Rober González, el 'comandante' del NEC que sonríe en Países Bajos: "Los primeros días era como si me hablasen en chino"
El jugador extremeño cayó este domingo ante el Feyenoord en la final de la Copa.

Rober González (Mérida, 2001) disfruta en la ciudad de Nimega (Países Bajos) de su mejor momento deportivo. El interior español, cedido por el Betis, acumula nueve goles y tres asistencias repartidos en 31 encuentros esta temporada. Un curso que es histórico para el NEC, puesto que podrían lograr la mejor clasificación liguera del club y alcanzaron el subcampeonato de la Copa de Países Bajos tras dar guerra hasta el final a un grande de Holanda como el Feyenoord.
Rober, que atiende a Relevo desde su casa en la ciudad holandesa, ha vivido muchísimos momentos en el fútbol a pesar de tener únicamente 23 años. Los comienzos en el Betis y debut con el primer equipo, cesiones a Las Palmas y Alavés, con un ascenso agónico el pasado año, y una nueva etapa en Holanda en la que ha recuperado su juego.
¿Cómo te definirías como jugador? ¿Y cómo persona?
Lo tengo más claro como persona que como jugador. Si me tengo que definir como jugador diría que soy vertical, que le gusta tener el balón y participar mucho. Además, me gusta estar muy cerca de la portería para poder hacer los máximos goles y asistencias posibles. Como persona soy tranquilo y muy reservado. No me gusta expresarme mucho y estoy en mi mundo muchas veces.
¿De dónde procede esa pasión por el fútbol? ¿Un primer recuerdo que guardes del deporte?
Viene de familia. Mi padres, tíos y abuelos han jugado al fútbol en nivel amateur, pero tenían calidad. Mi tío, si no llega a ser por un problema de rodilla, podía haber llegado lejos. Al final uno lo vive de pequeño y el fútbol siempre ha sido parte de mi vida y ahora mismo lo es todo. Como primer recuerdo tengo que, ante de jugar a fútbol en campos de césped, jugaba al fútbol sala durante seis años y siempre son jugando allí y recuerdo ver a mis padres en la grada. Tenía el problema de que pisaba demasiado el balón y lo hacía posteriormente, pero tuve un entrenador que ya me corrigió eso.
¿Cómo surge la opción de llegar al Betis? ¿Era tu equipo predilecto en la infancia?
De pequeño era de todos los equipos. Al final, al gustarme tanto el fútbol, mi padre siempre me regalaba camisetas de todos los equipos y me encanta ver todo el fútbol. Después, cuando uno llega a una cantera importante, le inculcan eso valores y aprende de ello. Me sentía parte de ello. Para fichar por el Betis llamaron a mi entrenador en el Mérida y le propusieron que vaya a entrenar un día y también a jugar un torneo. Les guste y me dijeron que querían que continuase en el club. Estuve durante seis meses yendo y viniendo, pero no era sostenible para mi familia esa situación porque no teníamos los recursos para ello. Al final, tenía que tomar la decisión de quedarme en la residencia. Lo tuve muy claro, era una situación complicado porque tenía 12 años y estaba lejos de mi familia, pero amo el fútbol y no podía rechazar la oportunidad del Betis.
"Era del equipo donde jugaba Fernando Torres"
Jugador del NEC Nimega¿Qué recuerdas de los primeros días en la academia del Betis?
Ahora soy un poco más abierto, pero antes era muy reservado y tímido. Me costaba relacionarme con la gente. Tuve suerte que en aquella época entraron bastantes chicos de mi edad y teníamos muy buena relación. Éramos un grupo muy grande y eso hizo todo más llevadero. Esas primeras semanas las recuerdo muy difíciles. Pasaba mucho tiempo en la habitación viendo vídeos, intentando dejar de pensar dónde estaba. Era feliz porque hacía lo que más me gusta, pero estar lejos de la familia era complicado.
¿De esas camisetas que mencionabas que tenías, cuál le guardas más cariño?
Tengo una del Atlético de Madrid que le tengo un cariño especial porque era de Fernando Torres. Soy muy fan suyo. Siempre decía que donde jugase iba a ser de ese equipo. Cuando se fue al Liverpool, era del Liverpool, cuando regresó al Atlético de Madrid, era del Atlético. Era del equipo donde estuviese Fernando Torres.
Debutas en Primera División y en Europa League con el Betis, el sueño de cualquier canterano ¿Cuáles fueron las sensaciones aquellos días? ¿Qué momentos se te vienen a la cabeza al pensar en aquellos debuts?
Fue increíble. Jugar con el equipo donde llegaste tan pequeño y hacerlo en competición europea es algo increíble. No todo el mundo tiene la suerte y es una ocasión que hay que aprovechar y vivirlo al máximo en el momento. Recuerdos esos partidos con mucho nerviosismo porque vas a jugar con muchos de tus ídolos y jugar también contra grandes equipos. Estaba en un escenario con el que soñaba cuando era pequeño. Era una mezcla de nerviosismo y mucha ilusión.
Empiezas a entrar en dinámica del primer equipo del Betis ¿Quién era la persona más cercana con los chicos de la cantera? ¿Y el encargado de las novatadas?
Joaquín. Salió de allí y era muy comprensivo con todos los canteranos. Guardado también lo hacía muy fácil para los chicos de la casa y nos ayudaba muchísimo. El encargado de las novatadas era Joaquín, pero las organizaban entre todos. Primero tenías que hablar y, según lo que dijeses, siempre te apretaban para que le comentases algo al míster y después cantar o bailar. Por ejemplo, a mí me tocó decirle al entrenador 'Soy tu mejor mediocentro, voy a ser titular'. Te morías de la vergüenza, pero era un gran momento. En cuanto las canciones me decanté por la 'Macarena', un clásico.
Después es turno de tomar un rumbo diferente al Betis y estas cedido por dos temporadas en Las Palmas ¿Cómo te tomas esa decisión?
Me lo tomé de la mejor manera. Además, Las Palmas era un equipo que me gustaba mucho por cómo trata al jugador y la gran afición que tienen. Uno siempre quiere tener minutos, sentirse importante, y la oportunidad de Las Palmas se me dio y quería aprovecharla. Fueron dos años increíble por todo. Nunca voy a olvidar mi etapa allí.
Tras las dos temporadas en Las Palmas pones rumbo a un lugar completamente opuesto como es Vitoria. Un año brutal a nivel colectivo en el que lográis un ascenso agónico.
Cambié la luz por la noche. Fue un cambio radical. Nada más llegar me di cuenta que era verdad que hacía mucho frío en el norte. La ciudad deportiva está a las afueras de la ciudad, en medio de una carretera, y corría un viento helado. Pero, la ciudad era increíble, al igual que las personas. También le guardo mucho cariño a la comida porque era espectacular, sobre todo, a un restaurante de tapas que tenía cerca de casa y recuerdo que pedías una tapa y tenías para comer todo el día. Tenía que llevarme un táper. Además, a nivel deportivo, el grupo era espectacular y conseguimos el ascenso. Un año inolvidable.
La celebración debió ser espectacular ¿no?
Los siguientes cuatro días fueron de no parar. Me acuerdo que estaba en casa con mi pareja y le comentaba que en los últimos tres días había dormido cinco horas. No podía más. Tenías que ir al ayuntamiento, a otro sitio... pero esos días fueron inolvidables. Pero aguantar el ritmo de los compañeros, sobre todo los vascos, era complicado. Porque al día siguiente tenías un acto protocolario y tenías que llevar una apariencia decente. Además, Villalibre sacó la trompeta. Fueron unos días únicos.
Esta temporada es tu primer año fuera de España ¿Qué te llamó la atención del NEC y de Holanda para que fuese tu próximo destino?
Lo principal fue la idea de fútbol ofensivo que tienen en Holanda. Puedes ir ganando 1-0 en el minuto 80 que los jugadores sacan rápido de banda. Muy pocas veces ves a un equipo perder tiempo. Provoca que resalten mucho los jugadores de ataque por el tipo de juego vistoso que se practica allí. Es una manera de entender el fútbol que podía dar mucha visibilidad a mi juego.
¿Los primeros días fueron complicados?
Los primeros días no, más bien, los primeros cuatro o cinco meses se me hicieron muy largos. Llegaba al vestuario y no podía hablar con nadie. Intentaban explicarme algo de táctica y era como si me estuviesen hablando en chino. Son situaciones difíciles porque el fútbol demanda mucha comunicación y llegas allí, no comprendes nada de lo que sucede a tu alrededor y te preguntas dónde estás metido. Muchas veces hablando con parte del cuerpo técnico no lo entendía. Después, cuando era el momento del partido, me repetía lo mismo, pero había entendido otro tema completamente opuesto. En dos días entendía dos cosas completamente diferentes. Me costó bastante poder entenderme con la gente.
Una temporada en la que has ido de menos a más, de la mano con la adaptación al país, cultura y juego. Además del perfil ofensivo, ¿cuál esa la mayor diferencia que has encontrado en el fútbol holandés? ¿Qué ha cambiado en ti?
He vuelto a ser vertical y tener esa sensación de ser un niño, de jugar en la calle. En Holanda el fallo no está mal visto. Quieren que lo intentes. Eso a un jugador le ayuda a generar confianza. Otro asunto es que entrenamos mucho tiempo. Llegamos a las 9:30 de la mañana a la ciudad deportiva y salimos en torno a las 15:30. Siempre hacemos dos sesiones, la primera de táctica, después hay una pausa para comer, y acabamos con una sesión de fuerza específica. Eso me costó bastante al principio porque todos los días me moría del dolor porque la exigencia es muy alta. He cogido alrededor de unos ocho o nueve kilos gracias al trabajo específico que tengo.
Por otro lado, otra de las cosas que más me gusta es como se entiende el fútbol aquí. Entrenamos todos los días a puerta abierta y nunca hay un ruido. Respetan mucho al jugador, pero no está por encima de nadie. No por jugar en el NEC soy más que nadie. Eso es una de las cosas que más me gustan aquí.
"El primer día que hizo sol salí con pantalón corto. A los cinco minutos empezó a granizar"
Jugador del NEC NimegaY fuera del fútbol... ¿la vida en una ciudad nueva, cómo es?
Es una ciudad pequeña, pero muy bonita porque es antigua. Además, hay mucho turista y personas españolas estudiando por allí. No tengo mucho tiempo para hacer nada, pasear al perro y poco más. Eso sí, las horas de sol y el tiempo se notan bastante. Recuerdo que el primer día que hacía un poco de sol salí en pantalón corto para dar un paseo. Fue bajarme del coche y empezó a granizar. Después, el tiempo libre lo utilizo también bastante para jugar con mi pareja al billar, los bolos... lo pasamos muy bien aquí. Después pasó tiempo en casa viendo series y demás, algunas hasta me sé todos los diálogos.
Siempre celebras tus goles con un saludo militar, como si fueses un comandante ¿De dónde procede el festejo?
Tengo un primo que es militar. La primera vez que fui a Las Palmas me dijo que le dedicase un gol de esa manera. El primer día que marque y lo celebré de esa manera le gustó a todo el mundo. Empecé a hacerla siempre y la gente me reconoce por esa celebración y le guardo un gran cariño.