Otra lección mental de Iniesta con la alopecia: "Igual yo no me acomplejé porque tengo una autoestima de la hostia, pero hay que aceptarse con naturalidad"
El manchego, inspirador para muchos tras visibilizar la necesidad de cuidar la salud psicológica, aborda un 'problema' que afecta al 44,5% de los hombres en España y que él ha vivido sin minarle.
Andrés Iniesta es un proyecto de entrenador en estos momentos y uno de los mejores futbolistas del mundo hasta hace sólo unos días. Sin embargo, bien podría ganarse la vida como psicólogo deportivo si se lo propusiera. Por la naturalidad con la que habla de salud mental y lo bien que explica los procesos para entrenar a diario un aspecto fundamental en la vida de cualquier ciudadano y clave para la mejora del rendimiento deportivo.
En la entrevista que concedió el pasado lunes a Relevo, sólo unos días después de haber colgado las botas oficialmente, ya dio unas pinceladas de la aceptación de aquellos capítulos depresivos que le tocó vivir tras el Mundial de Sudáfrica -por múltiples motivos- y explicó cómo ha incorporado a su día a día el trabajo psicológico. El manchego no pudo ser más sincero, sabedor de que igual, sin pretenderlo, ha ayudado a mucha gente a seguir sus pasos y transformar un tema tabú en una prioridad: "Para prepararme para esta nueva etapa de mi vida he hecho la misma rutina que he ido realizando durante todo este tiempo. Entendí, desde mi opinión y desde mi forma de ver las cosas, que la mente es muy importante y que debemos, en la medida de lo posible, seguir entrenándola y cuidándola".
Y no de una forma puntual o, cuando ya ha aparecido un reto o un problema, que es lo más común, sino para prevenir y progresar como un hábito sin necesidad de que haya aparecido un problema. Fortalecer, como el que come o acude al gimnasio: "No lo hago sólo cuando hay situaciones como ahora, de decidir si dejas de jugar o no. Hay que mantener la rutina y esa terapia lo máximo posible. Ese trabajo ya forma parte de mí y de mi vida. Lo que estoy viviendo ahora entra dentro de este proceso", reconoce Iniesta.
Es tan consciente del impacto de sus palabras en el millonario escuadrón de fieles que le siguen que no rehúye ningún tema. Por eso, lejos de molestarse con una pregunta en esa charla de hace días, la aceptó de buen grado. Pudo contestar con un monosílabo para pasar a otra cosa. Pero cogió el toro por los cuernos y se abrió hasta explayarse para pasar de su caso personal a realizar un análisis de cómo le gustaría que fueran las cosas. Sin ánimo de pontificar, pero con la esperanza de que su ejemplo anime a otras personas.
La pregunta fue ésta: 'Quería que habláramos de salud mental, pero desde otro punto de vista para no repetir el tema de la depresión que ya has explicado muchas veces. Siempre lo pensé y aprovecho ahora que te tengo delante. Tengo amigos que han tenido problemas y han necesitado ayuda de profesionales por el tema de la alopecia. Y tú, desde muy joven, lo has sufrido en tus carnes e incluso te rapaste muy pronto. ¿Llegó a agobiarte?'
Iniesta fue tajante: "No. Y entiendo que, evidentemente, puede ser un problema para mucha gente. Porque al final es un complejo más, como el que lo tiene con la nariz u otra cosa. Todos los complejos digamos que son problemas y hay que intentar buscar la forma en la que tú puedes llegar a aceptar, o entender, o saber canalizarlo para que no te suponga un inconveniente. Ahí está un poco el reto o el papel, entre comillas, de los profesionales".
Sinceridad y empatía
Andrés se pone en la piel de los que sufren, que no son pocos: "Esto depende de cada personalidad. Yo he tenido la gran suerte de que no ha tenido ese complejo, lo he visto como algo natural. Si se me cae el pelo pues, bueno, me rapo. Y si soy más blanco que otros, pues vas, te pones crema y te pones moreno y luego dejas de estar moreno. Ya está. Sin más. En cierta manera es que me ha aceptado. A lo mejor porque siempre he tenido una autoestima de la hostia. No he tenido complejo. No tienes pelo, pues no tienes pelo. Y el que lo tenga, pues muy bien. Hay que ver las cosas con naturalidad y aceptarlas".
Precisamente esta semana Carmelo, el mítico central del Cádiz, que pasó a la historia como el Beckenbauer de la Bahía, porque era un gran pelotero, y sobre todo por su bigote y su calva, también quitó hierro en Relevo a este asunto. E incluso bromeó: "Yo me dejé el bigote cuando fui a la mili y ya no me lo he quitado nunca. Y después de tanto peinar el balón, porque nunca le he dado bien con la frente, pues de tanto peinar el balón... la verdad, que bueno, se fue quitando el pelo [risas]. En aquel entonces éramos varios los que estábamos así, sin pelo, con bigote, daba otra imagen completamente diferente. Ahora tiene todo el mundo pelo, yo no sé qué es lo que pasa ahora con las nuevas generaciones (risas). No hay ni un tío calvo hoy jugando a fútbol, joder".
Y eso que en España, según la investigación realizada por Medihair y publicada a finales de 2023, estamos en el país con más calvos (un 44,5%), por delante de Italia (44,37%), Francia (44,25%), Estados Unidos (42,68%) y Alemania (41,51%). Y un alto porcentaje ya recurre a los implantes que se han puesto de moda. Sea como fuere, porque cada uno tienes sus razones para obrar de una manera u otra con libertad, Iniesta da la clave: "Parece fácil decirlo desde mi lugar, que no me incomoda lo del pelo ni he tenido complejos, pero está claro que no hay que sentirse ni más ni menos, ni peor ni mejor, por estas cosas".