Loren Morón repasa su carrera mientras las 'mete con el culo' en Grecia: "Me dio coraje no poder jugar al lado de Messi"
El exdelantero del Betis, ahora en el Aris, habla con Relevo sobre su gran estado de forma actual, las temporadas en las que necesitó ayuda psicológica, el amor por el Betis y el fichaje frustrado por el Barça.
Loren Morón (Marbella, 1993) está tranquilo, y se nota dentro y fuera del campo. La calma que tiene para definir es la que tiene para responder. Sonríe después de cada anécdota como sonríe después de cada gol. Protagonista de un viaje que empezó con un debut soñado en el Betis y siguió con años siendo el máximo goleador del equipo, pero también de malos momentos, cesiones infructuosas y fichajes frustrados, disfruta el presente. Tiene 30 años, esa edad en la que un futbolista empieza a ser mayor pero sigue siendo una persona joven. Atiende a Relevo desde Grecia, donde acaba de ser nombrado jugador del mes, comparte vestuario con muchos españoles como Rubén Pardo o Hugo Mallo y es el máximo goleador de la liga, mérito que ya consiguió la temporada pasada gracias a los 20 goles. Los mismos que marcó Rafa Mujica en el Arouca y les dieron el honor de ser los máximos goleadores nacionales.
El Aris es un equipo histórico, pero su última liga la consiguió en 1946. ¿Cómo lleva la afición el liderato?
Aquí son muy pasionales y la genta está muy ilusionada. Siempre nos han apoyado, pero esta temporada se respira algo diferente. Los españoles que estamos aquí les tenemos que poner los pies en el suelo, porque sabemos cómo va esto. Aquí se les va un poco la cabeza y creen que van a ganar la liga [ríe].
¿Qué objetivo se pone el equipo ante Olympiakos, Panathinaikos, AEK y PAOK?
No tenemos la presión de ganar un título. El año pasado llegamos a final de copa y eso ya fue un logro. No queremos pensar más allá porque en cualquier momento de la temporada podemos tener un bajón. Ahora bien, tenemos buen equipo y estamos plantando cara a equipos con más presupuesto.
¿Se puede decir que es un 'Spanish Aris'?
El otro día fuimos titulares siete españoles. En la arenga que dimos en el césped antes de empezar solo había un jugador que no hablaba español. Parece raro porque estás fuera de casa pero esa facilidad y esa unión está muy bien para gente que, como yo, salíamos por primera vez de España. Fuera del campo nos llevamos muy bien y eso se refleja dentro. Es que somos muchos españoles pero luego está Sisto, que jugó en el Celta, y otros jugadores que lo entienden y lo hablan. Apenas se habla griego, como mucho inglés para comunicarnos con los pocos que no hablan español. El entrenador de momento habla en griego y le traducen al inglés, pero como sigan fichando a español tendrá que aprender [ríe].
¿Por qué el Aris ficha a tantos españoles?
Es cosa del presidente, porque aquí no tenemos director deportivo. Al presidente le gustan mucho los jugadores españoles y sabe el nivel que tenemos. Hoy por ejemplo entrenábamos en el estadio, y en el ascensor de las oficinas ponía "Vamos, Aris". Parece más español que griego el club.
Ocho goles en 10 partidos esta temporada. 20 goles en 35 la pasada. ¿Qué ha pasado para que hiciera click después de una mala racha?
Es la confianza. Yo siempre la he necesitado. Ya me pasó en el filial del Betis y en el primer equipo. Con confianza soy otro futbolista. Aquí he recibido el cariño y la confianza del club y de la afición. Tengo libertad para poder hacer lo que quiera, siendo profesional, y eso se refleja. También ayuda mucho los compañeros que tengo. Salir de España por primera vez y encontrarte esto es una suerte.
Marca casi el 50% de los goles del equipo. ¿Cómo explica un delantero las rachas con el gol?
Es difícil de explicar. Llevo un año y medio que le doy con el culo y la meto. Hay cachondeo con los compañeros porque dicen que ganaremos con gol mío en el minuto 90. Y es un poco así, le pega como puedo y la meto. Luego llegan otras rachas que no se da. Y se trabaja, pero no sé. No se puede controlar.
El gol que ha marcado el marbellí Loren Morón con el Aris Salónica es de ser el más listo de la clase y aprovechar el error garrafal del portero. pic.twitter.com/YU8gw37eGG
— David Cejudo Alarcón (@dcejudooficial) November 29, 2023
Con los 30 años que usted tiene, ¿se alcanza la madurez futbolística?
Es verdad que cuando pasas los 30 se empieza a ver el final. Pero esto es como uno se sienta. Me siento joven, aunque en algunas cosas lo noto. También llevaba dos años jugando poco y aquí lo estoy jugando todo, pero por suerte las lesiones me están respetando.
Cuando sale del foco de las grandes ligas parece que se acaba la carrera. ¿Hay un punto de reivindicación en su buen momento?
Siempre me ha dado un poco igual. Obviamente, afecta. En el Betis la exposición mediática es brutal. Aquí es una ventaja no entender griego, la verdad. Ahora serán comentarios buenos, pero cuando vengan malos… En España es diferente porque te acaban llegando por algún lado. Es muy importante estar bien mentalmente, porque se pasa mal, y yo lo he pasado mal. Aquí de momento todo es felicidad.
Fue el máximo goleador español, junto a Rafa Mujica, de la temporada pasada. ¿Piensa en la Selección?
Cuando te vas de las grandes ligas es difícil que la Selección te llamo. Y no solo hablo por mí. Pero seguimos siendo futbolistas profesionales. No digo que sea ahora, pero en ligas como esta hay nivel y se podría dar. Por qué no.
Ahora está en una racha buena. ¿Qué pasaba por su cabeza cuando estaba en una mala?
Afecta porque mucha gente no entiende la vida de un futbolista. Hay muchos problemas, también en la vida diaria con familia, pareja… El tema mental es muy importante. Cuando no marcaba, me sentía mal por no meter goles, pero los entrenadores o los compañeros me dijeron que estaba haciendo lo que debía. Eso me tranquilizaba, aunque recibía críticas de la gente.
"Estuve cerca del Barça, por cosas que desconozco no pasó"
¿Trabaja o ha trabajado la parte mental?
GraLo estuve trabajando con psicólogos porque lo estaba pasando mal, sobre todo por temas familiares. Tampoco me salían las cosas en el campo. Me ayudó mucho a cambiar la forma de ver el mundo del fútbol y por supuesto en lo personal. Lo que pasa en la vida personal influye mucho en lo que pasa en el campo.
En una de las cesiones, el Betis ganó la Copa del Rey. ¿Cómo lo vivió?
En el estadio. Pedí permiso a Vicente Moreno [entrenador del Espanyol, equipo de Loren en ese momento] y me lo dio, y estoy muy agradecido. Había sido jugador pero sobre todo soy aficionado del Betis, así que no iba a perdérmelo. Estuve con mis compañeros con los que había estado seis meses antes. Me pasé por el hotel y me trataron como uno más, me dijeron que si la ganaban también era mía… Todo ese me llenó. No me considero campeón, pero me quedo con la forma en la que me recibieron. Podría haber pensado que qué coraje por no estar, pero cambié la forma de pensar. No tuve envidia porque estuve en la grada y vi el sufrimiento en la gente, del que no era consciente en el campo. Cuando marcó Miranda salté tres filas más adelante, me abracé a un aficionado… Fue un choque de realidad para él y para mí.
En una de las etapas en las que juega poco en el Betis, entra en una Supercopa contra el Barcelona, marca y se emociona. ¿Es el gol más especial de su carrera?
El más emotivo, seguro. No había jugado nada, ni siquiera un partido de Copa que se acababa de disputar contra el Ibiza. Yo estaba trabajando duro y fue difícil. Sabía que para Manuel [Pellegrini] no contaba, y siempre fue sincero y no le tengo ningún rencor. De hecho antes del partido estábamos en la merienda, y al salir del ascensor me lo encuentro. Y yo pensé "joder, no podía encontrarme a otro…". Me preguntó sobre unos rumores de una salida mía al Tenerife, pero era todo mentira y se lo dije. Me dijo que no contaba conmigo y me aconsejó que saliera. Le contesté que lo respetaba, pero que estaba preparado por si me necesitaba. No sé si le quedó grabada la frase, pero en la prórroga de la Supercopa, cuando se lesiona Fekir me llamaron para entrar. No me lo creía. Encima marqué. No me emocioné al marcar, sino cuando vi la reacción de mis compañeros. Se alegraban como si hubieran marcado ellos.
¿Es verdad que estuvo a punto de ir al Barcelona?
Sí, estuve bastante cerca. Por cosas que desconozco no pasó. Hasta Rubi, el entrenador en ese momento, me dijo que ese entrenamiento no lo iba hacer porque ya estaba hecho con el y no quería que pasara nada para que terminara ese sueño para mí.
Le dio más rabia por Messi.
Siempre he tirado más para el Barça por sus jugadores. Primero por Ronaldinho. De hecho el dorsal '80' que llevo aquí es por su etapa en el Milan. Y luego esa generación que era prácticamente la Selección española. Messi le preguntó a Aleñá por mí cuando estaba hecho. Luego nos enfrentamos y le pedí la camiseta, ya que no había podido ser su compañero. Y el me preguntó si había estado cerca y demás. Me dio coraje por no jugar con el mejor jugador de la historia.
¿Cómo se gestiona esa situación?
Es muy complicado. Al principio sonaba, te mencionaban en las redes sociales… Pero cuando me empecé a ver en los medios, con la camiseta… Es complicado. No tanto que empieces a sonar, sino que se caiga cuando estaba hecho. Lo pasé mal. Estaba donde quería, en el Betis, pero al final es un paso importante a uno de los mejores equipos del mundo. Lo pasé muy mal y necesité la ayuda de psicólogos. Superé también ese bache, pero sí queda la cosa de qué podría haber sido.
¿Cómo es el último día en el Betis después de tantos años?
Parecía que lo pasaba peor con las cesiones, aunque mi idea era hacerlo bien para volver. Cuando rescindí, no lo pasé tan mal ni sentí esa tristeza hasta días después, cuando fui consciente de que no volvía. Tardé dos semanas, entre rescisión, contrato nuevo y mudanza, en darme cuenta de que ya no era jugador del Betis.
¿Está atento al equipo?
Es el único futbol que veo cuando puedo. No veo nada, solo al Betis.
¿Y el futuro?
Ha cambiado la situación. Viene aquí pensando en recuperar mi fútbol y salir en un año. Ellos me ofrecieron dos, pero también tenía idea de que explotara para venderme. Este verano lo han intentado, pero no se ha podido. Ahora los dos hemos cambiado de idea. Piensan en mantenerme a largo tiempo, y también se quiere hacer con el equipo para no cambiar tanto cada año. Así me lo han hecho saber con la renovación de hace un mes. Veo que se me valora y han hecho un esfuerzo económico. Eso lo valoro mucho. Ha cambiado la mentalidad de las dos partes. Tengo hasta 2027, espero dar pasos en el equipo y hacer algo grande.
¿Cómo sale un hijo delantero de un padre defensa?
Sobre todo lo raro es que yo tenga un poco calidad, porque él no tiene nada. También jugaba en el Sevilla y yo salí del Betis. Ha sido por llevarle la contraria [ríe].
¿Le ayudaba a buscarle el punto débil a los defensas?
Me ha ayudado en psicológicamente a poner los pies en la tierra. Cuando me vino el boom con el debut especialmente. Sí que me dice lo que a él le molestaba como defensa, con los desmarques sobre todo. También me dice, con cariño, que me llega a coger en su época yo no estaría jugando al fútbol [ríe].
Su padre era profesional así que era su madre la que lo llevaba a los partidos.
No puedo tener un perro por la responsabilidad de estar los fines de semana fuera, eso te da una idea de lo que significa ser futbolista. Imagino a mi padre igual. Es normal que mi madre fuera la que me llevara a todos los pueblos en fin de semana, sobre todo cuando ya estaba en el Marbella. Si mi madre no hubiera hecho esfuerzo, que lo hacía encantada, no hubiera llegado a nada. Se lo agradezco mucho. También a mi padre, aunque no pudo estar en ese momento, tiene parte de culpa de que esté donde estoy. Y mi hermana, más pequeña, también venía a muchos viajes, así que es parte de los tres.