CRISIS EN LA FEDERACIÓN

Larrea, el candidato al que Rubiales ganó con una triquiñuela: "Ya se veía que le iba la vida en ser presidente..."

El extesorero y antiguo presidente en funciones de la RFEF, ya jubilado, se quedó en 2018 a 12 votos en las elecciones en las que su adversario llegó al poder de una institución en entredicho.

Juan Luis Larrea, al lado de Ángel María Villar, cuando estaba en la Federación./
Juan Luis Larrea, al lado de Ángel María Villar, cuando estaba en la Federación.
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Mientras Luis Rubiales pasea por República Dominicana como expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, investigado una vez más por la justicia con orden de detención y apestado nacional tras su beso no consentido a Jenni Hermoso en Sídney, su rival en las urnas en 2018 goza de una vida bastante diferente. Juan Luis Larrea (San Sebastián, 1953) atiende a Relevo por teléfono mientras pasea por la playa de La Concha con un buen amigo, con una agenda en la que tenía marcado en rojo la visita rutinaria al gimnasio Eguzki al que acuden Arconada y la crème de la crème donostiarra y donde, seguramente, hará su habitual parada de avituallamiento en su restaurante fetiche La Perla.

Las oficinas de la RFEF tras la intervención de la Guardia CivilEFE

La opinión de este banquero retirado sobre la RFEF siempre hay que tenerla muy en cuenta. Fue durante más de 30 años tesorero de la casa, lo que hoy es Eduardo Bandrés, presidió la federación de Guipúzcoa desde 1987 hasta la llegada de Manu Díaz y, además, llegó a ser presidente en funciones cuando Villar entró en la cárcel y hasta que se convocaron unas elecciones en 2018 en las que cayó derrotado (y decepcionado) 80-56 frente a Rubiales. "Me ha sorprendido mucho lo que ha pasado ahora en la Federación porque ya estaba todo muy parado con esos asuntos de la Supercopa en Arabia. Es impresionante, la verdad. Y me da pena cómo pone todo el mundo a la RFEF, la que ha sido mi casa durante tantos años", recalca con la vitalidad que siempre le caracteriza.

Y añade: "Hay que distinguir los casos particulares del resto de la institución. Se ha olvidado lo que se ha hecho ahí durante muchísimos años. Y duele ver entrar a la UCO y que la Selección se esté entrenando a 100 metros de esa escena. Eso antes no pasaba. Yo ya estoy al margen, pero es doloroso. No lo esperaba, pero duele. Ahora veo los toros desde la barrera. Nunca me he planteado la vuelta ni nadie me lo ha sugerido. Vamos, imposible. Vivo de maravilla en la mejor ciudad que hay".

Larrea no sabe qué puede pasar con esta investigación en marcha en Las Rozas, pero no espera nada bueno: "No sé qué buscan. Todo depende ahí de Rubiales, y de Rocha también. Que hay que recordar que el anterior presidente destituyó a todos los vicepresidentes en agosto para ponerle ahí a él. Es duro ver esas imágenes que han vuelto a salir en la tele. Ya lo vivimos en 2017. Aquella vez me pilló en San Sebastián y llegué a testificar como tesorero que fui durante 30 años. Es desagradable que suceda eso por todo. Aquella vez, más que nada, porque se llevaron a Villar y a Padrón como reos, con todas las cámaras a las que habían avisado delante. Y eso que ellos no firmaban absolutamente ningún papel. Firmábamos Castillón y yo. Ver esas escenas a las puertas de la cárcel son desagradables. Yo iba entonces muy poco por la RFEF, una vez a la semana, porque ya estaba jubilado".

Aquel careo de hace seis años

Larrea podría estar hoy en el sillón presidencial de la Federación. Muchos barones le apoyaron en 2018, pero algunos de los asambleístas con los que contaba en un principio en sus cuentas, al parecer, cambiaron de opinión al final. Aquello le condujo a la separación definitiva del mundo federativo: "En aquellas elecciones contra Rubiales se vio claramente que a él le iba la vida en eso y que estaba muy muy interesado en ser presidente. Lo mío era diferente. Yo estaba de paso, me presenté para intentar acabar el mandato que había quedado a medias (2016-2020) y poco más. Luego ya se vería... Para mí jamás fue un puesto pretendido. Rubiales tocó todos los palos, entre ellos a los 11 árbitros que iban a votar una cosa y luego votaron otra. El resultado fue de 80-56... Ahí estuvo la clave".

Recuerda aquel episodio con tristeza: "Me dio una pena tremenda entonces por Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros (fallecido recientemente), al que tras ganar Rubiales destituyó. Arminio estaba engañado por todos. Con la entrada de Rubiales cambiaron muchas cosas. Ahora los presidentes de las territoriales, por ejemplo, cobran todos. Y al final hay que tener una cosa clara: el dinero es sólo es papel; a mí no me interesa absolutamente nada".

El pasado 23 de septiembre, cuando se desató todo el cambio de guardia en la RFEF tras la dimisión de Rubiales dos semanas antes, Larrea concedió una entrevista a Relevo en la que ya dio buenos detalles de la situación actual en la que fue su casa, y de los que no cambiaría ni una coma meses después: "Rubiales mintió antes de aquella Asamblea en la que no dimitió; y no improvisa nunca, si puso a Rocha es porque no quería un show (...) A mí de Rubiales lo que más me sorprendió y dolió cuando yo estuve en la Federación fue la moción de censura que promovió contra Villar. Fue uno de los motivos que más me impulsó para presentarme. Fue una desconsideración. Él había sido el niño mimado".

Hoy, sin embargo, lo buscan en Punta Cana y pocos dicen tener relación con él. Larrea, mientras, duda entre darse otro paseo o apurar un txakolí.