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Los brasileños 'fantasma' del Barça: fichajes con sobrepeso, fiestas antes de Clásicos y denuncias por despido improcedente

Vitor Roque tiene el reto de borrar la resaca de los brasileros fichados tras Neymar.

Matheus Fernandes en su única participación con el primer equipo blaugrana./AFP
Matheus Fernandes en su única participación con el primer equipo blaugrana. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

El último verano se cumplieron diez años del fichaje de Neymar. Llegó a Barcelona en julio de 2013 y se marchó en 2017. Al igual que Dembélé, tras marcar un gol en un Clásico veraniego. Y desde entonces, no ha habido prácticamente un año en el que no se haya hablado o rumoreado sobre una más o menos hipotética vuelta al Camp Nou.

No hay debate en que Neymar es uno de los mejores brasileños de la historia. Dejando a un lado palmarés colectivo e individual, su talento bruto es claramente equiparable -y para muchos ojos, superior- al de leyendas como Ronaldinho. Diez años y medio después del fichaje de Ney, el Barça incorpora a Vitor Roque. Un futbolista muchos menos brasileño, con menos magia. Pero con una facilidad para marcar goles que empujó a Deco a recomendar su fichaje. Roque llega para borrar la resaca de los brasileños del Barcelona que todavía dura desde Neymar. Aunque no todos los precedentes son negativos: ahí está el caso, por ejemplo, de Paulinho.

El representante de Vitor Roque es una cara conocida en Can Barça, André Cury. El agente del delantero trabajó como observador para el club durante una etapa. Siendo muy cercano a Sandro Rosell, su primer acercamiento al club fue en 2003, en el fichaje de Ronaldinho. Sobre el fichaje de Neymar por el Barcelona tuvo que declarar en el juicio para intentar esclarecer cómo fue el movimiento y a cambio de cuánto dinero.

Según Catalunya Ràdio, se llevó comisiones, como mínimo, en dos traspasos: el de Neymar al Paris Saint-Germain -de dos millones de euros- y el de Emerson. Tiempo después, comenzó a trabajar como ojeador blaugrana en Brasil. Según el mismo medio, como observador del Barça, entre 2018 y 2021, cobró 685.000 euros por temporada, a lo que había que sumar las variables. Venía a Barcelona una vez al mes y se establecía en el Hotel Princesa Sofia. Trabajó para los catalanes desde 2013. Luego, Deco le relevó.

No ha habido en la historia del Barcelona futbolistas extranjeros con más recorrido que los brasileños. En el primer equipo, Vitor Roque será el jugador brasilero número 40 en vestir la camiseta blaugrana. Siguen desde lejos a los brasileños los futbolistas neerlandeses (23), argentinos (22) y franceses (21). Con el Barça Atlètic la tónica es la misma. Han pasado por el segundo equipo culé 14 brasileños, 12 argentinos y nueve cameruneses o marroquíes. Y algunos dejan historias curiosas relacionadas con la noche, con sobrepeso y hasta con despidos improcedentes.

Douglas Pereira, el candidato a sucesor de Dani Alves

Llegó del Sao Paulo, a cambio de unos cinco millones de euros y con la promesa de terminar convirtiéndose en el sucesor de Dani Alves. Tenía 24 años y su agente era Cury. Ahora lleva sin equipo un año y medio. Disputó ocho partidos con el Barça, pero nadie le quita posar en las fotos del triplete del Barça de Luis Enrique. Se marchó cedido al Sporting, Benfica o Sivasspor. El Besiktas se quedó con él en 2019, cuando dejó de pertenecer a la entidad blaugrana. En 2022 su contrato se terminó y no ha vuelto a pisar un terreno de juego.

Coutinho: entre la resaca de Neymar y el vacío de Iniesta.

El Barça lo fichó, junto a Dembélé, para suplir la baja de Neymar. Llegó, en parte, para comenzar a cultivarse como sucesor de Andrés Iniesta. Y aunque es cierto que Philippe había jugado a tramos como interior en el Liverpool de Klopp, las exigencias de los centrocampistas del Barça evidenciaron que no era el perfil ideal. Más allá de algún gran gol para el recuerdo, para el aficionado culé pesa más el doblete que anotó con el Bayern -siendo futbolista propiedad del Barça- en el doloroso 2-8 de Lisboa.

Arthur Melo: una presunta pubalgia y fiestas previas al Clásico

Llegó de Gremio de ganar la Libertadores y se presentaba como un centrocampista prototípico del Barcelona. A pesar de que tuvo unas primeras actuaciones inspiradoras, su rendimiento fue de más a menos hasta el punto de convertirse en un instrumento de mera ingeniería financiera en el intercambio en paralelo con la Juventus por Miralem Pjanic.

Aun siendo brasileño, le encandiló la noche barcelonesa. Tenía una sala reservada en un prestigioso local de la calle Tuset a la que acudía con regularidad. Una noche, los dueños del establecimiento llegaron a pedirle que no fuera cuando llamó para avisar de que estaba de camino. Al día siguiente disputaba un Clásico.

Estuvo un tiempo de baja por lo que el club justificó como lumbalgia, aunque varias personas apuntaban a causas relacionadas con la noche. Durante ese periodo de recuperación, le cazaron haciendo snowboard. Su rendimiento en la Juventus no mejoró y en la cesión al Liverpool se rompió. Este año está reencontrándose en la Fiorentina.

Matheus Fernandes: no fue presentado y terminó denunciando al club

Formó parte del Barcelona durante un año y medio y jugó un total de 17 minutos en un intrascendente partido de la fase de grupos de la Champions. Fue una de las recomendaciones de los ojeadores brasileños, con André Cury a la cabeza. Y según contó el Diario Sport, Eric Abidal, entonces secretario técnico, viajó hasta Sudamérica para decidir si invertir en él. Matheus creció en el Botafogo y llegó a ir convocado con las selecciones inferiores de Brasil. Dio el salto a Palmeiras pero en un año apenas fue titular en seis ocasiones. Sin jugar, Matheus convenció a Abidal entrenando, durante las sesiones que el francés pudo ver de cerca. El Barcelona se lo llevó por siete millones más tres en variables.

Es uno de los casos fantasma más llamativos. Nunca fue presentado y se marchó con un regalo. El centrocampista demandó al Barça por despido improcedente y reclamó cerca de ocho millones de euros. Al final, quedaron en algo más de 700.000 euros. Posiblemente es uno de los jugadores más caros en relación a los minutos disputados. Ahora juega en el Red Bull Bragantino.

Robert Gonçalves: «Llegué con sobrepeso, estuve un año de vacaciones»

Por el filial también han pasado futbolistas con poco foco. Algunos de ellos ni siquiera llegaron a debutar en partido oficial. Es el caso de Robert Gonçalves. Otros llegaron a hacerse un hueco en el fútbol profesional con el trampolín del Barça Atlètic, como Matheus Pereira -en el Eibar- o Lucas de Vega -criado en La Masia- que pasó por Atlético Baleares o Cartagena. Ahora, a sus 23 años, está sin equipo.

Gonçalves lleva dos años sin competir. Un tiempo después de su marcha, reconoció que no llegó a Barcelona en buenas condiciones físicas. "Llegué al Barça con sobrepeso porque estuve un año sin jugar ni entrenar, de vacaciones. Comí mucho y tomé muchos refrescos", explicó en Ràdio Barcelona. Se quejó de no tener una oportunidad. "Siempre quise jugar en el mejor equipo del mundo y no me esperaba que no contaran más conmigo. No tuve tiempo de demostrar mi futbol. No quiero criticar a Gerard [López, el entrenador], pero si él no contaba conmigo, no podía hacer nada", lamentó.