Assane Diao castiga la pachorra de un Barcelona dependiente de Lamine

El Barcelona revivió sus dudas en el Benito Villamarín. La goleada del martes en Palma del martes parece hoy un espejismo. Los de Hansi Flick repitieron en Heliópolis los mismos defectos que lo castigaron durante el mes de noviembre y el Betis lo aprovechó para dejar atrás su crisis con una igualada que lo reconcilia con sus aficionados. El gol de Assane Diao, en el tiempo de prolongación, rescató un merecido punto para los de Pellegrini, que pusieron más durante todo el partido, pese a que el marcador se les pusiera en contra en dos ocasiones.

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No atraviesa el líder su mejor momento. Ni recurriendo el entrenador alemán a su teórico once de gala, con Olmo de mediapunta y Lewandowski regresando a la delantera. El Barcelona ha perdido ese punto de intensidad que lo convirtió en diferencial en el inicio del campeonato. Esa defensa adelantada exige también máxima aplicación del resto para recuperar la pelota y eso hoy no aparece con esa necesaria regularidad.

Sí sigue contando con Lamine Yamal. Los infinitos recursos de la perla azulgrana revivieron por momentos al Barcelona. Primero, con su participación en la triangulación con Pedri y Koundé que dio origen al 0-1 de Lewandowski. Luego, echándose el equipo a la espalda tras ese penalti VAR sobre Vítor Roque que Lo Celso aprovechó para igualar el duelo. Lamine sacó su varita mágica para meter un magnífico pase filtrado a Ferran Torres, todo un regalo anticipado para que el atacante silenciase Heliópolis cuando el VAR otorgó validez al gol.

Era el minuto 82 y parecía que sería el tanto definitivo. Nada más lejos de la realidad. El Betis, como había ocurrido tras el 0-1, no se descompuso y sí buscó con más ahínco que la justicia apareciera en forma de empate. Los verdiblancos habían jugado con una marcha más que su rival durante muchos minutos y el empate de Assane Diao acabó por enloquecer al Villamarín.

Pero es que los méritos acumulados del Betis comenzaron casi desde el saque inicial. Avisó Diego Llorente en el 2' tras un saque de esquina peinado por el Chimy Ávila, pero Raphinha sacó entre palos; y apenas un minuto después la tendría Abde, que aprovechó un pase de Lo Celso a la espalda de la adelantada zaga visitante para plantarse ante Ikañi Peña. Pero el marroquí siguió peleado con el gol y el meta desvió sin problemas un remate con el interior en el mano a mano.

La salida fulgurante del Betis se terminó a los diez minutos, justo después de un mal remate de Vítor Roque con la zurda. Los verdiblancos dieron pasos atrás para esperar al Barcelona, que ya empezó a adueñarse de la pelota. Con tiempo y espacio, los de Flick sí se sintieron cómodos en el partido. Un pase con el exterior de Lamine fue afinando la sinfonía; luego un disparo de Dani Olmo sirvió para coger puntería; y hasta que llegó la acción del gol en una perfecta triangulación entre Koundé, Lamine y Pedri, que acabó en un centro del lateral francés al corazón del área. Allí esperaba el Pichichi, el rejuvenecido Robert Lewandowski, para colocar a placer el 0-1.

El gol sirvió para templar todavía más al Barça. Con la posesión de balón de lado a lado, los de Flick jugaron la recta final del primer acto casi a placer. Sin llegar a la portería bética, pero haciendo ese fútbol control tan propio del conjunto azulgrana. Con Casadó, Pedri y Olmo a los mandos para rebajar los ánimos verdiblancos. Ni la tensión del Chimy, siempre tan histriónico en sus apariciones, enchufaba a los de Pellegrini, que se marcharon al intermedio con tareas para corregir.

El Betis aprendió la lección. Y de la caseta salió un equipo enrabietado y dispuesto a ganarse el perdón de los suyos. Con Fran Vieites casi como un espectador, los verdiblancos empezaron a acumular ocasiones de gol. Altimira y Abde, con sendos testarazos rozaron el gol, e Ikañi Peña se ganó el sueldo con una enorme parada a un remate potente del Chimy Ávila. El empuje bético encontraría el premio con el penalti sobre Vítor Roque, tras un forcejeo con De Jong que Muñiz Ruiz no señaló en directo pero que sí interpretó como pitable tras consultar el VAR. Cabreo de Flick, expulsado, y empate de Lo Celso.

Ahí emergió la figura de Lamine, al que no intimidó ni el regreso de Isco. Tres acciones majestuosas del joven astro acabaron propiciando ese 1-2 de Ferran Torres. Pero no era el día del Barcelona. No lo podía ser el de este equipo de Flick, que volvió a ser golpeado en los últimos minutos. Como ante la Real Sociedad o el Celta, los azulgranas recibieron el castigo a su pachorra. Esta vez fue Assane Diao el que llevó el delirio a la grada de un Betis que buscó ese premio hasta el final.