FÚTBOL FEMENINO

El Levante evidencia la realidad del fútbol femenino: "En el Real Madrid han tenido suerte porque tienen pasta"

Sandra Vilanova y Marta Perarnau repasan la decadencia de clubes históricos como Rayo y Espanyol, a los que se suma el Levante.

Sandra Vilanova, del Levante, y Natalia Pablos, del Rayo, en un partido. /SANDRA VILANOVA
Sandra Vilanova, del Levante, y Natalia Pablos, del Rayo, en un partido. SANDRA VILANOVA
Mayca Jiménez
Sandra Riquelme

Mayca Jiménez y Sandra Riquelme

El Levante se ha convertido en el último gran suspiro del fútbol femenino español. El club valenciano ha anunciado que recortará el presupuesto de su equipo en esta categoría, con una medida que ha generado gran conmoción. A los que vivieron, o han conocido, aquellos años en los que el equipo granota levantó cuatro Ligas, seis Copas y dos Supercopas. Y a los que asisten a su éxito actual, siendo uno de los clubes que compiten en la zona alta de la clasificación en Primera. Todos temen un declive de este club en el fútbol femenino como ya ocurrió con Espanyol y Rayo Vallecano.

José Danvila anuncia los recortes en las secciones del Levante.

Sandra Vilanova (1 de enero de 1981, Barcelona), exinternacional, aporta grandes dosis de realidad al relato. La barcelonesa defendió la camiseta del Levante, del Rayo y del Espanyol, tres de los clubes que apostaron por el fútbol femenino en sus inicios, pero que -con el paso de los años- han dejado caer a sus secciones femeninas. El primero de ellos, el Levante, es el último ejemplo.

Desde los 18 años a los 32 sin cotizar

Vilanova habla con conocimiento de causa. A la centrocampista le han llegado a pagar en un sobre -"Bueno, eso ya fue... espectacular"- y llegó a entrenar en un campo de hockey. Vivió el fútbol femenino en su etapa más amateur, un peaje que está pagando. "Antes nos pagaban, pero no cotizábamos. Ojalá yo hubiera tenido ese mínimo y hubiese cotizado. Claro, es que yo desde los 18 años a los 32 estoy a dos velas, en cuanto a la cotización se refiere, y eso es una faena. Yo tengo que espabilar y es lo que hay", se lamenta.

Cuando narra el capítulo del sobre, Sandra se teletransporta a su época en el Rayo Vallecano (2008 - 2010). Su equipo compite en Segunda Federación Femenina (equivale a la tercera categoría del fútbol femenino español). Sin embargo, es la sección más laureada del club. Ganó Ligas, Copas y participó en la Champions. Hasta que la dejaron morir. La convicción de los que siguen la actualidad del club de Vallecas y de muchas de las futbolistas que han pasado por allí es que "quieren matarlo". "Ahí cobraba con sobrecito, eso fue espectacular (léase con ironía). Mensualmente, un sobrecito y te las arreglas, lo ingresas o no, pues juégatela tú. Aventuras y desventuras...", rememora Sandra.

"Desde los 18 años a los 32 estoy a dos velas, en cuanto a la cotización se refiere, y eso es una faena"

Sandra Vilanova Exfutbolista del Levante, Rayo y Espanyol

Como ella, Marta Perarnau (20 de abril de 1995, Manresa) también recuerda con tristeza la decadencia del Rayo Vallecano. Ella misma, que jugó en el club madrileño durante once años, lo vivió en primera persona. "Desgraciadamente, todo lo que ha ido sucediendo no me ha sorprendido. Las jugadoras que estábamos allí fuimos viviendo esa decadencia desde los más mínimos detalles hasta los problemas estructurales más grandes", revive con ese sabor amargo y la frustración de quien no pudo frenar desde dentro ese maltrato a la sección.

«Los motivos tienen nombre y apellido. El Rayo ha dejado de importar»

"Esa idiosincrasia que se creó en el club, a través de los valores que un barrio nos enseñó, está corrompida. Día a día, esos valores se van alejando más de la institución aunque se sigan manteniendo en su maravillosa afición y en determinados representantes", puntualiza. Y apunta sin dudar al desinterés del club presidido por Raúl Martín Presa: "Los motivos tienen nombre y apellido. El problema es que el Rayo Vallecano femenino desde el 2011 ha dejado de ser una sección que importe en este club, por lo que lo que hemos ido viendo durante estos años son sólo las consecuencias de esta falta de interés hacia la sección".

E incluso se ve incapaz de volver a jugar en el Rayo en medio de esta situación. Aunque le apasione la franja y sea el club de su vida. "Es un sitio al que sé que, además, determinadas personas no podemos volver porque estaríamos renunciando a todo aquello que es el Rayo Vallecano. Aún así, aceptar esta realidad sigue siendo algo muy difícil para mí y no hay día que no sienta la esperanza de que algo cambie, a pesar de que soy consciente de que el nuevo rumbo que creo que necesita el club ahora mismo no se va a dar", subraya, antes de recapitular sus últimas memorias en el cuadro rayista.

"Lo que hemos ido viendo durante estos años son sólo las consecuencias de esta falta de interés hacia la sección"

Marta Perarnau Exfutbolista del Rayo Vallecano

"Recuerdo el día en que me despedí oficial y públicamente del club. Recuerdo el horrible trato recibido en estos últimos días, las llamadas de muchos aficionados intentando evitar el daño, el constante machismo presente en los puestos de responsabilidad del club… Entre lágrimas acepté la realidad, lo que no hubiese querido aceptar nunca, es decir, la diferencia entre Rayo y Vallecas. Pero esa etapa tuvo que terminar", cuenta. Y lamenta cómo desde el club se elige, para dirigir al equipo femenino, a personas con "comportamientos inaceptables", haciendo alusión al caso Santiso.

Para quien no lo conozca, el que aún sigue siendo entrenador de Rayo, Carlos Santiso, protagonizó hace unos años un audio en el que enalteció una violación grupal. "Nos faltan cosas, nos falta, sigo diciéndolo, hacer una pues como los de la Arandina tío, nos falta ir y que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en jaris, y cargárnosla ahí todos juntos. Eso es lo que une realmente a un staff y a un equipo. Mira a los del Arandina, iban directos al ascenso. Venga chavales, buen domingo....", dijo en ese audio el técnico del equipo franjirrojo.

«Creo que nos hemos subido a una burbuja súper chula, pero...»

Del Rayo Vallecano al Levante, en el que Vilanova es toda una institución. "Cuando yo llegué allí, no estaba acostumbrada a los salarios ni nada. Es verdad que, en ese momento, estaba Dolores Escamilla. Apretaba mucho, se movía mucho en temas de manutenciones y sacaba sus cositas", cuenta Sandra. "Sí que es verdad que tuvimos unos años más complicados de otros, cuando estuvo en concurso de acreedores y estuvimos un par de meses o tres sin cobrar, con retrasos, etc. No sé cómo lo arreglarían, pero salimos. Y, luego, sí que es verdad que fui cobrando un pelín más y eso. Pero, al final, yo creo que lo tenían un poco más fácil porque no cotizábamos y eso les daba un pelín más de respiro, creo yo. Por desgracia, claro", añade.

"Tenemos ahí una capita de humo, del Mundial, que qué buenas somos y estamos consiguiendo todo, pero que la situación real no es esa"

Sandra Vilanova Exinternacional

Llama la atención, porque en todos los clubes sale a flote la que se podría denominar la salvadora -o el salvador- del fútbol femenino. En el Levante Sandra habla de Dolores Escamilla. En el Atleti, en donde también jugó, de Lola Romero. "Al final, lo que te da pasta, a día de hoy, es el masculino. A no ser que tengas una imagen heavy, como el Real Madrid o el Barça. En el Madrid han tenido suerte porque han apoyado y tienen pasta. El Atleti, que Lola lleva peleando ahí toda su vida y al final siempre hacía las cosas bien. Más peleando, ajustando de una lado o del otro, pero al final ha conseguido llevar ahí al Atlético", resume.

Y esa primera reflexión, la de la "pasta", evidencia una realidad a los ojos de Sandra Vilanova. "Creo que nos hemos subido a una burbuja súper chula", dice, adentrándose en el caso del Levante y los recortes presupuestarios que han anunciado recientemente en su sección femenina. "No es justo, pero es la realidad. Que nos gusta mucho, que tenemos ahí una capita de humo, del Mundial, que qué buenas somos y estamos consiguiendo todo, pero que la situación real no es esa", explica.

"La situación no es la que vivía yo, pero tampoco es una maravilla. Y aquí está la prueba. Que a las primeras de cambio lo que haces es apostar por el primer equipo estando en Segunda, que por un equipo súper competitivo. Pero ahí seguimos, con esa realidad", se lamenta.

La autosuficiencia de los clubes de Liga F: un reto complicado

Pero la reflexión de Sandra Vilanova no está vacía, esconde muchos argumentos, una gran dosis de -cruda- realidad y apunta a la sostenibilidad económica de Liga F. "Con este mínimo del convenio se complica, y no estoy diciendo que el convenio no tenga que estar ni existir ni que se luchen por los derechos de las jugadoras, no me voy por ahí. Pero sí que hay que valorar la capacidad de los clubes para mantenerlo. Y que, igual, si queremos que esto sea meteórico y en cinco años estar arriba del todo, pues a lo mejor hay que esperar por desgracia unos cuantos más. No porque no seamos capaces, ni porque no nos lo merezcamos, porque para eso luchamos, pero si el club no va a estar dispuesto a hacer un esfuerzo con el femenino, pues se complica. Porque hay cositas que ya no se pueden esconder...", cuenta.

Y termina con una reflexión aún más dura que la anterior: "No sé, igual hay que hacer una encuesta y preguntarle a los aficionados del Levante, qué prefieren. Que apuesten por el femenino, que vayan a animarlas y tal o mantener al primer equipo en Segunda y que vayan aguantando... Pues ya te digo yo lo que va a preferir la gente: que el masculino suba a Primera y si tiene que caer el femenino, que ruede el que tenga que rodar".

"Ha habido casos y se volverán a repetir"

Marta Perarnau Exfutbolista del Rayo Vallecano

En esta línea, también muestra su opinión Marta Perarnau. "Me da mucha tristeza porque lo que vemos es una realidad contra la que tenemos que seguir peleando. Estoy hablando de la falta de autosuficiencia en muchos de los clubes de la Liga F. Y, por otro lado, también significa no priorizar a la sección femenina. Con esto quiero decir que lo ideal es que lleguemos a ser económicamente independientes de los clubes masculinos, para evitar que se produzcan situaciones de este tipo", asegura.

Perarnau es consciente del "complicado" reto que se presenta para conseguir este objetivo. "Me gustaría que todos los organismos implicados en esta realidad trabajasen para el crecimiento de un fútbol femenino independiente. Aun así, no creo que recortar presupuesto a esta sección sea ningún tipo de solución hacia este camino. Y creo que un club como el Levante debería priorizar, en todos los ámbitos, su equipo femenino a la par que el masculino", especifica. Y lanza un deseo: "Que haya más clubes que quieran apostar verdaderamente por un deporte diferente y que crean en un fútbol femenino autosuficiente".

Mientras, la realidad que viven históricos como Rayo Vallecano, Espanyol y ahora Levante dibuja un precedente peligroso. "Ha habido casos y se volverán a repetir. Me viene a la mente también el caso del Badajoz. En aquel caso también se priorizaron las necesidades del fútbol masculino haciendo que el presupuesto de la sección femenina fuese prácticamente nulo e incluso teniendo casos de impagos", manifiesta. Sus palabras, y las de Sandra Vilanova, caminan entre la nostalgia de quien sintió con orgullo la camiseta de clubes históricos y el dolor de quien ve cómo se ha ido muriendo este sentimiento desde los despachos.