FÚTBOL FEMENINO

David Aznar: "El Real Madrid tuvo la oportunidad de echarme mucho antes"

El primer técnico de la historia del equipo femenino habla con Relevo en la previa del Clásico y recuerda el amargo 9-1 ante el Barça.

David Aznar, durante su entrevista en Relevo./SALVADOR FENOLL
David Aznar, durante su entrevista en Relevo. SALVADOR FENOLL
Mayca Jiménez
Salvador Fenoll

Mayca Jiménez y Salvador Fenoll

¿Hay vida después del Real Madrid? Es tan difícil responder a esta pregunta que ni siquiera más de una hora de charla distendida con David Aznar, primer entrenador del equipo femenino, logró resolverla. Más de un año después de ser cesado, el técnico de Talavera de la Reina asegura estar en calma. Aunque admite haber pasado un duelo de varios meses en los que sintió "vacío". Sin equipo desde entonces, su cartel tras haber hecho historia con el club madrileño parece dejar más peso que impulso. Cosas de la élite, donde todo es cada vez "más difícil". O del 'azar'. El mismo que le llevó a liderar al primer Real Madrid femenino de la historia tras haber ascendido con el Tacon.

Este último está marcado en rojo como uno de sus mejores momentos como entrenador. También la victoria ante el Manchester City que dio paso al debut del Madrid en la Champions femenina. Un partido que tampoco faltará en la lista de méritos de su curriculum. Aunque por el momento sin suerte. "El fútbol es muy caprichoso. Cosas me han llegado, pero tengo claro que después de salir del Real Madrid sólo cogeré un proyecto que me ilusione de verdad. No hay necesidad de entrenar por entrenar. Vengo del barro y no me importa bajarme ahí. Es difícil. Somos un grupo de privilegiados los que entrenamos a estos equipos y volver a entrar en uno de ellos es mucho más difícil que moverte en otras categorías", asegura.

A sus 43 años y tras colgar su pizarra en el Real Madrid, le abordó la "soledad". También el "aburrimiento". "Cuando estás en la élite no paras. Son 24 horas por siete días de la semana. Estás todo el tiempo pensando en el equipo. Cuando esto termina, piensas: ¿Qué hago por la mañana? ¿Dónde voy? ¿Qué puedo hacer? Al final me puse el reto de reencontrarme conmigo mismo y de reconectar con mi familia, mis amigos y mi vida normal", indica. Es el nuevo David Aznar. Aunque él se reafirma en que siempre fue el mismo. "Entrenar al Real Madrid no me ha cambiado. Aunque eso se lo tienes que preguntar a los que están a mi alrededor", desliza.

Un «legado» tras hacer historia con el Madrid

Si les preguntáramos a ellos, habría una respuesta segura: "Es el primer entrenador del Real Madrid femenino". El cartel del que hablábamos no tiene dudas al medir el orgullo de los que le conocen de cerca. "Sí. Me lo dicen mucho. Me lo recuerdan mucho más de lo que realmente lo recuerdo yo. No te voy a engañar, para mí es una cosa histórica que me hizo muchísima ilusión. Para mí es una especie de legado que dejaré y lo vivo con mucha emoción, pero no me gusta decirlo. No soy una persona que presuma de esas cosas, ni quiero serlo", afirma.

Pero, ¿qué tipo de persona le gustaría ser a los ojos de los demás? David se acomoda y saca una sonrisa para argumentar la respuesta: "Me gustaría ser el tipo de ejemplo de una persona que no ha sido futbolista profesional. Que sale de un pueblo grande, que es Talavera de la Reina, viene a Madrid con una mano delante y otra detrás buscándose un hueco y que, después de muchos años, consigue ser el primer entrenador del Real Madrid femenino. Me gustaría recordarlo mucho más así y que a la gente le pueda servir de inspiración".

El mensaje es directo. Aún con los riesgos y caídas que se asumen y ha asumido el propio Aznar en ese camino a la gloria. Su salida del Real Madrid le pilló por sorpresa tras dos años en los que llevó una mochila cargada de nombres de sus posibles sustitutos y de una presión mediática que él tilda de "injusta". "No se ajustaba a la realidad", remarca, antes de profundizar en su cesión como técnico: "Había margen de error, pero estás en el Real Madrid. Esto es evidente. Yo lo sabía desde el primer día que me senté en ese banquillo. De hecho, siempre hubo miles de nombres que me iban a suplir, incluso con el equipo siendo segundo y clasificándose para Champions. No me afectó mucho esta situación. La normalicé. Era muy difícil repetir ese año. Y ese listón tan alto fue el que al final me sentenció", comenta.

Un despido en el momento «menos esperado»

Autocrítico con su etapa en el club blanco, que no ha dejado de analizar desde que cruzó las puertas de Valdebebas, Aznar incluso 'agradece' al club blanco el momento de su despido. "Tengo que decir que el Real Madrid tuvo la oportunidad de echarme mucho antes, porque la realidad es que en las cinco primeras jornadas no ganamos ningún partido y solo conseguimos un punto. Sinceramente, lo viví con la sensación de que estaba más fuera que dentro. El club me transmitió mucha fuerza y mucha confianza. A partir de ahí, nos volvimos a reenganchar. Yo creo que fue cuando empezamos a conseguir puntos y, quizás en el momento menos esperado para mí, fue cuando lo decidieron. Me sorprendió el momento, pero agradezco que no lo hubiesen hecho antes porque al menos me fui con la sensación de que el equipo empezaba a remontar", explica.

De todo ello, lo que más le dolió fue no acabar la temporada. No haber podido demostrar al club y a él mismo que era capaz de revertir esa situación. "Me veía fuerte y me fui con la sensación de que de que podía hacerlo. Lo normal es irte con la idea de que no había solución, pero no…", cuenta. Es por ello que no hay rencor en sus ojos. Lo asimiló. También con la fuerza y la entereza que te da la experiencia. "Juguete roto me sentí la primera vez que me cesaron. Es una de las pocas profesiones en la que se paga caro el precio de no ganar, aunque competimos muchos equipos y sólo puede ganar uno. Todos los demás somos, por así decirlo, fracasados. A partir de ahí se normaliza", confiesa.

En todo ese proceso, no hubo tampoco reproches individuales. Al menos, que él quiera recordar o guardar. El técnico niega la existencia de una carta de las capitanas pidiendo su dimisión durante esa temporada, tal y como publicó El Confidencial: "Las jugadoras me dijeron que era mentira. Hablé con el vestuario y les creo a ellas. Recibí muchísimos mensajes de ese vestuario diciendo que iban a muerte conmigo. Después de esa nota es curioso porque el equipo empieza a ganar partidos. El vestuario se hizo fuerte".

Y acusa haber sufrido un gran "hándicap" en ese silencio comunicativo impuesto desde el club. Sobre todo en este tipo de situaciones. "Tienes que respetar la política de comunicación. Aunque quizá el aficionado del Real Madrid necesitaba saber qué era el Real Madrid femenino", añade.

El 9-1 ante el Barça

Fue otro peaje. Como el que vivió en su primer partido en Primera División. Un duelo marcado por el amargo recuerdo de un 9-1 repleto de factores que han marcado el devenir del Real Madrid femenino. Hasta ese Johan Cruyff le hacemos volver. Hasta ese 8 de septiembre de 2019. Suspira. Y empieza a recordar: "Me vienen muchas cosas. Fue un día muy amargo para todos los que estuvimos ahí. Esa es la realidad. Llegábamos a Primera y, desgraciadamente, es un recuerdo que quedará por otros factores y no porque fuese nuestro primer partido en la élite. Fuimos víctimas de una presión desmedida. Se vendió como un Clásico y no lo era. Había diez jugadoras que venían de Segunda. Sufrí mucho por ellas porque tuvieron un peso demasiado grande. Encajamos en un partido los mismos goles que en toda la temporada anterior".

Pese a todo esto, Aznar logra sacar algo positivo de aquel capítulo. "Lo mejor del partido fue que supuso un golpe de realidad. Nos fuimos en el AVE con una certeza: había que cambiar muchas cosas para que el Real Madrid lograra competir al máximo nivel en el fútbol femenino", dice. En esta línea, alaba el trabajo del club estos años. "El Real Madrid no ha roto el mercado nunca. Sí que ha respetado el fútbol femenino en todo momento, porque podría haber llegado y haber hecho pum! Y estar ahí arriba. Y ha ido cada año respetando esos plazos", aclara.

Muchas cosas han cambiado desde su marcha, pero sólo hay una que sigue igual. Tres años y medio después, el equipo no ha podido ganar aún al Barça. "Es muy difícil ganar a un equipo que es mejor que tú y que encima te lo encuentras súper motivado. Le puedes ganar al Barcelona el día que le pilles un poco despistado, pero contra el Real Madrid ese día no existe. Para el Real Madrid, este partido yo siempre lo veo como un termómetro del nivel de cómo está el proyecto", analiza.

David verá el partido. Como el resto de la Liga F, puesto que admite ver mucho fútbol (femenino) y estar en contacto con sus exjugadoras y compañeros. "Me gusta estar cerca de ellas. Es verdad que les mando más mensajes cuando las cosas van mal que cuando van bien. Ahora que no dependo de ellas para ganar los partidos, me gusta que sigan sintiendo que estoy con ellas", revela. Y se muestra seguro que tanto ellas como la gente que de verdad le conoce mandará buenas referencias sobre él en la búsqueda de un nuevo equipo en el que explotar su pizarra.

"Yo creo que los clubes se informan. No creo que se queden con las publicaciones que se han hecho sobre mí en la prensa. Y si se quedan con una nota de prensa, creo que no sé si estarían haciendo bien su trabajo. Yo creo que los clubes se preocupan en hablar con las jugadoras o en preguntar a los clubes en los que has trabajado. Piden referencias. Hay muchísima gente que puede hablar bien o mal de mí, pero al final yo creo que los clubes antes de fichar te miran muchas cosas, no solamente una nota de prensa", subraya, con la ilusión de volver a ser "feliz" desde un banquillo.

"Quiero volver a entrenar. Volver a sentirme realizado dirigiendo un grupo y ser de nuevo un director de grupo de jugadoras. Y esta es mi mayor ilusión de cara a medio o largo plazo", expone. "¿Volverías al Real Madrid?", le pregunto. "Sí. ¿Por qué no?". responde. "¿Y al Barça?". Se ríe, pero no cambia de idea: "¿Por qué no?". Mientras, seguirá formándose y dando clases en la universidad. Y, sea con la blanca, la azulgrana u otra camiseta, tiene claro que siempre seguiría siendo un "hombre normal".