcar gol. Por tanto, tener la pelota te obliga a ser creativo, te obliga a entender el juego y te obliga a atacar. [Y en eso Johan es Pep y Pep es Johan].

Un poco sí. Fíjate que Pep, cuando acaba la carrera de futbolista, se va a una gira para documentarse. Habla con Bielsa, habla con Menotti, habla con Kasparov incluso. Aprender la salida Lavolpiana.... Yo qué sé.

Es muy catalán, eso. Muy abierto. Sí, Johan tenía mucha calle, mucha... porque le robaron la pelota y todo se convierte en algo dramático.

Con Flora, la madre de mis dos hijos, Guerau y Roc.

P.D: (No hay respuesta en la que no se ría).