Italia, Alemania, Francia e Inglaterra... Más no se puede pedir
Pocas veces un campeón ha hecho tanto y tanto y tanto para ganar. Siete partidos, siete victorias. Pocas veces una Selección ha levantado el título después de haber ganado, de corrido, a Italia, Alemania, Francia e Inglaterra. Los cuatro campeones del mundo europeos. El otro es precisamente España. Estamos ante un triunfo inapelable. Nadie que tenga dos dedos de frente y entienda un poco de fútbol podrá discutir el éxito de un equipo desde la 'e' a la 'o'. Un conjunto que ha demostrado no tener miedo ni al escenario, ni a la responsabilidad, ni a los rivales.
Esta final, con este equipo, no se podía escapar. Solo se podía ganar. Inglaterra saltó al césped con el miedo en los pupilas. Sabía que se enfrentaba al futuro campeón. Marcajes individuales por todo el campo. No se podía tener más respeto. Foden, el MVP de la Premier, persiguiendo por todo el campo a Rodri. Nunca se habría visto en otra. Los pájaros disparando a las escopetas. Rice, cerebro del Arsenal, en el cogote de Olmo; Mainoo, solo con ojos para Fabián... Además, los laterales, Walker y Shaw encima de Yamal y Nico, olvidándose de otra cosas que no fuera defender: Stones, subido en la chepa de Morata... Southgate solo pensaba en que España no jugara. La Selección solo pensaba en jugar y ganar.
A los de Luis de la Fuente les costó un tiempo quitarse de encima tanto miedo del rival. Tenía el balón, llevaba la iniciativa del juego, pero no tenía la profundidad de los partidos anteriores. Faltaban las incorporaciones de los laterales, Carvajal y Cucurella y que los 'niños' se soltaran el pelo. Lo hicieron nada más salir en la segunda parte. España volvió a ser España y llegó el gol de Nico. Impresionante la acción ofensiva con Carvajal y Yamal de protagonistas en el inicio de la jugada. La victoria estaba cada vez más cerca y tuvieron ocasiones para cerrarlo. No lo hicieron. Inglaterra, que llevaba todo el campeonato remontando resultados, lo intentó por última vez, pero no pudo.
España se repuso del gol con una fortaleza mental digna de elogio. Volvió a hacerse con el balón, volvió a ocupar el campo contrario, volvió a encadenar oportunidades... hasta la definitiva. Y como ante Alemania, Merino, fue uno de los incorporados, el autor de la hazaña: Oyarzabal. La cuarta Eurocopa ya no se podía escapar, pero aún tuvo que superar un último obstáculo, el cabezazo de Guehi que se iba dentro... y salvó Dani Olmo bajo el larguero después de una gran parada de Unai. Era el colofón. El punto final a una actuación portentosa. Y lo mejor puede que esté por llegar. Estos jugadores tienen futuro en sus piernas y en su cabeza.Y a Luis de la Fuente solo se le puede dar las gracias por ser como es y comportarse como tal.