FC BARCELONA

El Barça más pragmático aprende a ganar sufriendo

Los blaugrana encontraron la eficiencia en las áreas que tanto pedía Xavi.

Araujo, Christensen y Koundé celebran la victoria en el Metropolitano./REUTERS
Araujo, Christensen y Koundé celebran la victoria en el Metropolitano. REUTERS
Jordi Cardero

Jordi Cardero

"Nuestro problema está en las áreas", reflexionaba Xavi antes del partido del Metropolitano. Tras la derrota del Madrid en Villarreal, el Barça quería dar un golpe sobre la mesa y lo hizo. Volvió a ganar en su segundo partido sin Lewandowski, llegando al gol de manera conjunta. Y atrás, volvió a quedarse a cero. Es la 12ª portería imbatida en 16 partidos.

A pesar de que muchos de los presentes en las recientes derrotas del Barça en Europa se han ido quedando por el camino, el equipo aún se encuentra en pleno proceso de cicatrización. Y por eso, ganar este tipo de partidos tiene una recompensa doble: tres puntos y la sensación de no tener que ser absolutamente dominadores para llevárselos a casa.

La primera media hora del Barça de los centrocampistas fue muy positiva. Como ya se edificara en Anoeta ante la Real Sociedad, Xavi apostó por tres centrales y un cuadrado en el centro del campo: Busquets y De Jong en la base y Gavi y Pedri por delante. De una jugada del canario, de hecho, nació el gol de Dembélé. "Cuando me meto por dentro estoy más cerca del área", reconocía Pedri al acabar del partido.

Tras el 0-1, el Atlético despertó y el Barça enmudeció. El trabajo en área rival ya estaba resuelto. A los de Xavi les valió con dos tiros a puerta para anotar. La siguiente hora de partido, incapaz de dominar el partido a través del balón, optó por la supervivencia. A pesar de ser una opción contracultural, el equipo tiene mimbres para defender el área propia cuando toca. Una acción de Araujo, al puro estilo Puyol, fue la ocasión más peligrosa para los rojiblancos. El Barça tuvo poco balón, pero tampoco sufrió demasiado.

Esconder debilidades y potenciar virtudes

La relación de los centrales con el balón es la metáfora de este Barça. Koundé y Christensen fueron los dos futbolistas que más intervinieron en el partido, 30 veces más que Araujo. Los de Xavi aprenden a esconder debilidades y potenciar sus virtudes. El sistema no desnudó al uruguayo en salida de balón y cuando tuvo que defender se multiplicó, se erigió como líder al lado de un Christensen impecable.

Superado por la presión del Atlético, Xavi optó por reforzar el relato de la supervivencia. Dio entrada a Kessie por De Jong para ganar piernas en el centro del campo. También entró Ferran por Ansu, con la idea de sumar oxígeno a la hora de tener el balón y jugar de espaldas a la portería de Oblak.

"Sin jugar de manera excelente, hemos sabido sufrir. Moralmente la victoria significa mucho", comentó Xavi al final del partido. Visto el historial reciente del Barça en los grandes escenarios europeos, ganar este tipo de partidos sin dominarlos significa cicatrizar heridas y seguir creciendo. Con estos partidos se ganan ligas.