Llegan las novedades arbitrales: fuera de juego semiautomático, cambio por conmoción cerebral... y ojo a los agarrones en los córners

Las concentraciones arbitrales previas al inicio de la temporada han servido para poner en común todo lo realizado y principalmente en lo que se quiere incidir para esta nueva Liga. Hay elementos novedosos y otros que no se han aplicado como sería deseable, por lo tanto, desde el CTA han hecho las recomendaciones pertinentes para que se lleven a cabo el curso que arranca esta misma semana.

El fuera de juego semiautomático ha llegado al fútbol español, como ya existía en otras competiciones internacionales, y terminará con las famosas líneas sobre plano para aplicarlas sobre la recreación virtual de los futbolistas y acortar notablemente los tiempos de espera. Los cálculos del Comité cifran en torno a los 10 segundos la operativa tecnológica que se ampliará otros 20 para que el VAR y su equipo confirmen que la máquina ha hecho su trabajo correctamente. La citada reconstrucción será enviada a los videomarcadores de los estadios que tendrán la potestad de mostrarla a los espectadores si disponen de tecnología para ello.

Será la primera vez en nuestro fútbol donde convivan dos empresas para el suministro tecnológico del VOR. Hawk-Eye tendrá la responsabilidad del fuera de juego semiautomático y Mediapro vuelve a estar a cargo del VAR a partir de las imágenes y realización que ya producía para la señal televisiva. Habrá, por lo tanto, dos furgonetas en los diferentes estadios.

En el apartado tecnológico se continuarán escuchando los audios en aquellas intervenciones de VAR no objetivas y se está discutiendo con la Liga una mayor participación de los árbitros en la producción televisiva. Si el convenio con la RFEF sale adelante, escucharemos a los árbitros puntualmente en las previas de los partidos. Lo que de momento está descartado es que los colegiados hagan declaraciones a la conclusión de los mismos.

Uno de los elementos que más se ha debatido en las charlas trata sobre los agarrones en los saques de esquina y los pre avisos. Reglamentariamente, debe hacerse una recomendación a los jugadores para que cedan en su propósito de sujetarse, pero el CTA ha instado a que sea una vez o la sumo dos durante todo el partido y que empiecen a tomarse decisiones. La sensación es que se advierte demasiado y después no pasa nada, con lo cual los agarrones se siguen sucediendo. Por lo tanto, es probable que empiecen a señalarse más penaltis por jugadas como la que castigó a Beñat Turrientes en la final de los Juegos Olímpicos.

La figura del capitán crece en importancia, como ocurrió en la Eurocopa. No hay ninguna norma que cambie como tal, pero sí una idea del arbitraje de tomarle como interlocutor para evitar las protestas grupales. Por ello se ha transmitido a los árbitros que deben tomar la iniciativa para explicar a los capitanes el porqué de sus decisiones y también el cuarto colegiado lo hará con su entrenador. Del mismo deberá ser ese jugador referente quien se encargue de que el resto de compañeros no acudan a realizar los tradicionales corros, de no ser así la instrucción es que amonesten a todo aquel que vaya a protestar sin llevar el brazalete y se hará de manera radical. Quien sí será invitado a esa charla con el árbitro es el capitán del equipo contrario para que no se entienda que hay una deferencia con uno de los conjuntos y sea una especie de oyente o testigo de lo hablado. El colectivo hace hincapié en que no será un debate ni una negociación, sino una deferencia explicativa de lo dictaminado.

Será la temporada en la que se active la sustitución extra por conmoción cerebral. Si un jugador recibe un golpe, se siente mal, y el médico ratifica ese problema podrá ser cambiado sin que esa sustitución compute. El equipo rival también podrá disponer de esa permuta extra. Para evitar picarescas, el médico del club tendrá que refrendar esa conmoción por escrito cuando concluya el partido.

La idea es que las prolongaciones no sean tan exageradas como se han visto en los Juegos Olímpicos. Se mantiene el propósito de añadir un minuto por cada gol, pero se ha pedido flexibilidad en este asunto porque no siempre se pierde este tiempo y se entiende que en ocasiones no es necesario. Además, la instrucción es priorizar que se pierda el menor posible en lugar de añadirlo exageradamente. Es decir, intervenir durante el partido para no eternizar los tiempos de juego.