Bordalás: "Solo pido que no se inventen más falacias que siguen lanzando desde dentro del Valencia"
El entrenador pasó el lunes por Relevo para hablar de fútbol en pasado, presente y futuro. Días después ha confirmado su regreso al Getafe, la que fue su casa en el período 2016-2021.

José Bordalás (Alicante, 1964) habla tranquilo. Su voz no tiene rastro del juego de sus equipos, que convierten cada palmo del césped en un campo de minas en el que el rival se atraganta. "Solo quiero que se me respete". Su tono durante la charla con Relevo es reivindicativo, el de alguien que considera que su juego no ha sido bien interpretado, pese a que sus equipos, según muestran los datos, siempre eran los que más faltas hacían.
Intensidad, trabajo y exigencia. Sus tres lemas. Algo que no ha encontrado en todas sus etapas ni en todos los clubes. "En Getafe éramos una familia, tuve mucha suerte con los directores deportivos". Ahora, a sus 59 años, Bordalás ha vuelto al sitio que le encumbró con el objetivo de salvar a un Getafe en horas bajas. En su día lo transformó en una máquina de competir.
Michel nos dejó la siguiente pregunta para el siguiente entrenador. ¿Qué porcentaje de relevancia le da al trabajo semanal comparado con el de los 90 minutos?
Le doy mucha importancia al trabajo semanal porque afortunadamente tenemos muchos datos sobre el rival, lo podemos estudiar a fondo, sabemos qué jugadores tiene y qué fútbol le gusta al entrenador contrario. Eso nos da mucha información y nos permite trabajar a fondo el partido. Está claro que durante el encuentro puede haber cambios y tienes que modificar, pero le daría un 90% de relevancia al trabajo semanal.
Estuvo con Carlo Ancelotti viéndole entrenar en el Real Madrid. ¿Aprovecha este parón para aprender de otros técnicos?
Tengo muchos colegas en la profesión y estoy hablando con muchos de ellos y es inevitable que ahora que no tengo equipo me pare a mirar cómo trabajan distintos entrenadores para ver cómo manejan a sus equipos y qué plantean. Ancelotti es una referencia, no solo para mí, sino para muchos otros, por todo lo que ha conseguido y la experiencia que tiene. Estoy aprendiendo muchísimo en este periodo, mirando partidos y fijándote en cosas que con la vorágine de la competición no puedes ver. Estoy feliz.
En los años en los que estuvo en el Getafe, su equipo llegó a ser el equipo que más lejos defendía en una Liga con conjuntos mucho más preparados para ello. ¿Por qué se le etiquetaba de defensivo a pesar de ello?
La realidad es esta, no solo en el fútbol. Cuando se repite una cosa muchas veces la gente se lo termina creyendo. Recuerdo leer una noticia en un periódico extranjero que situaba al Getafe como uno de los cinco equipos que más lejos defendía en toda Europa, y eso es una virtud que nada tiene que ver con ser un equipo defensivo, yo creo que todo lo contrario. En Getafe y Valencia he llegado a jugar hasta con cuatro delanteros, y sin embargo se me seguía diciendo que éramos defensivos y muchos adjetivos que no quiero ni nombrar.
¿En España hay una mirada más acotada de lo que es ser un equipo ofensivo respecto a otras ligas?
Al final se habla mucho de la posesión, que no es un dato resolutivo pero sí que quedaba muy bien. Yo he visto a equipos pasarse la pelota y ser incapaces de superar líneas o pasar su propio campo, sin generar ocasiones. Yo lo que quiero es que mis equipos generen, porque durante la semana trabajamos muchas situaciones ofensivas. Mi exigencia antes de comenzar un campeonato es que todos los jugadores del equipo tienen que participar en esa generación de ocasiones, desde el central hasta el punta. Al inicio de curso les pregunto a mis futbolistas ¿cuántos goles marcasteis el pasado curso? Y muchos me dicen que 0, y eso no puede ser. Todos tenemos que sumar. Para nada soy defensivo.
¿Qué piensa de la intensidad, un concepto tan de moda estos días?
Siempre he dicho que mi ídolo de infancia ha sido Johan Cruyff, y cuando lo decía, como la gente me etiquetaba como defensivo, no lo entendía. ¿Cómo se come eso? Yo llevo años inculcando a mis equipos la intensidad, el dinamismo, el jugar con una capacidad de esfuerzo muy alta y esto hace un tiempo no era un elogio. Y ahora ves que todos los entrenadores y medios hablan de que ha faltado intensidad, se ha transformado en una virtud. Todo el mundo ha elogiado a Marruecos por su compromiso, esfuerzo e intensidad y hace poco se criticaba a mis equipos por ese mismo motivo. Yo estoy tranquilo porque sabía que era una virtud.
¿Cree que es la intensidad lo que marca la diferencia?
El fútbol va a una velocidad de vértigo y no únicamente en este deporte, lo vemos en la NBA, por eso está por encima de todas las ligas del mundo, por su fuerza, intensidad y ritmo. Y eso se sabía que en el fútbol iba a llegar, y ya ha llegado. El talento siempre va a ser lo más importante, pero en los equipos de máximo nivel hay muchos jugadores rapidísimos, verticales.
Algo interesante en su Getafe es que era uno de los equipos que más lejos defendía y a la vez fue durante tres años seguidos el que menos disparos concedía tras un contragolpe. ¿Cómo preparaba las transiciones?
Sobre todo estando bien ubicados y muy atentos. Cada jugador tenía su cometido y su tarea que cumplir. Yo siempre quiero estar en bloque alto porque eso aleja al rival de tu portería y nos permite reducir el riesgo, ya que en bloque bajo el balón estará más cerca de nuestra área. Cuanto más lejos defendamos, menos problemas tendremos.
Uno de los jugadores que mejore representaba ese cambio de chip era Marc Cucurella, que mejoró mucho tras su paso por el Getafe. Le estamos viendo incluso de central…
¡Ahí no le veo! No creo que pueda sacar su mejor versión en esa posición. Le veo de lateral, extremo, volante… Porque tiene dinamismo y una gran capacidad de recuperar balones y salir rápidamente. De central, no. Siempre le pongo de ejemplo, no por su talento, sino por su capacidad de atención, esfuerzo y de ir consiguiendo metas. Es un gran profesional y un muy buen chico. Mucha gente ha dudado de él, se dice que le falta talento y es verdad que ha llegado a un equipo con luces y sombras, pero acabará asentándose en la Premier League.
La delantera formada por Molina, Mata y Ángel no solo dio muchos goles, sino que era la base del equipo. Partiendo de un 4-4-2, muy pocos equipos han usado la doble punta como ese Getafe para generar ventajas con el juego directo.
Y no solo con el juego directo. Teníamos a Molina, que es un fenómeno, para aguantar la pelota y jugar de cara para sus compañeros. Jorge venía de un muy mal año en el Betis con solo 1 gol anotado, tuvo poco protagonismo allí y conseguimos recuperar su mejor versión. Ángel nunca había dado el rendimiento en primera que dio con nosotros, y hubo partidos que incluso jugaron los tres juntos. Mata fue internacional tras su gran rendimiento. Si no hubiésemos sido un equipo ofensivo no habríamos generado tanto.
Llega al Getafe tras ascender al Alavés, en un camino que muchos amigos le desaconsejaron tomar. ¿Cómo se construye una identidad en el tiempo?
Conseguí ser campeón con el Alavés y ascender de manera brillante, y en aquel momento el Getafe estaba penúltimo en segunda, no despertaba confianza. Tuve la suerte de tener magníficos directores deportivos como Toni Muñoz, y el trabajar con complicidad y confianza ayuda mucho. Y sobre todo un vestuario fabuloso, de chavales increíbles tanto dentro como fuera. Éramos una familia y ese fue el éxito de aquel Getafe, de poder llegar a Europa. El COVID nos hizo mucho daño. Jugadores como Etebo no pudieron ir a su país y se quedaron todos aquellos meses en casa, en solitario. El equipo lo acusó mucho y nos costó mucho al volver a la competición.
¿Cómo manejaba al vestuario? Hay algunos entrenadores que prefieren no tener demasiada relación con el futbolista.
Gestionar un vestuario no es sencillo como se puede pensar desde fuera, porque siempre hay un desgaste que surge del día a día, pero yo soy un entrenador que procura tener un contacto directo con el futbolista, de charlar mucho con él para ayudarles no solo a nivel profesional, sino también personal. Intento saber por qué no están pasando un buen momento y con la experiencia detectas si el jugador no pasa por un buen momento si lo ves aislado o triste. Y es clave que todos sepan que hay un interés común, que todos entrenamos por el mismo objetivo.
Ha comentado que cada jugador tenía una tarea. ¿Le gusta el futbolista que cuestiona o solo el que obedece?
Me gusta que el jugador pregunte y se interesa por lo que digo, eso es que tiene inquietudes, porque quiere mejorar o tiene dudas, pero un futbolista no las puede tener cuando juega, tiene que tenerlo todo muy claro y esa es nuestra labor. Todas las ideas son buenas, yo hablo con mucha gente y aprendo constantemente. Puedes ir a la barra de un bar y que un señor te dé una buena idea, pero la clave es creer en lo que haces y que el futbolista lo entienda de la misma forma, porque sino estamos jodidos.
Siempre ha sido un técnico con una idea reconocible. ¿Cómo se convence cuando el resultado no sale? ¿Se adapta o muere con sus ideas?
Yo me adapto. Puedo tener una idea que es la que me ilusiona pero luego está la realidad. A mí me encantaría salir con el balón jugado desde atrás, tener las posesiones más largas de todas, porque si tú tienes el control estás más tranquilo. Pero si no tienes a esos futbolistas es pegarte un tiro en el pie y eso es lo último que tienes que hacer. Hay que adaptarse a los futbolistas, al momento en el que están y no encerrarte en tus ideas. Buscar alternativas.
En el Valencia pasó a jugar con tres centrales tras malos resultados.
Ni yo lo quería ni probablemente tampoco el equipo. Éramos incapaces de contener al contrario en el centro del campo, nos superaban en esa zona con facilidad por el perfil de futbolistas que teníamos y teníamos que cambiar sí o sí, o de lo contrario seguiríamos encajando muchos goles y ganar se nos complicaría, porque si en cada partidos encajábamos dos, eso nos llevaba a tener que marcar otros dos goles, y es muy difícil de hacerlo. No soy un entrenador que vaya a un club diciendo "esta es mi idea y mi sistema de juego", porque a mi me encantaría tener el control y la posesión, pero tienes que tener a esos futbolistas.
¿Llegamos a ver al Valencia que quería Bordalás cuando firma con el club? Hubo muchos problemas durante su etapa en el equipo.
Sí, sin duda. No voy a decir que tuvimos la peor plantilla, porque para mí los jugadores que tengo siempre son los mejores, pero sí que llegué en el momento más delicado y con una plantilla muy debilitada. Y con todo logramos llegar a una final de Copa que perdimos por penaltis, y tuvimos posibilidades de ganarla durante el encuentro. El penalti fallado es algo que puede pasar, y podría haber sido al revés.
¿Se ha sido injusto con su paso por el Valencia?
La pasada temporada fue la única de las últimas cuatro en la que el equipo nunca miró para abajo. Me hace gracia porque siempre me meten en el mismo saco que al resto, a mis equipos no es que no les den, es que les quitan. Escucho mucho cosas como "no era un problema de Bordalás, ni de Javi Gracia, Celades o Gattuso". No me metáis en el mismo saco, que mi equipo no ha estado peleando por el descenso. Tuve que reservar a muchos jugadores en marzo porque estábamos en unas semis contra el Athletic, que la superamos de manera sobresaliente, y luego nos esperaba una final con una plantilla muy debilitada.
¿Le dolió alguna baja en especial?
Salió Gameiro, que quería quedarse, y se debilitó la parte de arriba. Y después la de Wass en invierno, que fue un problema. Y aún con todo el equipo quedó noveno y se ilusionó a la afición. Para mí fue un gran éxito si lo comparamos con las otras cuatro, aunque siempre le quieran quitar mérito.
Recuperó la mejor versión de Guedes. ¿Hubo mucho trabajo psicológico con el futbolista?
Yo siempre trato de sacar la mejor versión del jugador, no soy una persona que me guste presumir de nada, pero esta es una de mis virtudes. Con Gonçalo me encontré a un magnífico jugador sin confianza y fue su mejor temporada creo yo, aunque no puedo desvelar cómo lo hago, pero fueron claves su voluntad, trabajo y sacrificio, porque sin balón nos ayudaba mucho, no solo por sus goles, y eso le sirvió a él para irse a la Premier y al club para ganar dinero, porque la oferta que llegó no tenía nada que ver con la que el Valencia se encontró del Villarreal hace dos veranos.
A lo largo de su trayectoria ha revalorizado a muchos futbolistas.
Me acuerdo de Mathias Olivera que cuando llegó pensé que era un cantante de orquesta. Vino vestido de rojo y con sobrepeso y pensaba que no era futbolista. Le dije a mi staff "pero si tiene barriga ese tipo". Luego nos reímos mucho los dos con esta anécdota. Venía de otra liga en la que no tenía esa cultura de lo que es cuidarse con la alimentación y demás, y entre todos y con su voluntad le ayudamos. Y mira ahora, siendo pieza titular en el Napoli, jugando a un nivel altísimo en el líder de la Serie A.
También ayudó a Guillamón dándole un nuevo rol como mediocentro. Nunca tuvo su mediocentro ideal en el equipo y tuvo que reciclar a Hugo, que es un perfil muy distinto.
La baja de Wass nos trastocó los planes, porque es un jugador con un rendimiento lineal, polivalente y con experiencia. A pesar de que Hugo había hecho carrera en la base como central yo vi que no podía serlo en una línea de cuatro, quizás con tres se podía camuflar más. No tiene envergadura y no domina el juego aéreo, y los rivales siempre hacían lo mismo emparejando a su atacante más físico con él para atacarlo. Consideré que por su talento y visión podía ser una buena posición para él y decidí cambiarlo.
¿Le costó mucho adaptarse? Pasar de ver el juego de cara a tener muchos más ángulos de visión no es sencillo.
Le costó muchísimo al principio porque estaba acostumbrado a verlo todo de cara, y cuando recibía de espaldas le anticipaban constantemente y tenía muchas pérdidas. Trabajamos mucho para que se perfilara y controlara su espalda, y eso llevó un tiempo largo. Pero es un chaval muy aplicado y receptivo y acabó el curso francamente bien, de hecho le sirvió para ser internacional e ir a un Mundial. En algún medio he escuchado que le adjudican a otro entrenador ese cambio de posición, es algo que me hace gracia porque siempre buscan restar mérito y no entiendo por qué. Pero sí, fue José Bordalás el que decidió hacer ese cambio a pesar de que las voces del club me lo desaconsejaban porque lo había intentado Marcelino y no había salido bien, que le faltaba dinamismo y visión de juego. Pero lo logramos.
¿Cómo ve al Getafe y Valencia esta temporada?
Yo confío en que ambos se salven, porque son dos clubes a los que les tengo mucho cariño y que se han portado muy bien conmigo, sobre todo el Getafe, en Valencia menos, ya es sabido por todos. Creo que merezco un respeto porque lo di absolutamente todo y solo pido que se me respete y que no se inventen más falacias que siguen lanzando desde dentro del club. La afición del Valencia es increíble, muy exigente, y les deseo lo mejor, confío en que ambos lo hagan.
¿Ha tenido alguna posibilidad de volver a entrenar?
He tenido algunas ofertas. Si hubiese hecho lo que me pedía el cuerpo las hubiese aceptado porque soy así, un romántico aunque no lo parezca. El fútbol para mí lo es todo. Pero una cosa es lo que me decía el corazón y otra la cabeza, hay que pensarlo muy bien. En algunas decidí que no era el momento. Allá donde vaya iré con la máxima ilusión y me volverán a reconocer el trabajo porque soy un profesional muy exigente y riguroso. Iré con humildad. No conozco a nadie que haya tenido éxito sin compromiso ni exigencia. Seguro que nos saldrá un buen proyecto.
Damián Suárez ha sido el jugador más usado en su trayectoria como entrenador. ¿Es al futbolista que se llevaría a la guerra?
Ha sido un poco casualidad porque cuando llegué al Getafe él ya estaba allí. He tenido una relación que fue más allá del entrenador y jugador y a cualquier entrenador le gustaría tenerlo en su plantilla porque es competitivo, tiene calidad, es canchero y vive los partidos con un nivel de atención, intensidad y mentalidad ganadora que es alucinante. Todos lo querrían en sus equipos.
¿Qué pregunta deja para el siguiente invitado?
¿Qué es jugar bien?