Compañeros entregados y reverencias de su nueva afición: Bryan Zaragoza revive el partido de su explosión ante el Barça
El andaluz completó una exhibición en el primer tiempo, imitando el doblete conseguido la temporada pasada con el Granada ante los culés.
Byan Zaragoza ha caído de pie en Pamplona. El andaluz tiene al Sadar rendido a sus pies y también a sus compañeros. La pide, marca el tiempo, gesticula en cada balón que pasa por su alrededor y es letal cuando pisa tres cuartos de campo, como demostró en el choque ante el Barcelona. Vicente Moreno le da libertad para que se mueva por dónde quiera y él responde con acciones de crack. Un jugador de un nivel superior que está demostrando que lo que enseñó en Granada no era casualidad y que es uno de los jugadores más desequilibrantes de nuestro fútbol. Lo pagó el Barça. Lo sufrió Koundé. Exactamente igual que hace un año, cuando vestido de rojiblanco y en el Estadio de Los Cármenes impresionó a todos ante el mismo conjunto culé.
Prácticamente un año después -aquel partido ante el Barça se jugó el 8 de octubre-, el malacitano volvió a bailar al cuadro culé para poner patas arriba a su nueva afición. Le idolatran y no es para menos. De sus botas salieron los dos goles del conjunto navarro en la primera parte para superar a los de Flick, que llegaban con rotaciones y lo pagaron precisamente en la zona en la que estaba un seguro como es Koundé. Ante Bryan, poco pudo hacer.
El andaluz atendió a los medios de comunicación tras el encuentro, primero intentando contener su felicidad y acabando con una despedida que le define: "Pasarlo bien el fin de semana. Yo lo pasaré". Genio y figura. Antes, reconoció que fue "una noche mágica" en la que se ha quitado "un peso de encima". "Es verdad que llevo un tiempo que no lo he pasado nada bien, sabía que había muchas expectativas muy altas y no empezó como quería. No hice malos partidos pero tampoco buenos y la gente siempre me apoyó. Hoy quería devolvérselo. Esto no es el máximo, puedo dar mucho más".
🗣️💪 ¡Bryan tiene un mensaje para vosotros, rojillos! pic.twitter.com/mJgSJ1DPBu
— C. A. OSASUNA (@Osasuna) September 28, 2024
En el campo, su figura lo eclipsa todo. Es el nuevo Abde rojillo. Ese jugador que tanto echó en falta Jagoba Arrasate y todo el osasunismo. El que fija rivales, libera marcas, encara siempre y, encima, tiene siempre peligro cuando ronda el área. El extécnico rojillo solía decir que sin el marroquí abriendo el campo y fijando a dos defensores en el lado izquierdo, Aimar Oroz no podía brillar tanto y, por tanto, por ahí empezaba a caerse el juego ofensivo de los suyos. Con Bryan, el '10' y todos los que le rodean son mejores porque tienen más tiempo para pensar y, sobre todo, porque el andaluz regala asistencias y paredes a todos los que visten de rojo.
Dos acciones de figura
Su primera intervención, tras sentar a Koundé, fue un centro medido a la cabeza de Budimir. Sus compañeros celebraron el tanto especialmente con el andaluz, conscientes de que su recorte y su centro eran la clave de esa diana. También el croata, que necesita medio centro para marcar y se lo va a pasar en grande este año con su nuevo socio. Todo lo contrario que el lateral derecho francés, que esta noche va a volver a revivir las pesadillas que tuvo el 8 de octubre de 2023, cuando vestido de rojiblanco, Bryan fue un continuo cuchillo, aunque entonces jugó algo más centrado y no pisó tanto la zona del extremo izquierdo como hace en Pamplona.
Aquel día marcó un doblete y pudo ser un hat-trick si no llega a ser porque el palo repelió un tiro en los últimos minutos que hubiese supuesto el 3-2. Antes de eso, abrió el marcado a los 20 segudos y dobló la ventaja la media hora con un doble recorte que acabó con Koundé sin saber dónde estaba la pelota y Ter Stegen por los suelos. Exactamente lo mismo que Iñaki Peña esta noche en el Sadar. Su control y la pisada posterior para regatear al portero culé, con Sergi Domínguez pegado a él, es digna de un jugador de un nivel superior.
"Para mí la clave del gol no es la pisadita, es el control en carrera que me ha permitido presentarme solo ante el portero y eso ya me ha salido solo", analizó el extremo, que reconoció que le normalmente le gusta más dar asistencias que marcar, pero esta noche fue diferente: "Hoy me quedo con el gol porque lo necesitaba".
Se notó en la celebración. En cuanto marcó, hizo un gesto con su mano a la grada destacando la belleza de su propio gol. Era consciente en cuanto vio a Iñaki en el suelo. Y lo respondió la grada imitando su gesto e incluso con reverencias. Y allí, se gustó. Se tapó los oídos y después abrió los brazos dejándose querer por su nueva gente. La afición respira diferente cada vez que tiene el balón en sus pies y se lo agradece en cuanto puede.
Lo entendió bien Juan Cruz, que le cogió por las piernas y le levantó para que la afición siguiese ovacionándole. Algo parecido a Aimar, que tiene una conexión especial con él, y que se quedó el último para abrazarle antes de regresar a su campo hablando con una complicidad que se palpa desde la grada. Los buenos se entienden bien y juntos están llevando al Osasuna de Vicente Moreno a competir y deleitar en el Sadar.
Este es el nivel que vio el Bayern de Múnich en él y que pese a su discreto paso por Alemania, está confirmando en su regreso a LaLiga. También lo intuyó Luis de la Fuente, que le convocó por primera vez a la Selección Española solo un día después de la mencionada exhibición de hace un año ante el Barça. Aquella explosión pareció perderse en los últimos meses de la campaña pasada. En el banquillo del Allianz Arena es difícil destacar y por eso regresó a España.
Le convenció Braulio Vázquez y si entonces ya pareció una oportunidad única para Osasuna, hoy se ve como uno de los chollos más grandes del mercado. Bryan se gusta cada vez que juega ante el Barcelona. Y eso solo lo pueden hacer los mejores.