BARCELONA - ESPANYOL

Collet apunta al doble rasero de LaLiga con la palanca fallida del Barça: "Se lo permite para que siga existiendo el Clásico"

El expresidente del Espanyol recuerda los derbis de antes, el periodo perico en Montjuïc y las tensiones con Laporta.

Joan Collet, expresidente del Espanyol, en un derbi junto a Josep Maria Bartomeu. /GETTY
Joan Collet, expresidente del Espanyol, en un derbi junto a Josep Maria Bartomeu. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Joan Collet fue presidente del Espanyol de 2012 a 2016, algo más de tres años en los que el club perico se enfrentó a una deuda elevada por la carga del RCDE Stadium que le lastró deportivamente, pero se mantuvo en Primera y resistió hasta que los máximos accionistas, Ramon Condal y Dani Sánchez Llibre, decidieron liberarse de los avales y venderle las acciones a Chen Yansheng. Desde entonces el club perico ha ido perdiendo identidad... Y proyecto deportivo. Y personajes como Collet los echa de menos la mayoría de aficionados por su militarismo con el Espanyol y su sentimiento.

Ahora, en su puesto de Delegado Comercial de Sportslandscape, repasa en este primer capítulo con Relevo la historia de sus derbis, el traslado a Montjuïc de la entidad, los primeros problemas entre Boixos Nois y Brigadas y esa tensa relación entre Dani Sánchez y Joan Laporta hace ya dos décadas. Como siempre, habla con pasión y claridad.

¿Qué opina del Espanyol actual?

Lo he hablado ya con compañeros y otros medios, como expresidente lo mejor es no opinar. No toca. Obviamente estoy enfadado, desilusionado, desencantado, decepcionado... Creo que estamos pasando uno de los peores momentos de la historia, pero no quiero hablar de las personas ni valorar nada. Son momentos muy difíciles que por historia el Espanyol no merece.

¿Y cómo se soluciona?

No quiero opinar.

Vayamos al Barcelona-Espanyol, pues. ¿Se acuerda de su primer derbi?

El primer al que que fui fue en la temporada 1972-73. Desde entonces no me perdí ni uno en casa. Solo el primer año de Montjuïc porque prometí el año anterior en Sarrià que si nos salvábamos no iría al siguiente. Aquel primero fue 1-1, gol de Barrios por el Barça y de José María de una falta directa. Luego he vivido un 5-2, 3-0... Eran años donde el Espanyol le plantaba cara al Barcelona, eran partidos de tú a tú y si perdíamos nos enfadábamos. No pensábamos que perderíamos, ahora lo encontramos normal. Antes era una puñalada porque todo estaba igualado. Yo lo veía con la Penya Manigua antes de que aparecieran los radicales. Era muy bonito todo.

¿Y ahora los derbis ya se viven de otra manera?

Te hablo de mi experiencia. No hay nadie que piense que ganaremos de verdad este domingo. Sería una sorpresa muy grande. No te miento, no tengo esperanzas de puntuar. Hace dos años con el gol de Joselu empatamos pese a bajar, pero por desgracia ahora... Ganar es una utopía, como hacerlo ante el Real Madrid. Ha cambiado mucho todo.

Vivió ser perico e ir a la escuela con mayoría azulgrana, y luego también sus hijos pasaron por lo mismo. ¿Percibía muchas diferencias?

No hay similitudes. Con diez años iba a Sarrià, pero desde que empiezo a ir al campo hasta finales de los 80 solo veo dos ligas del Barça. La de Cruyff y la de Venables. No había rivalidad en la calle, no te sentías pequeño ni tampoco tan mal como ahora. La rivalidad era con los amigos. Mi hijo nació en 1987 y vivió la época de Cruyff, la del Dream Team, y todo lo demás. Ya solo se hablaba del Barça. Y mi hijo pequeño que nació en 1992... Ni te cuento. Yo no viví eso. Tampoco había el márketing de ahora, ni el merchandising, entonces muchas veces no sabías de qué equipo eran tus compañeros, ni lo hablábamos. Me enteré años después de que algunos compañeros del colegio también eran del Espanyol. Por ejemplo, Ramon Rius, que iba a mi curso, ni nos conocíamos y luego estuvimos juntos en el mundo social perico. No ibas con camisetas ni nada a la escuela.

¿Y cómo era usted como aficionado?

De pequeño iba con mis padres a General, pero me sentaban en una pared de piedra, allí estábamos los niños. Pero cuando en el Gol Sur veía las banderas, le dije a mi padre que me iba para allí. Tendría 15 o 16 años. Era el primer ambiente joven del Espanyol, el de la Penya Manigua. Fuimos los primeros en hacer una bajada al Camp Nou y nos fuimos corriendo porque nos perseguían los ultras del Barça...

¿Y eso?

Los Boixos se formaron un año antes que las Brigadas Blanquiazules. Creo que fue en 1983, jugaba Maradona en el Barça. Éramos unas 100 personas las que bajábamos y de repente los Boixos nos empezaron a dar 'hostias'. No sabíamos que había un grupo radical que se estaba formando. Tuvimos que correr por la Diagonal, todos dispersados, recibiendo garrotadas. Luego al siguiente partido ya estábamos advertidos.

¿Y cómo era el ambiente en los derbis antes de que llegaran?

En Sarrià había ambiente bueno porque no había ultras. Estábamos juntos los de la Maniagua con los del Barça que siempre iban con una pancarta en la que se leía Penya Barcelonista de Tarragona. Y hacíamos guerras de huevos. Yo salía de casa y mi padre me decía, dónde vas con eso. Nadie lo controlaba, pero cuando empezaron las cabezas rapadas, las porras... Eso ya fue una guerra Brigadas y Boixos, y fue complicado.

"Antes hacíamos guerras de huevos... Yo salía de casa y mi padre me decía: 'dónde vas con eso'.

Usted era el responsable del Área Social en Montjuïc, ¿cómo gestionó la presencia de los Brigadas?

De Sarrià a Montjuïc fueron 500 Brigadas. Estaban catalogados como un grupo violento, el que más de España junto a los del Atlético. Intentamos que no pasara nada, lo menos posible, había gritos racistas, algunas peleas... Pero gracias a la Curva y a la implicación de todos lo fuimos eliminando. Yo estaba en el punto de mira. Como estaba allí involucrado en el área social, era el independentista, cosa que no tienen ni idea y no saben nada de mi posición política. Yo era el malo. Me hicieron pintadas en Montjuïc y en Sarrià intentaron reventar las ruedas del autocar de la Penya de Argentona...

Hablamos de Montjuïc. El Barça juega ahora y ustedes lo hicieron 12 años. ¿El Ayuntamiento les dio facilidades?

Solo puedo decirte que en aquel momento una persona muy importante del Ayuntamiento de Barcelona nos dijo que las negociaciones fueron muy fáciles. Si justifico que Dani Sánchez Llibre se quitase los avales con Chen Yansheng porque creía que era un proyecto bueno, que no lo es, pues con José Manuel Lara pasó lo mismo. Tenía unos avales en el campo de la Chatarra, que estaba al lado de Sarrià, y se lo quería quitar. Y le corría prisa. Él llevó las negociaciones. Yo no estaba todavía porque cuando llegué todo estaba firmado. Pero él dijo que sí a todo, y las condiciones fueron difíciles. Pagábamos un alquiler importante cuando muchos campos municipales no pagaban nada. Pagábamos por los socios que teníamos. No podíamos negociar con patrocinadores, como los de café, si Barcelona Promociones tenía ya el suyo. Teníamos que cobrar por conciertos pero muchas veces para no hacerlo decidían organizar dos en el Palau Sant Jordi... Estoy seguro de que Barcelona Promocions aumentó su cuenta de resultados con nosotros al comienzo. Con el tiempo se solucionaron algunas cosas... Y esa persona del Ayuntamiento fue sincera.

En este derbi habrá reencuentro con Laporta. Son famosas las luchas verbales con Dani Sánchez Llibre. ¿Cómo recuerda aquello?

No recuerdo el capítulo exacto en el que comenzó, pero es muy difícil enfadarse con Dani Sánchez Llibre. Tenía una magnífica relación con Núñez. Con Laporta pasó aquel tema de Saviola (a última hora Laporta intercedió para que se fuera cedido al Sevilla cuando estaba ya casi hecho por el Espanyol), pero son cosas de la rivalidad. Como a mí me gusta, no me molesta. Nosotros haríamos lo mismo. De pequeño la mayoría de buenos jugadores se iban al Barça. Cuando Solsona se fue al Valencia y no al Barça, me alegré. Eso de Saviola significó que nos tienen en cuenta. Ojalá fuéramos Betis y Sevilla, y podamos pensar que podemos ganar. Pero no es así.

¿Y cómo ve usted la situación económica del Barça?

A mí todo, por un lado, me suena raro, pero luego le veo lógica, quizás no es legal. No se entiende desde fuera que puedas fichar jugadores y pagar fichas altas con todas esas deudas a cuenta de una palanca que no es buena. Pero eso se lo deja hacer LaLiga porque quiere que haya dos equipos competitivos. No les interesa que el Real Madrid gane fácil, quieren que haya el Clásico, que les da dinero al fútbol español porque todos los países quieren los derechos de televisión. Por eso no interesa que al Barça no le dejen fichar. LaLiga se lo deja hacer para que se haga el Clásico.