El barcelonismo sociológico, ¿realidad o mito en Cataluña?: "Es como el oxígeno; existe, aunque no se dan ni cuenta"

Joan Laporta acuñó el término el 21 de octubre en la asamblea del FC Barcelona: "Madridismo sociológico". Después se explicó así: "Este caso Negreira está siendo aprovechado por algunos que quieren perjudicar nuestra reputación. Cuando viajas a Madrid te das cuenta de que hay un madridismo sociológico que impregna a todos los organismos de poder del país". Recientemente, el presidente azulgrana justificó los errores arbitrales en contra del Barça atacando de nuevo a su máximo rival: "Si eso le hubiera pasado al Madrid, estarían hablando cada día". Lu Martín en Relevo ya hizo un reportaje sobre esos orígenes de lo que Laporta considera como "madridismo sociológico", pero ¿existe en Cataluña un barcelonismo sociológico?

El pasado jueves en el Palau Sant Jordi el grupo colombiano Morat dio un concierto. Los espectadores llevaban una pulsera que le habían entregado que cambiaba de color en cada canción. Con un "Benvinguts a Barcelona" se presentó el grupo, mientras que las pulseras combinaban el rojo y el azul, su carta de presentación, los colores que representan los del FC Barcelona. En 2006, la Generalitat elaboró una campaña de turismo de Cataluña en la que se incluyó a Ronaldinho y al Camp Nou como uno de los atractivos, mientras que en 2017 y 2023 la Agencia Catalana de Turismo se alió de nuevo con la entidad culé para vender Cataluña a través del Barça.

"Tener un yerno del Espanyol o del Madrid es una desgracia", dijo el exalcalde de Barcelona Xavier Trias, que tuvo que disculparse ante el revuelo montado. "El otro día vi TV3 y hablaban de cómo les había ido a los internacionales de los equipos catalanes. ¿Y Daley Blind? Se lo habían dejado, y juega en el Girona", recuerda el escritor Josep Maria Fonalleras. "No se dan cuenta, es como el oxígeno, seguramente lo hacen de forma involuntaria", explica el creativo y tótem de la publicidad Toni Segarra, a quien le tira su afición por el Espanyol, pero quien destaca en su gremio por su clarividencia y su sentido común.

Este domingo (21:00, Movistar +) se miden en Montjuïc el Barça y el Girona, su nuevo rival en Cataluña por las primeras posiciones de LaLiga y por los espacios mediáticos, una situación inédita mientras el Espanyol pelea en Segunda por recuperar la máxima categoría. "Me alegro por el Girona porque cuando empiecen a vivir lo que vivimos nosotros se darán cuenta de la realidad… Y entonces todos serán cien por cien del Girona", advirtió Josep Maria Piera, otro de los creativos publicitarios más influyentes, vinculado a la directiva y a la oposición del Espanyol durante muchos años.

El propio Aleix García, criado en Ulldecona (Tarragona), comentó esta semana que le gustaría jugar en el Barça mientras que Míchel fue tajante: "Yo me acuerdo mucho de cuándo jugaba en las categorías inferiores del Rayo, de los partidos en Vallecas contra el Madrid donde había más gente que celebraba los goles del Madrid que del Rayo. Espero que en Girona la gente sea solo del Girona, este es mi mensaje para nuestra afición. Necesitamos gente que sea al cien por cien del Girona".

Fonalleras encuentra la explicación a este "barcelonismo sociológico" en los años del franquismo, cuando el Barça creó una identidad que penetró en toda Cataluña. "Hubo un arraigo popular del Barça. Los aficionados viajaban de todos los lugares de a verlo jugar, de Girona, Lleida o Tarragona", considera. Lo que Manuel Vázquez Montalbán definió como "el ejército desarmado de Cataluña" o "el més que un club" de Narcís de Carreras empezó a formar parte del ideario colectivo, la forma de expresarse ante las prohibiciones políticas de la época, por delante de otras entidades deportivas en aquel momento también punteras como el Espanyol, que se posicionó como apolítico y al que no le acompañó el nombre, eterno debate en la entidad blanquiazul históricamente, donde incluso algunos vicepresidentes como Francesc Ciprés propusieron en más de un Consejo que no cambiarlo sería una herida de muerte para el Espanyol en la sociedad catalana.

El Girona, que ahora empieza a ocupar más cuota de pantalla, ha visto como esta semana se ha hablado en la prensa catalana desde "el punto de vista azulgrana" más que desde el suyo, incluso se sigue hablando de la Liga como un pulso entre el Real Madrid y el Barcelona obviando que los de Míchel son el segundo clasificado. Pese a ello, Lluís Carrasco, quien fuera jefe de la campaña publicitaria de Joan Laporta e ideólogo de la famosa lona en frente del Bernabéu, considera que el barcelonismo sociológico no existe y no se puede comparar al del Real Madrid: "El Barça es un club país. Es el club del pueblo de ese país. 'Més que un club' es la representación de una institución que no puede tener de apoyo. El madridismo sociológico es una realidad pero el barcelonismo sociológico no existe y no es posible porque es de los ciudadanos. El Madrid es el orgullo de la administración del estado español y el Barça del pueblo, nunca de la Generalitat", comenta.

Y pone un ejemplo: "Nosotros vamos a Montjuic y no podemos aparcar la moto en el estadio. El Madrid construye un estadio en pandemia por esa influencia de las instituciones, como lo de los párkings del Bernabéu".

Unas tesis que no tiene mucho que ver con las que proclaman Piera, Segarra y Gustavo Martínez, amigo personal de Laporta: "Hay un barcelonismo patológico. Lo noto en la piel, siempre fue el bicho raro... Hay un victimismo acentuado". Piera añade todavía más leña al fuego del debate: "Aquí hay una tendencia peligrosa al pensamiento único. Sufrimos cómo la televisión y la radio pública se entristecían si el Espanyol le marcaba al Barça… Oiga, ¡si también pago impuestos! En Madrid no hay riesgo, viven muchos clubes. Y eso que le digo le pasa al baloncesto, balonmano, hockey...", soslaya. Fonalleras está de acuerdo con Carrasco en un punto: "El madridismo sociológico es más de Estado, el del Barça tiene más que ver con el pueblo. La gente se sintió identificada con un equipo, en unas circunstancias sociopolíticas claras, es un poso de muchos años que se ha creado". Y con Piera y Segarra en otras: "El Barça es Cataluña. Se excluye a los otros".

En un mundo de oferta, demanda, consumo y audiencias, Segarra apunta a otra faceta que agrava el desequilibrio: "Existe la tendencia del mercado a los que tienen más. Manda la audiencia, el dinero y todo se retroalimenta. Cuando viene una persona de fuera solo ve un equipo en Barcelona; luego se da cuenta de que hay un espacio ocupado por completo". El Girona se medirá este domingo al Barça y al ¿barcelonismo sociológico? Como dijo el ex presidente azulgrana Josep Lluís Núñez: "La ciudad de Barcelona lleva el nombre de nuestro club". ¿Cataluña es más que un club?